Sequicentenario de la defensa de Paysandú
(2/enero/1865)
Tributo a
sus héroes y al Gral. de “Independencia o muerte”
Roberto Sari Torres
Leandro Gómez |
Cuando esta historia que narro culmine se verá cómo la heroica decisión
del Gral.Leando Gómez de resistir en Paysandú hasta sucumbir tiene la
inspiración de aquella del Jefe de los orientales de que “Un lance funesto
podrá arrancarnos la vida, pero no envilecernos”… Tal la magnitud de su grandeza…
Es 1856 y Gabriel Pereira jura que su gobierno sólo tendrá “los
purísimos colores de la bandera de la
Patria ”. Venancio Flores se va a Buenos Aires y el Gral.
César Días sublevado, es derrotado y ya rendido, él y todos sus hombres (170) son
bárbaramente fusilados y degollados en
Paso de Quinteros, el 28 de enero de 1858, por orden del Gral. Anacleto Medina,
quien políticamente, como el Presidente, era colorado. Juan José de Herrera escribe: “Ni el Partido Blanco
ha sido el ejecutor de Quinteros ni el Partido Colorado el ejecutado”. A partir
de 1860 asume Bernardo P. Berro la Presidencia de la República , cuyo
programa, sostenía, era el documento de la paz del 8 de octubre de 1851. “Ni
vencedores ni vencidos”. Pero el 19 de abril de 1863, salteándose la verdad
histórica, el Gral. Venancio Flores en
son de guerra invade el Uruguay. Otra vez el mesianismo, el caudillismo y la
mentira como razón bélica, vuelven para continuar la matanza de orientales
sobre la mártir “tierra purpúrea” del Uruguay. Flores vino a vengar la
“hecatombe de Quinteros” (la de “colorados” contra “colorados”, tanto como Flores que también lo era).
Por la guerra no pudo convocarse a
elecciones, por lo que el Senado
designa a Atanasio Aguirre como Presidente, desde el 1° de marzo de
1864… Y allá en Paysandú hay una casona
que fue del patriota sansalvadoreño (doloreño) don Tomás Paredes, quien fuera
el jefe del comando que dio el primer “Grito”
(de Casablanca) contra el poder español aquí, el 11 de febrero de 1811.
Ella será la sede del comando y cuartel general de Leandro Gómez. Desde su
azotea el Comandante del Norte uruguayo otea el horizonte erizado de enemigos,
armas y buques cañoneros del invasor brasilero que, como el gobierno porteño, es el poderoso
aliado de Flores.
Capitanes de la defensa de Paysandú |
Sin embargo un episodio singular y de bravura sin igual protagoniza
la tripulación y su capitán, Pedro Rivero, sobre cubierta
del vapor “Villa del Salto”, que navega
de Salto a Paysandú., Al frente hay dos cañoneras de la poderosa flota invasora
del vicealmirante Tamandaré, apostadas a
ambos lados del canal del río Uruguay
frente a la “Meseta de Artigas”. Debe pasar por un corredor al que
apuntan docenas de mortales cañoles navales. Pero el Capitán ordena marcha tranquila, izar la
bandera, vivas a la Patria
y prepararse para zafarrancho de combate. Cien pares de ojos norteños miran
asombrados semejante despliegue de valor, y el buque pasa sin más novedad
aunque, una legua antes de Paysandú, se bate contra la tercera cañonera. Supera
el trance y ya en puerto, el capitán lo
incendia para evitar su presa.
En noviembre la armada imperial “ya enturbia las aguas” sanduceras.
Gómez ordena que todo escrito que tenga el lema “Independencia o muerte”
distintivo de la grandeza de su decisón. Lo inspiran Artigas y “los 33” . Sabe de las heroicas
defensas anteriores; la del comando de Franciso Bicudo contra los portugueses,
en 1811, y la de 1846 capitaneada por el oribista Felipe Argentó contra rivera.
