Ulises de Joyce:
el futuro
hazmerreir
de las letras
irlandesas
Por Маттиас Rotulovic (crítico de la década de 1920) *
Las letras irlandesas serán el hazmerreir del mundo
entero, sino es que antes de eso pasen al más profundo de los olvidos. Este
escritor llamado Joyce, James Joyce, célebre por haber deslumbrado a los
irlandeses y a buena parte de Europa con Dublineses
(Dubliners, en inglés), publicada en 1914, ahora nos deja de su pluma
inentendible el coito literario, no el niño nacido.
Ulises no tiene más que
pensamientos entreverados, nostalgias irlandesas y errores conceptuales: ¿Cuál
es el primero de los errores conceptuales? Que su genio, el genio del escritor,
consideró que aquello que recientemente ha explicado al pasar en alguna
publicación francesa, lo del “monólogo interior” al ser consultado sobre el
objetivo de su publicación, iba a ser considerado de interés.
¿Qué pasará en setenta años, cuando sea 1990, con este
peculiar libro? No creemos desde estas columnas periodísticas, y haciendo uso
de nuestro libre pensar (no como el que se muestra desorganizado en el Ulises) que el texto de Joyce cause
conmoción alguna en las escuelas superiores y universidades, aunque sí podría
ser atractivo para los niños, al ser por momentos, un juego de niños el libro
escrito por Joyce.
Pero la literatura es algo serio. Se le permite jugar
al Quijote, no a Cervantes. Uno se espera encontrar con Ulises, el héroe
homérico pero resulta ser que salvo alguna referencia, no se encuentra un
sentido claro al respecto de aquella obra. Tampoco creo que en el futuro, a
alguien se le ocurra intentar desentrañar el significado de esta obra. Nadie
las comparará. No valdrá la pena.
La extensión
del ridículo
Es un libro extenso que resulta imposible de leer. Los
irlandeses comprenderán algunos aspectos de la obra por tratarse temas
contemporáneos y cercanos geográficamente. ¿Pero el resto del mundo? ¿En
algunos años se leerá? ¿La sociedad mundial, la europea en particular, unida en
momentos de tanta crisis política y bélica, va a entender lo que el hombre
muestra desde su mente a las letras? No debemos ser ingenuos con Joyce al
frente: su obra tiene una intención y es la de hacernos creer que en algún
momento el hombre sucumbirá ante sus pensamientos y que vivirá su vida como un
ser único y hasta ajeno de la sociedad. Palabrerías. Nuestras propias crisis
nos harán unir mucho más, unos a unos, hermanos con hermanos y el libro de
Joyce quedará a un costado.
Estamos en un momento donde Europa se saca los ojos a
sí misma y Joyce logra que este Dedalus, uno de los primeros personajes del
libro, mire con arrogancia su propio presente, sacándose los ojos a sí mismo.
Un amigo me recomendó que leyera el final de Ulises
salteándome las setecientas páginas del libro, desde el capítulo dos en
adelante. ¡Una vergüenza! Joyce creó un alma en pena, la esposa de Bloom,
Mooly, atrevida, impertinente… Pero si Flaubert ya había hecho una mujer así,
con mucho más apego a las bellas letras que la consecuencia de la literatura de
Joyce.
No recomendamos en este apartado literario, leer el
libro de Joyce. No hay que darle oportunidad a la contribución de la destrucción
de la moral. El futuro del mundo no puede tener a un héroe que se exprese
introspectivamente, como si la lectura quedara predestinada a él con él mismo. No
lean el Ulises, porque por suerte Europa saldrá adelante, y el hombre nunca
llegará a ser tan individualista como los personajes del (y esto es motivo de
gracia) “monólogo interior” que propone Joyce.
(*) Por Matías
Rótulo
No hay comentarios:
Publicar un comentario