La literatura latinoamericana se abre paso en China
- Cultura y mercado. Las obras
literarias escritas en español suscitan un interés creciente en los
traductores chinos.
“[…] es mucha la priesa que de infinitas partes me dan a que
le envíe para quitar el hámago y la náusea que ha causado otro don Quijote que
con nombre de Segunda parte se ha disfrazado y corrido por el orbe. Y el que
más ha mostrado desearle ha sido el grande emperador de la China , pues en lengua
chinesca habrá un mes que me escribió una carta con un propio, pidiéndome o,
por mejor decir, suplicándome se le enviase, porque quería fundar un colegio
donde se leyese la lengua castellana y quería que el libro que se leyese fuese
el de la historia de don Quijote. Juntamente con esto me decía que fuese yo a
ser el rector del tal colegio. Preguntele al portador si Su Majestad le había
dado para mí alguna ayuda de costa. Respondiome que ni por pensamiento.
–Pues, hermano –le respondí yo–, vos os podéis volver a
vuestra China a las diez o a las veinte o a las que venís despachado, porque yo
no estoy con salud para ponerme en tan largo viaje” .
Miguel de Cervantes Saavedra: dedicatoria al conde de Lemos.
Segunda parte de Don Quijote, 1615.
* * *
Primeros pasos. A pesar del valor premonitorio de la ironía
cervantina de 1615, y del deseo de Cervantes de que su obra fuera leída hasta
en China, la enseñanza del español –que hubiera hecho realmente posible tal
aventura literaria, más allá del capricho cortesano de un emperador
evidentemente bien informado– se inició en este país solo más de trescientos
años más tarde, en 1953, cuando se creó la Facultad de Filología Francesa, Alemana y
Española en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Beijing.
Así se fundó el departamento de español, que conoció una
primera expansión a comienzos de los años 60 gracias a la revolución cubana y a
las sólidas relaciones políticas que hubo entre Cuba y China. Esto generó una
mayor demanda de hablantes chinos de español y, con ello, un interés por la
literatura en lengua castellana.
Traducción de Mamita
Yunai , de Carlos Luis Fallas. Imagen: Albino Chacón para LN.
Traducción de Mamita Yunai , de Carlos Luis Fallas. Imagen:
Albino Chacón para LN. ampliar
Como no podía ser de otro modo, la primera obra traducida
del español al chino fue El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha , en versión de Lin
Shu y Chen Jialin, y publicada en Shanghai en 1922. El título que tuvo en chino
fue Moxiazhuan (“Biografía del caballero loco”).
Varias curiosidades rodean esa primera publicación: ninguno
de los dos traductores sabía hablar español. Chen Jialin conocía el inglés y
tradujo Don Quijote de una versión inglesa. Lin Shu anotó toda la versión de
Chen, pero de una manera totalmente libre.
Por otra parte, Lin Shu utilizó el idioma chino antiguo.
Solamente avanzada la primera mitad del siglo XX, los chinos supieron que
existía la segunda parte de Don Quijote .
Quien tal vez sea el más famoso escritor chino del siglo XX,
Lu Xun, tradujo los cuentos de Pío Baroja desde una versión japonesa a
principios de los años 30. Un poco después, el poeta chino Dai Wangshu tradujo
poemas de Federico García Lorca. Otros escritores chinos recomendaron traducir
a autores de la Generación
del 98, tales como Unamuno y Azorín, quienes fueron vertidos desde el inglés.
Preocupación social. Las traducciones aumentaron a partir de
la segunda mitad del siglo XX, por razones sobre todo ideológicas. Este era el
criterio fundamental para la selección de las primeras obras, luego de
instaurada la
República Popular de China en 1949.
