JUAN VALDES LEAL, EL PINTOR A
QUIEN LE FALTÓ TIEMPO
Juan Valdés Leal nació en Sevilla el 4 de mayo de 1622 y murió el 15 de
octubre de 1690. Hijo de padre portugués y madre sevillana, recibió su
formación artística en su ciudad natal, quizás en el taller de Herrera el
Viejo, antes de trasladarse con su familia a Córdoba, población en la que
contrajo matrimonio en 1647. Era ya por entonces un pintor introducido en los
círculos artísticos, ya que muy poco después recibió un importante encargo para
las clarisas de Carmona (cuatro grandes lienzos) y, en 1656, concluyó el
retablo para los carmelitas de Córdoba, que presenta muchos de los rasgos más
brillantes de su estilo.

En Sevilla, Valdés Leal dio rienda suelta al barroquismo que triunfaba en
aquella época y por el que se sentía particularmente atraído por su
temperamento dramático. Obras importantes de este período son los Desposorios
de la Virgen de
la catedral de Sevilla y las pinturas para el convento Jerónimo de Buena Vista.

En 1686 padeció un primer ataque de la enfermedad que lo llevó finalmente a
la tumba, y, aunque todavía contrató algunas obras importantes, tuvo que
dejarlas inacabadas.
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