Vertiginosa
introspección, en Buenos Aires, de la artista plástica Adriana Gaspar
Luis
Benítez
(desde Buenos Aires,
especial para HUM BRAL)
Con
singular éxito de público y crítica, se produjo la vernissage de la artista
plástica argentina Adriana Gaspar, el pasado 3 de agosto, en la galería Forma,
de Buenos Aires.
La
inauguración de su muestra, titulada “Introspección”, reunió en el reconocido
salón -regenteado desde hace años por Ana María Hirlemann y Mónica Cassini- a
buena cantidad de artistas, críticos de arte, conocedores y público en general,
acorde con el reconocimiento que Gaspar ha recibido a lo largo de su fructífera
carrera.
Siempre
renovada, en esta ocasión la artista sorprendió a sus seguidores con una nueva
serie de
Vidas Cruzadas, 40 x 30 cm, año 2013, técnica
collage.
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sus collages, dotada de una vitalidad acrecentada y reflejo del
intenso trabajo interior desarrollado por Gaspar desde su muestra anterior.
En
palabras del poeta argentino Luis Raúl Calvo, quien desarrolló una muy
interesante presentación de la obra, “El tema del tiempo, el pasado, el
presente y el futuro confluyen en la obra de Adriana Gaspar como algo que alude
a su propia identidad, a sus propias raíces. Siguiendo una concepción
estructuralista, esto ya lo veníamos advirtiendo algunos años atrás en los
comienzos de su etapa de cajas-objetos que ella comenzó a transitar, en una
línea de profunda introspección, de marcada interioridad con su propio yo. Si
en aquel momento el acento estaba puesto en mostrarnos esos imaginarios de la
infancia que cada uno tal vez comenzó a transitar como en un breve itinerario
personal- al ser partícipes de su obra y recrearlas con nuestra propia
subjetividad- la actualidad de nuestra artista la encuentra como sumergida en
capas todavía de mayor profundidad que la anterior”, subrayó el autor.
Ceremonia de Vida,
medidas 30 x
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Las obras exhibidas, de pequeño formato pero de remarcable potencia expresiva,
parecen proyectarse sobre la sensibilidad del espectador haciéndolo cómplice
del juego de las formas y el color, al tiempo que convidan a embarcarse en un
viaje hacia el interior del espíritu que creó estos collages, suficiente en
varios de los trabajos para producir una puesta en abismo de la mirada. Una
mise en abîme que, en opinión de quien esto escribe, tiene sus puntos más
poderosos en dos obras: la titulada “Ceremonias de vida” y aquella llamada
“Vidas Cruzadas”; desde que en 1912 Georges Braque combinó disímiles elementos
para agregarle este nuevo recurso a la expresión artística, esta técnica, el
collage, no dejó de renovarse gracias a
artistas que, como la argentina Adriana Gaspar, saben aprovechar hasta el
límite las posibilidades que su arte brinda.
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