En este tercer sitio a Paysandú la defenderán un total de 1100 hombres,
contando a su General en jefe.
La “plaza fuerte” del puerto a la plaza, a lo largo de ho
y Avenida 18 de
Julio, ocupa 12 manzanas con trincheras y bocacalles con muros de barro. El 6
de diciembre comienza el bombardeo, con 2500 bombas sobre “la plaza” y así
continúa hata el 8. A
la intimación a rendirse,Gómez había respondido: “Cuando sucumba”. Fueron 3
días de combates. Los capitanes de buques neutrales consiguen una tregua de 24
horas para evacuar a las familias y extranjeros (que son llevados a una isla).
Sólo quedan las familias de los jefes. Al 20 de diciembre la ciudad era una
ruina y el General las inscribe como: “Ruinas de Paysandú”. Ya son 500 hombres
que están fuera de pelea (heridos o muertos). El gobierno de la República , conmovido,
hace un reconocimiento al altivo jefe y a los bravos defensores de la mártir
ciudad litoraleña.
Basílica destruida por el bombardeo |
El 31 de diciembre de 1864 un ejército sumado de 6.000 brasileros y
3.000 floristas se lanzan al asalto de la plaza (en proporción de 15 a uno contra los
orientales). En esas 60 horas finales de su agonía, en Paysandú no se duerme;
café y galletas es todo lo que se como y como fulminante se utiliza un mixto de
fósforos en el oído de cada fusil.
El mando de los sitiados pide una breve tregua para auxiliar heridos y
sepultar los muertos. Sin saber que la solicitud será rechazada, se ordena izar
bandera blanca y no disparar hasta el
retorno del chasque. En ese momento confuso la plaza va siendo
invadida pacíficamente y los soldados de
ambos lados confraternizan como orientales. Cuando Leando Gómez está dictando
la respuesta al mando sitiador (Tamandaré, Flores y Mena) en eso irrumpen en la
sala dos oficiales floristas y dos brasileños exigiendo la rendición
incondicional. Sólo quedaban 200 valientes en
pie. Para entonces el General cuenta con no más de 5 o 6 oficiales
superiores de mando, entre ellos: Aberasturi, Braga y otros dos más, los que
minutos después son vilmente asesinados por los “brasil-floristas”. Leandro Gómez
es entregado a los brasileros al mando: Venancio Flores, Goyo Suárez; únicos
culpables de su cobarde asesinato. Es el 2 de enero de 1865. Paysandú ha
sucumbido; pero la sabandija invasora continuó asesinado heridos y mutilados.
La defensa de Paysandú (extraído de: http://manosanta.com.uy/) |
La hipocresía de la fuerza invasora quedó patente en la proclama de Menna
Barretto: “Valiente esfuerzo contra el enemigo que nos hiere; generosidad para
con los vencidos… Ciudad con escrúpulo
vuestros blasones de soldados brasileños. No os dejéis arrastrar por el
ejemplo de nuestros enemigos en sus excesos”. Al igual que sus compinches, es
un vil mentiroso.
Ciento cincuenta años después de aquel hórrido suceso culminado tan trágicamente, como si
hubiese sido ayer nomás, la inmensidad del heroísmo, la grandeza y el patriotismo
de los defensores de la ciudad uruguaya, traspasa la pared del tiempo y llegan,
frescos y limpios, como ejemplos hasta mi conciencia y sentimientos. Por todo
eso y mucho más, sean por ti entonces, estas mis palabras: -Heroica Paysandú yo
te saludo; con honor, emocionado, a tus valientes; al histórico coraje de
aquellos bajo fuego, y al de su general
de “Independencia o Muerte”.
Tomás Paredes; un
sansalvadoreño en el inicio de la gesta de 1811
DIARIO DE GUERRA DEL
CAPITAN HERMOGENES MASANTI
RECUERDOS DE PAYSANDÚ
OLVIDADOS – Orlando Rivero
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