En épocas de contiendas
electorales, donde se cruzan propuestas varias sobre temas centrales, como el
de la educación, quisiera compartirles esta breve nota que he escrito,
esperando que a alguno le resulte de interés y se pueda plantear un diálogo, un
debate, un intercambio de ideas, al respecto. Ya que los actores políticos
difícilmente nos tomen en cuenta, es fundamental que los actores sociales
tomemos la posta del debate.
Humanizar la educación
Pablo Romero
La principal reforma
que debe realizarse en el sistema educativo, particularmente en el ciclo
básico, es la inclusión de espacios curriculares dotadores de sentido (¿el por
qué?, ¿el para qué? ) y generadores de reflexión, preámbulo para que se pueda
trabajar luego cualquier otro contenido disciplinar, incluyendo el que remite a
las hoy consideradas materias "básicas y elementales" como
Matemáticas e Idioma Español. Hay que volver a apuntalar fuertemente el lado
humanista de la educación, fortalecer el capital cultural desde la
formación humanística, que es propedéutica a la formación en otras áreas del
saber. Así, por ejemplo, deberían apoyarse fuertemente planteos como los de
Filosofía para niños, que se imparten solo en algunas escuelas o colegios privados,
llevándolos a la educación pública, universalizando su presencia en los últimos
años de la escuela pública. E incorporar horas de Literatura y Filosofía desde
el primer año liceal (con abordajes y temáticas adecuados a ese momento vital
de la adolescencia) sería realmente apostar a renovar con atino y fuerza el
sistema educativo. Desde esos espacios se podrían tocar fibras que son vitales
"tocar" a esa edad y que supone una instancia previa -porque son
generadoras de un sentido que es elemental comenzar por construir- a que puedan
comprender, por ejemplo, porqué es importante el estudiar, el formarse
intelectualmente, o porque es deseable reflexionar sobre nuestros actos y sus
consecuencias o incluso -algo más concreto- el escribir sin faltas de ortografía.
O saber pensar matemáticamente. O comenzar a hallar esos sentidos –que son
múltiples y que irán variando con los años- que tanto buscan para su existencia
y ponerlos en juego con sus pares.
Seguiremos fallando si
no entendemos que el problema está en la falta de sentido reinante y la baja
capacidad de reflexión, asociada a una drástica disminución del capital
cultural, que aqueja particularmente a los adolescentes del ciclo básico. Pero,
sin embargo, son seres "filosofantes" espectaculares, justamente en
una edad donde comienza a ser central la búsqueda del sentido y el dejar volar
la imaginación. Al contrario de lo que se insiste desde hace años (y desde
todas las tiendas políticas y desde cuanto “técnico especializado en educación”
ha aparecido en el escenario público), creo que hay que apostar fuertemente al
área humanística en el ciclo básico y al fortalecer –insisto- sobre todo esa
búsqueda de sentidos que el adolescente de hoy día necesita más que nunca.
Necesitan más Filosofía y Literatura y menos supuestos de que la educación
tiene que estar en consonancia con el mundo del mercado laboral y las nuevas
tecnologías o ser simplemente algo “divertido”, que “atraiga a los chiquilines”
(en ese caso, deberíamos simplemente montar un cyber café y listo). En tanto
docente de Filosofía y de Informática, mi experiencia de campo me ha permitido
verificar el supuesto de que la herramienta tecnológica de poco sirve si no hay
un sujeto pensante utilizándola debidamente. Cuando se comprenda cabalmente
esto –que probablemente a casi todos nos resulta de sentido común-, se
comprenderá también en qué estamos fallando en el sistema educativo y se
fortalecerá- quizás- desde el arranque del ciclo liceal (o aún mejor, desde los
últimos años escolares) las áreas humanísticas, hoy en amplia desventaja
frente a otros espacios del saber.
Por supuesto, esto no
significa crear falsas dicotomías, falacias de falsa oposición que tanto mal ya
han hecho al sistema educativo, pero sí supone el planteo de una necesidad
curricular que hoy se da justamente a la inversa, en tanto las disciplinas
humanísticas son clave para el fortalecimiento del pensamiento en esos primeros
años básicos de formación intelectual del sujeto adolescente y, sin embargo,
los alumnos suelen tener un mayor contacto posible recién a partir del
bachillerato, siendo que una amplia mayoría ni siquiera alcanza ese nivel de
estudios. O sea, muchos de nuestros jóvenes ni siquiera pasan por un curso que
los ponga decididamente en juego con la rica tradición del pensamiento crítico
de su propia cultura. Hay
que brindarles esas herramientas reflexivas muchísimo antes, hay que brindarles
una impronta humanística muchísimo antes en el sistema educativo. E incluso,
brindarles talleres de Argumentación sería central. Siendo chicos que en muchos
casos están a dos o tres años de ejercer sus derechos ciudadanos, es
preocupante la falta de capacidad discursiva y de cultura del debate de ideas
que tienen, reflejo justamente de la ausencia de espacios curriculares que
apunten a trabajar directamente sobre esa falencia, que tanto perjudica –a la
larga- al mejor desempeño de nuestra democracia.
Y no hay que
subestimarlos, sino darles la formación que realmente están necesitando estos
adolescentes. Hay que enseñarles a pensar reflexivamente, incluso mucho antes
–también insisto en este punto- de que aprendan -cosa que también deben hacer,
claro- las reglas ortográficas o manejen fórmulas matemáticas o físicas. Hay
que traer a escena del espacio educativo del ciclo básico a las materias que justamente
se especializan en formar en el área del pensamiento reflexivo. Hace años
comenzamos un proceso justamente inverso y hoy -justo hoy, donde ya de por sí
la formación humanística está en declive en todos los sectores de la sociedad-
vemos las consecuencias de ese repliegue del área de las disciplinas críticas.
Es central trabajar
sobre el capital cultural de alumnos y familiares y recobrar el sentido
respecto del saber (que no es, ciertamente, el de hacer cosas
"divertidas" para los alumnos o prepararlos únicamente para el campo
laboral, porque incluso para “generar” un buen trabajador de lo que sea, es
fundamental formar un sujeto pensante y un sujeto cargado de eticidad, que no
sea indiferente, que no este vacío de valores y sentidos)
El que las Humanidades
están de retiro en casi todo el mundo a nivel de los sistemas educativos de
enseñanza media básica, es un problema que refleja no solo el rumbo que el
mundo ha tomado (y así estamos, con sociedades contemporáneas deshumanizándose
cada vez más) , sino que debería indicarnos claramente la necesidad de recobrar
la presencia de las disciplinas dotadoras de sentido en los sistemas educativos
que forman a nuestras nuevas generaciones. Lo básico y elemental, digamos.
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