Catón “el censor”,
hubo uno solo
Muchas veces cuando uno se pone a “hablar de bueyes
perdidos”, acuden a la memoria episodios de la vida que se ponen en palabras
teñidas por nuestras propias vivencias, asunto que no sería cuestionable ante
la imposibilidad de evadir la subjetividad natural que ello implica.
Sin embargo en alguna oportunidad se nos ha reprochado que
nuestras “crónicas” tienen un trasfondo de esa “moralina” que tratamos siempre
de evitar. -Tus “Bueyes Perdidos” parecen escritos por Catón “El Censor”- nos
dijo alguien una vez…y nos dejó preocupados y pensando en el asunto. Eso nos
llevó esta semana a repasar someramente la vida de Marco Porcio Catón,
político, escritor y militar romano nacido en el año 234 a . C. y fallecido en 149.
Catón (apodado El Censor), procedía de una antigua familia
plebeya que se había distinguido por sus servicios militares, fue criado a la
manera de sus antepasados latinos y educado en la agricultura, a la que se
dedicaba cuando no estaba integrado en el servicio militar. Sin embargo, Catón
llamó la atención de Lucio Valerio Flaco, que lo llevó a Roma, donde, gracias a
su influencia, fue ascendiendo a través de las diferentes etapas del Cursus
honorum: tribuno en 214 a .
C.,cuestor en 204 a .
C., pretor en 198 a .
C., cónsul en 195 a .
C. y finalmente censor en 184
a . C.
Como censor, Catón se distinguió por su conservadora defensa
de las tradiciones romanas en contraposición con el lujo de la corriente
helenística procedente de Oriente. Además, y en el marco de su labor de
censura, protagonizó un duro enfrentamiento con Publio Cornelio Escipión (el
Africano). Como político, Catón se distinguió por ser el mayor defensor e
impulsor de la guerra con Cartago, aunque prefirió servir al Estado escrutando
la conducta de los candidatos a hombres públicos y de los generales en el campo
de batalla. Revisó con una severidad inusitada las listas de senadores y
caballeros, expulsando de su orden social a aquellos a los que consideraba que
no eran merecedores del mismo, ya fuera por motivos morales o por la ambición
de estos.
Naturalmente una personalidad tan rica como la de Catón no
puede resumirse en cuatro párrafos, pero basta para dejar –por lo menos- dos
reflexiones interesantes; la primera, que cualquier intento de comparación con
los humildes divagues de nuestro “Bueyes Perdidos” sería una torpeza de marca
mayor que no admite mas comentarios. La segunda, y la mas importante, que
volver sobre estos tribunos de la antigua Roma que marcaron el sendero del
sistema democrático en el mundo, nos hace desear la existencia de un nuevo
Catón “El Censor” siglo XXI.
Descartada la tarea de “escrutar la conducta de los
generales en el campo de batalla”, nuestro Catón podría dedicarse (incluso
desde su casa, y vía internet) a “escrutar la conducta de los candidatos a
hombres públicos”, y como le asignaríamos para tal ocupación un salario mas o
menos decoroso, también podríamos encargarle que hiciera un “seguimiento” de
sus públicas acciones.
Claro…Catón “El Censor” –o “El Viejo”- como también solía llamársele, hubo uno solo,
y como siempre nos aferramos a la idea que “no todo está perdido”, confiemos en
que cada ciudadano entienda que a la hora votar el “poder” está en sus manos, y
su condición de “censor” a la altura del viejo Catón. Mas aún en nuestro
Uruguay, donde los poderes del Estado mantienen una independencia que muchas
veces los ciudadanos no valoramos, aunque para ello solo nos baste lanzar una
mirada a algunos países de la región, donde los Gobiernos tienden a fagocitar
el “Estado” por ambiciones personales que sin duda serían duramente condenadas
por nuestro Catón “El Censor”….en fin…lástima que hubo uno solo…
2 comentarios:
ll
Como siempre, tus notas sobre "Bueyes Perdidos" mantienen la linea que muy bien les has impreso desde el comienzo.
En el caso de tu clamor por un "censor" como que me quedo perplejo,confias tu en alguien con las potestades de "censurar" tu conducta, tu trabajo, tus ambiciones, tus ideas?
Realmentes clamas por un personaje con poderes "dictatoriales" que medira todo segun su punto de vista , o, lo que es peor, aun desde el punto de vista de sus convicciones personales o ideologicas?
Yo por lo menos NO.
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