Mi
corazón es como un dios sin lengua,
Mudo se está a la espera del milagro,
He amado mucho, todo amor fue magro,
Que todo amor lo conocí con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
Pero yo espero algún amor natura
Capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
Y me haga brotar ramas sensitivas,
Soy una selva de raíces vivas,
Sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
Distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espíritu sombrío
De cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
Yo seré incontenible como un río.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.
Alfonsina Storni
Hace
74 años, el 25 de octubre de 1938, moría Alfonsina Storni. Había nacido en
Suiza pero era argentina.
Considerada,
con estricta justicia, una de las voces femeninas más potentes de la poesía en
lengua española de las primeras décadas del siglo XX.
Su
nombre comenzó a convertirse casi en un sinónimo de la poesía y feminismo por su forma de desafiar los
convencionalismos sociales imperantes en su época. Una postura frente al mundo que la llevó a
asumir su ser femenino en desgarradora soledad.
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