Georges Braque nació en
Argenteuil, Francia, el 13 de mayo de 1882, y murió en París en 1963. Hijo de
un pintor de brocha gorda, oficio que siguió en un principio, Braque estudió a
partir de 1900 en la Escuela
de Bellas Artes de París y hacia 1906 se adhirió al fauvismo, bajo la
influencia de su amigo Othon Friezs, con obras como El embarcadero del puerto
de l'Estaque.
En 1907, una exposición de
Cézanne y el encuentro con Picasso pusieron a Braque en la senda del cubismo,
tendencia de la que es cofundador. Desde entonces hasta su movilización en la Primera Guerra
Mundial, trabajó en estrecha colaboración con Picasso, dando vida a la fase
llamada cubismo analítico (Naturaleza muerta con instrumentos musicales), y más
tarde al denominada cubismo sintético (Vaso y violín).
A diferencia de Picasso,
que plasmó con frecuencia la figura humana, Braque prefirió, a lo largo de toda
su trayectoria artística, la naturaleza muerta, en la que introdujo novedades
significativas, como el empleo del collage o la incorporación de letras y
números. En sus bodegones cubistas juega con el espectador, invitándole a
reconstruir los objetos a partir de las diversas perspectivas que de ellos
introduce en sus obras.
Después de la guerra de
1914-1918, el artista prescindió de los trazos angulosos y las líneas
fuertemente geométricas de su etapa anterior para inclinarse hacia la línea
curva en un nuevo repertorio de temas: los Guéridons (naturalezas muertas sobre
una mesa redonda), las Pequeñas chimeneas (1919-1927), las Canéforas (1922) y,
sobre todo, los Ateliers(1948-1955), donde recrea ambientes interiores en clave
simbólica. Braque, que fue también ilustrador, escenógrafo, escultor y
grabador, alcanzó un importante reconocimiento en vida y dejó una profunda
huella en el desarrollo de la pintura.
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