PAUL
CEZANNE, UNA DE LAS FIGURAS MAS INFLUYENTES DEL ARTE DEL SIGLO XX
Paul Cézanne nació en Aix-en-Provence,
Francia, el 19 de enero de 1839 y murió el 22 de octubre de 1906. Hijo de un
banquero, comenzó sus estudios en el colegio Bourbon de su ciudad natal, donde
entabló relación con Émile Zola. Prosiguió en la escuela de dibujo y
posteriormente se matriculó, por influencia paterna, en la facultad de derecho,
aunque pronto comprendió que su verdadera vocación era la pintura.
Instaló su primer estudio
en la casa de campo de su padre, hasta que en 1861 su madre y su hermana le
apoyaron para reunirse en París con su amigo Zola, que se había trasladado allí
un año antes. Una vez en la capital francesa, se inscribió en la Academia Suiza
para preparar el examen de ingreso en la de Bellas Artes. En el Museo del
Louvre descubrió la obra de Caravaggio y de Velázquez, y este hallazgo marcó profundamente
su evolución artística.
Sintiéndose incapaz de
pintar, regresó a Aix y aceptó un empleo en el banco de su padre, pero en 1862
decidió volver a París para consagrarse definitivamente a la pintura. Allí
reanudó su amis
tad con Zola y continuó sus estudios en la Academia Suiza, donde
conoció a Guillaumin y a Pissarro. Gracias al contacto con este último, Cézanne
daría un giro radical en su estilo, desligándose de toda norma académica y de
la paleta sombría y fuertemente empastada que le caracterizaba.
En 1886 su obra fue
rechazada por el Salón de Otoño por vez primera, lo que se repetiría una y otra
vez hasta el final de sus días y provocó en él un profundo resquemor. Conoció
por entonces a la modelo Hortense Fiquet, de la que tendría un hijo, y se
trasladó con ella a L´Estaque, localidad en la que pintó paisajes y bodegones
en los que se aprecia una mayor fluidez y vivacidad de los colores merced a la
influencia de los impresionistas.
Como sus coetáneos, se
convenció de la importancia de pintar al aire libre, y, tras volver nuevamente
a París en 1872, realizó una colección de paisajes en Louveciennes junto a
Pissarro y otros artistas que inauguraron su denominado «período
impresionista». En 1878 se estableció casi permanentemente en Provenza,
alcanzando progresivamente la madurez expresiva que iba a configurar uno de los
estilos más representativos e influyentes del arte del siglo XX.
Llevó a cabo su actividad
pictórica en una reclusión casi total, acentuada por la ruptura con su antiguo
amigo Zola a raíz de la publicación de La obra, en la que Cézanne
creyó reconocerse en el personaje de Lantier, un pintor fracasado. En 1886
murió su padre y Cézanne abandonó a Hortense, su esposa desde 1884, y a su hijo
en París, pasando a instalarse en Aix, donde pintaría la serie de cuadros de la
montaña de Sainte-Victoire. Cézanne continuó con su actividad prácticamente en
el anonimato, hasta que en 1895 el marchante Ambroise Vollard organizó, con el
apoyo de Pissarro, Renoir y Monet, una exposición sobre su obra que fue
bien recibida por la crítica, lo que le abrió las puertas del Salón de los
Independientes cuatro años más tarde.
El primer Salón de Otoño
de 1904 le dedicó una sala de forma exclusiva, en lo que sería un
acontecimiento fundamental para el devenir de las primeras vanguardias y una
especie de reconocimiento casi póstumo, pues el artista moriría apenas dos años
después. Dicha exposición confirmó a Cézanne como el padre de cubistas y
fauvistas, y ejerció un gran impacto sobre artistas como Picasso, Braque o Dérain.
La tendencia constructivista
de Cézanne fue la semilla que germinó en el movimiento cubista, además de ser
pionero en su concepción del color, que trató como elemento pictórico
independientemente de la forma. Compaginó así el estilo directo y vivaz del
impresionismo con la precisión en la composición, el ritmo y la cadencia en un
intento de «solidificar el impresionismo», como él mismo declaró.
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