viernes, 20 de julio de 2012

Hallaron piezas de la vida cotidiana en la casa de Liniers





SILVIA GÓMEZ




En pleno Casco Histórico, datan del siglo XVII. Fue en una excavación realizada por arqueólogos de historiadores en el patio central de la casona del Virrey. Encontraron cerámicas, monedas y amuletos contra el mal de ojo traídos por los esclavos.

 Debajo del piso de la casa que alguna vez habitó el Virrey Liniers, un grupo de arqueólogos e historiadores hallaron miles de objetos que retratan la vida doméstica de la Buenos Aires de los siglos XVII y XVIII. La casa es hoy sede de la Dirección General de Patrimonio e Instituto Histórico de la Ciudad, dependiente del Ministerio de Cultura porteño, y los trabajos de excavación se realizan en el patio central.
El Virrey Liniers se instaló en la casa –Venezuela 469– cuando concluyeron las Invasiones Inglesas. Allí vivió seis años y la residencia pertenecía a la familia Sarratea, quienes participaban de los movimientos para emancipar al país. Era una mansión que con los años se fue transformando, pero que básicamente se construyó sobre otras viviendas preexistentes, de los Siglos XVII y XVIII. Los restos de aquellas casas y sus utensilios quedaron enterrados y, pese a la humedad y al ácido suelo porteño, se conservaron para salir a la luz más de dos siglos después.
Las excavaciones estuvieron dirigidas por el arqueólogo Daniel Schávelzon. “Sabíamos que la casa había sido muy alterada y lo confirmamos con los cimientos que hallamos: debajo de la casa que habitó el Virrey hubo otra casa, que a su vez estaba encima de otra construida en el Siglo XVII”, detalló Schávelzon. Y la cantidad de objetos hallados es también una particularidad: “Es llamativa, es muy abundante. Descubrimos además un tipo de pozo para enterrar la basura que también es atípico. Son agujeros de dos metros de diámetro y poco profundos”.
Justamente en los pozos de basura es que hallaron, entre otras cosas: dedales de cobre –muy similares a los que se encontraron en la excavación del Zanjón de Granados–, fragmentos de tinajas, tejas, una tijera despabiladora de bronce –que da cuenta de la categoría de la mansión–, cascabeles, el pico de una botija de aceite de oliva, un plato de mayólica portuguesa, una moneda de plata de Potosí y amuletos para curar el mal de ojo, de origen africano. “Pudieron haber sido traídos por los esclavos o tallados aquí. Incluso también por españoles, porque es un mal del que aún hoy se sigue hablando. Lo cierto es que los objetos son la prueba material de que algo sucedió y es lo que permite elaborar interpretaciones históricas”, explicó Liliana Barela, directora de Patrimonio y del Instituto Histórico porteño.
Schávelzon cuenta que el amuleto, que es una mano cerrada, está tallado en piedra negra y mide menos de un centímetro: “Se colocaba cerca del órgano enfermo y cuando ‘chupaba’ la enfermedad se rompía y se tiraba”. Estiman que data del 1650 .
Otro objeto interesante, entre todos los cientos que fueron hallados, es un plato de mayólica portuguesa , datado entre el 1600 y el 1650. Se trata de un tipo de cerámica con esmalte a base de estaño que comenzó a producirse en Europa a partir de la ocupación morisca del territorio español . “Aquí no son frecuentes los hallazgos de piezas de este tipo, con tan alto grado de integridad y en un contexto tan bien definido”, contó el arqueólogo Ricardo Orsini, quien también trabajó en la excavación.
Todos los objetos hallados, las excavaciones in situ y en pocos meses más el tesoro hallado en el Galeón de Puerto Madero (Ver Monitoreado...), se pueden ver en Venezuela 469. Allí además funciona un laboratorio de arqueología urbana que es en donde se recuperan todas las cosas halladas en diferentes excavaciones que se hacen en la Ciudad


Extraído de: http://www.clarin.com

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