Se publicaron posteriormente las dos partes de Don Quijote,
esta vez en traducción desde el inglés hecha por Fu Donghua. Solamente en 1978
apareció la primera edición de Don Quijote en mandarín, traducida directamente
del español por la escritora Yang Jiang. Las obras completas de Cervantes se
publicaron en 1996 en ocho volúmenes, obra titánica por los recursos humanos y
materiales que exigió.
Vendrían luego otras obras clásicas de la literatura de
España: El lazarillo de Tormes; Doña Perfecta, de Benito Pérez Galdós; Novelas
ejemplares, de Cervantes; dramas de Lope de Vega; autos de Calderón de la Barca , y El sombrero de tres
picos, de Pedro Antonio de Alarcón.
Como se ve, en ese período, obras del país ibérico dominaban
exclusivamente el panorama de interés en lengua castellana. A mediados de los
años 80 se publicó la versión china de La Regenta , de Clarín, y Fortunata y Jacinta, de
Benito Pérez Galdós.
Entre las obras latinoamericanas traducidas y publicadas a
partir de 1949, están Frontera junto al mar, del mexicano José Mancisidor,
retraducida al chino de la versión rusa de 1956. Obra menor de la literatura
mexicana, interesó por reflejar las luchas populares y la vida social de
México.
El interés por traducir obras literarias hispanoamericanas
al chino no venía del conocimiento directo de esta literatura; en un primer
instante llamaron la atención obras que previamente habían sido traducidas al
ruso. Igual sucedió con otra novela de Mancisidor, El alba en las simas,
traducida en 1958. Esto hizo de él el escritor latinoamericano más conocido
entre los lectores chinos de esa época.
Traducción de Obras
completas , de Jorge Luis Borges. Imagen: Albino Chacón para LN.
Traducción de Obras completas , de Jorge Luis Borges. Imagen:
Albino Chacón para LN. ampliar
Junto con Zhao Zhenjian, traductor al mandarín de poetas
como Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Rubén Darío, José Hernández y García
Lorca, entre otros, así como recientemente de la obra de César Vallejo, Lin
Yi’An es también uno de los más connotados traductores de literatura
hispanoamericana al chino, y con él mantuve conversaciones sobre el tema. Lin
fue el traductor jefe al chino de las Obras completas de Jorge Luis Borges.
Lin ha dicho: “El círculo de creación literaria de nuestro
país prestaba más atención al conocimiento de la connotación social de sus
obras que al estudio de su técnica literaria. En otras palabras, su impacto
artístico sobre los escritores chinos no fue obvio, y Mancisidor no logró
igualarse con los grandes maestros europeos y norteamericanos vertidos por
traductores chinos”.
También, en esa época, traductores del inglés al mandarín se
fijaron en obras que, aunque escritas en otros idiomas, reflejaban las
condiciones de países latinoamericanos. Es el caso de las novelas The Rebellion
of The Hanged y The General in the Jungle, escritas en alemán y en México por
B. Traven, pero traducidas del inglés y editadas respectivamente en 1957 y
1958.
Más títulos... Una vez más, el interés era el reflejo de lo
social latinoamericano que se efectuaba en esas obras. Se tradujo también, del
inglés y no del español, The bosses (Los caciques, 1917), de Mariano Azuela, en
1960. De él mismo se traduciría después, ya directamente del español, Los de
abajo, en 1981. Mamita Yunai, del costarricense Carlos Luis Fallas, fue
traducida bajo los mismos criterios de interés social por su descripción de la
vida social de Costa Rica de los años 30.
A finales de la década de los 70, y sobre todo en los años
80, gracias a los intercambios, los estudiantes chinos que profundizaban sus
conocimientos de español en universidades latinoamericanas comenzaron a prestar
mayor atención a la literatura contemporánea, de la que luego devendrían sus
traductores. Fue el caso de Pedro Páramo y El llano en llamas, de Juan Rulfo,
en traducción dirigida por Tu Mengchao, publicada en 1980 y luego reeditada en
varias ocasiones.
