WASSILY KANDINSKY, MAESTRO
DEL ABSTRACTO Y EL COLOR
Wassily
Kandinsky nació en Moscú el 16 de diciembre de 1866 y murió el 13 de diciembre
de 1944 en Neuilly-sur-Seine. Pintor de origen ruso, nacionalizado alemán y
posteriormente francés. Kandinsky compaginó sus estudios de derecho y economía
con clases de dibujo y pintura. Al tiempo que se interesaba por la cultura
primitiva y las manifestaciones artísticas populares rusas, muy especialmente
por el arte propio de la región de Volodga, rico en ornamentos, también
descubrió la obra de Rembrandt y Monet.
Cuando
cumplió los treinta años, Kandinsky abandonó la docencia y fue a estudiar
pintura a Munich, renunciando a un porvenir académico ya consolidado. En esta
ciudad asistió a las clases de F. Stuck y en ellas conoció a Paul Klee, con el
que mantendría una sincera y prolongada amistad. Su interés por el color está
presente desde el comienzo de su carrera, y se puede apreciar en sus primeras
pinturas la influencia del postimpresionismo, el fauvismo y el Jugendstil
alemán.
Entre
1902 y 1907 Kandinsky realizó diferentes viajes a Francia, Países Bajos, Túnez,
Italia y Rusia, para instalarse finalmente en Murnau, donde pintó una serie de
paisajes alpinos entre los años 1908 y 1910. Tal como narra él mismo en su
biografía, por entonces se dio cuenta de que la representación del objeto en
sus pinturas era secundaria e incluso perjudicial y que la belleza de sus obras
residía en la riqueza cromática y la simplificación formal.
Este
descubrimiento le condujo a una experimentación continuada que culminó, a
finales de 1910, con la conquista definitiva de la abstracción. Kandinsky
refundió la libertad cromática de los fauvistas con la exteriorización del
impulso vivencial del artista propuesto por los expresionistas alemanes de la
órbita de Dresde, en una especie de síntesis teñida de lirismo, espiritualidad
y una profunda fascinación por la naturaleza y sus formas.
Entre
1910 y 1914 Kandinsky pintó numerosas obras que agrupó en tres categorías: las
impresiones, inspiradas en la naturaleza; las improvisaciones, expresión de
emociones interiores; y las composiciones, que aunaban lo intuitivo con el más
exigente rigor compositivo. Estos cuadros se caracterizan por la articulación
de gruesas líneas negras con vivos colores y en ellos se percibe todavía un
poco la presencia de la realidad.
En
1911 fundó junto a Franz Marc y August Macke el grupo Der Blaue Reiter,
organizando diversas exposiciones en Berlín y Munich. Paralelamente a su labor
creativa, reflexionó sobre el arte y su estrecho vínculo con el yo interior en
muchos escritos, sobre todo en De lo espiritual en el arte (1910)
y el Almanaque de Der Blaue Reiter, en el que, junto a dibujos y
grabados de miembros del grupo, aparecían otras manifestaciones artísticas,
como partituras de Schönberg (Kandinsky mantuvo una constante y fructífera
relación con la música durante toda su vida) y muestras del arte popular e
infantil.
Al
estallar la Primera Guerra Mundial, Kandinsky volvió a Moscú y allí emprendió
varias actividades organizativas en el marco del Departamento de Bellas Artes
del Comisariado Popular de la Educación. En 1917 se casó con Nina Andreievsky y
cuatro años más tarde se trasladó con ella a Alemania para incorporarse a la
Bauhaus en la primera etapa de Weimar, donde continuaría como profesor hasta
poco antes de su disolución.
La
influencia del entorno de la Bauhaus se dejó sentir, y su obra experimentó una
transición hacia una mayor estructuración, tanto compositiva como formal, que
se ha dado en llamar el período arquitectural de su pintura, al cual siguió
otro de transición en que experimentó con los trazos circulares y concéntricos
(Círculos, 1926). También escribió manifiestos para la Bauhaus y publicó
el libro Punto y línea sobre el plano. En 1933, clausurada la Bauhaus
por los nazis, el pintor se instaló en Francia. En esta última etapa de su vida
continuó en su particular búsqueda de formas inventadas, que plasmó por medio
de colores combinados de manera compleja e inspirándose en signos geométricos y
en motivos decorativos eslavos, como hiciera ya al comienzo de su trayectoria
pictórica.
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