DELACROIX,
PINTOR DEL MOVIMIENTO

En 1822
presentó por primera vez una obra en el Salón, La barca de Dante, y en 1824
compareció de nuevo en el certamen con La matanza de Quíos, cuadros ambos que
fueron adquiridos por el Estado francés, a pesar de la fuerte polémica que
provocaron. El pintor se inclina en estas primeras obras por temas que le
permiten expresar una gran intensidad emocional, plasmada con colores
brillantes y gran libertad expresiva.
Son estas
creaciones las que lo convierten en la gran figura del Romanticismo francés,
estilo del que se consideran obras particularmente significativas La muerte de
Sardanápalo y La Libertad guiando al pueblo. En ambas, las figuras dibujan una
línea diagonal, que constituye el eje compositivo del cuadro, al estilo de
Rubens, creando una intensa sensación de movimiento y vitalidad.

Al final de
su vida se convirtió en el gran decorador de interiores de París, con obras
relevantes para el palacio Borbón, el palacio de Luxemburgo, el Louvre y la
iglesia de Saint-Sulpice. Fue uno de los personajes más ilustres de su tiempo,
amigo de Charles Baudelaire y Victor Hugo entre muchos otros, y dejó un Diario
que constituye una interesante y valiosa fuente de información respecto a su
vida y su época.
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