A inicios de los 90, China firmó el Convenio de Berna de
Propiedad Intelectual. Desde entonces, la traducción y la publicación de obras
de la literatura contemporánea en español cayeron abruptamente por los altos
costos de los derechos de traducción y publicación.
Lin Yi’An me reveló que el proyecto de traducción de Cien
años de soledad, de Gabriel García Márquez, se abandonó por el altísimo costo
de los derechos de publicación que la agencia literaria del escritor cobraba.
En el 2001 se publicó Viaje a la semilla , del cubano Alejo
Carpentier, y en el 2002 la novela La profanación del amor, del argentino
Marcos Aguinis. En ese mismo año se imprimió la novela La piel del cielo, de la
mexicana Elena Poniatowska; en el 2003, El vuelo de la reina , del argentino
Tomás Eloy Martínez; en el 2004, la novela Los amigos del crimen perfecto , del
escritor español Andrés Trapiello.
Las obras publicadas al día de hoy son muchas más. Citemos
La región más transparente y La muerte de Artemio Cruz , de Carlos Fuentes;
Obras seleccionadas, de Octavio Paz, en 1993 y en traducción colectiva; La casa
de los espíritus y algunos capítulos de De amor y de sombras, de Isabel
Allende, en traducción del mismo Lin Yi’An. En 1997 se publicó en chino Como
agua para chocolate, de Laura Esquivel, novela traducida por Duan Ruochuan.
Otras trabajos podrían mencionarse, pero los indicados
muestran que la traducción de obras, especialmente novelas, del español al
chino ha sido una actividad, si no muy extensa, sí permanente y sostenida.
Tales obras se leen y circulan sobre todo en los centros académicos, donde dan
pie a trabajos de graduación.
Mundo académico. Las universidades chinas no tienen el
estudio de la literatura en español como su prioridad en cursos específicos,
sino el idioma, pero aquella literatura se lee y se estudia cuando de trabajos
de graduación e investigaciones de postgrado se trata. Se utiliza, eso sí, como
soporte de la enseñanza de la lengua, con muy buenos resultados entre los
estudiantes chinos, en general excelentes y disciplinados lectores.
Sí debe anotarse que se carece de publicaciones académicas,
en el estricto sentido de la palabra, incluso en el ámbito universitario, donde
se incluyan investigaciones que permitan un mayor desarrollo de los estudios
filológicos y literarios en español en China.
Una de las pocas revistas existentes es Tinta China, en
versión impresa y en Internet, dependiente de la Consejería de Educación
de la Embajada
de España en China. La revista se dirige a profesores y estudiantes de español
y procura difundir la lengua y la cultura españolas con temas variados, como
unidades didácticas destinadas al aula en la enseñanza del castellano,
artículos de metodología, y otros misceláneos sobre viajes en España y
Latinoamérica.
En China, los métodos de enseñanza de idiomas –y no solo del
español– se centran en un sentido esencialmente práctico, pe
ro lo cierto es que
existe un interés creciente por el castellano.
Los departamentos respectivos en las universidades funcionan
sobre todo como escuelas de enseñanza de lenguas, pero es también notorio el
desarrollo de investigaciones filológicas y literarias, dado el vertiginoso
desarrollo que tienen las universidades como los principales focos de
desarrollo científico y cultural en China.
El crecimiento del mercado del libro y su penetración en el
mundo académico y en los estratos más cultos, hace que haya un creciente interés
por la literatura que se produce en el mundo hispano.
Así pues, además de materias primas, objetos electrónicos y
otros por el estilo, hay que pensar en la exportación de libros y en el
contacto con editores y traductores chinos. Una traducción y una publicación en
China nunca serán poca cosa. Quizás eso mismo pensaba Cervantes para su Quijote
antes de que comenzara a hablarse de globalización. A lo mejor, el emperador
chino de entonces, premonitoriamente, sí había comenzado a entenderlo.
Extraído de: http://www.nacion.com/
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