El determinismo Geológico
Chile y su riqueza mineral
Prof. Mónica del Carmen Carbone
La riqueza minera de Chile
es la consecuencia de procesos
geológicos de varios millones de años, en donde las grandes fuerzas internas y
externas del planeta moldearon al país y dieron forma a las cordilleras de la Costa y la de los Andes.
En Chile no existen
rocas de la primera edades del planeta, si pre-Paleozoicas en algunas
áreas y, en mucho menor cantidad, sedimentos de la era Paleozoica en algunas
porciones de la cordillera de la
Costa en la provincia de Antofagasta y un poco al interior de
Tocopilla. El país no existía hasta finales de la edad Primaria y grandes
sectores del territorio estaban ocupadas por el mar, del que emergían como
islas las formaciones Precámbricas y Paleozoicas antes mencionadas.
El Chile actual es resultado de las grandes fuerzas
internas y externas del planeta, que moldearon el país y dieron forma a las
cordilleras de la Costa y la de los Andes, a
las planicies litorales y a la depresión central.
En el Mesozoico, parte de lo que actualmente es Chile, era
una gran depresión submarina, el geosinclinal andino, en el cual se acumulaban
sedimentos provenientes de la erosión de
los relieves del continente de Gondwana.
En el extremo austral del territorio existía el geosinclinal de Magallanes,
aunque ambos procesos no estuvieron relacionados.
A fines del Mesozoico, comienza la orogénesis andina, el
plegamiento de los sedimentos anteriormente acumulados, los que, junto con los
grandes espesores de materiales volcánicos, constituyen hoy lo que llamamos
formación porfìrica. Al mismo tiempo se producían grandes erupciones de magma
desde el interior de la tierra, los que en general conforman lo que se denomina
batolito de la diorita andina. Este conjunto de rocas plutónicas se encuentra
distribuido a lo largo y ancho de todo el país, tanto en la forma de serranías
o cumbres aisladas, como constituyendo importantes cordones de una y otra
cordillera hasta el Cabo de Hornos. Con la elevación del batolito la masa
continental sudamericana se configura definitivamente. La mayor parte de los
yacimientos mineros están dentro de él o se produjeron en las rocas del techo
del batolito.
En el terciario ocurren otros acontecimientos. Una serie
de perturbaciones, especialmente movimientos de ascenso y descenso de bloques
de la corteza, que provocaron avances y retrocesos del mar, que afectaron
profundamente a grandes sectores de la costa chilena, dando origen a la
formación de los mantos de carbón de la región de Arauco y de toda la región
del sur hasta Magallanes. En el norte del país, se produce la salida a la
superficie de enormes cantidades de materiales magmáticos por grandes grietas abiertas en la corteza
(formando mantos con espesores de hasta 1.500 metros ); ellos
conforman lo que se denomina formación Liparitica en la Puna de Atacama. Finalmente,
se producen muy fuertes movimientos de fallas que delimitan los tres rasgos del
relieve chileno: la cordillera de los Andes, la cordillera de la Costa , elevada hasta la
actual altura y la faja intermedia, que, hundiéndose, pasa a constituir la
depresión central.
El Cuaternario es
una etapa de gran actividad volcánica y tectónica, con una fuerte
glaciación. Los movimientos de ascenso y descenso dan los rasgos particulares
que conforman al país; producen la formación decisiva de la depresión central,
se conforma el plano de falla en la cordillera costera en la región del norte
del país y origina el hundimiento de la fosa de Atacama; finalmente se producen
hundimientos parciales de bloques costaneros, los que generaron trasgresiones
marinas hacia el interior de los valles. Luego, un nuevo movimiento ascendente
del litoral deja al descubierto eses sedimentos marinos y una serie de
planicies marinas emergen dando así
forma y estructura a la línea de la costa. El vulcanismo en este periodo es de
menor importancia que en el Terciario, pero
acompaña a la depresión tectónica.
Se produjeron
cuatro avances de los hielos desde la
alta cordillera hacia partes más bajas del país, contribuyendo al desgaste de
los relieves andinos, a una renovación de la erosión en algunas formas ya
antiguas de la cordillera y al relleno de las partes bajas debido al arrastre
de grandes cantidades de sedimentos morrénicos, principalmente de tipo
volcánico; estos materiales se depositaron en la depresión central, dando
origen así a la mayor parte del actual país, especialmente en la mitad sur del
mismo, en donde detuvieron las aguas de
la desglaciación, para formar los lagos que existen. Los hielos mismos
desgastaron la cordillera, disminuyendo la altura de la misma, formando dentro
de ella amplios valles y dieron inicio a
los actuales ríos, beneficiando al país, ya que las cargas de aluviones
proporcionaron los materiales necesarios para la formación de los ricos y
fértiles suelos del Valle Central chileno.
Fuentes:
* Geología del Cuaternario
y Geomorfología de Ameríca del Sur – M. Chalmers Clapperton.
* América del Sur – E. W.Shanahan.
* Geomorfología- Max Derraux.
No hay comentarios:
Publicar un comentario