sábado, 2 de mayo de 2015


DE LOS AGITADOS DÍAS QUE SE VIVEN EN ESTA LEJANA COMARCA DONDE VARIOS NOBLES CABALLEROS COMPITEN POR GOBERNARLA 
 (A LA COMARCA)















Escriba Medieval



Amados Cofrades: como vosotros sabéis (pues ya os lo he contado en pretéritas oportunidades) también a estas lejanas comarcas donde habito suelen llegar noticias del mundo. Cada semana el palomo Ad-Inet se posa en mi ventana trayendo misivas que, no por breves, dejan de ser ilustrativas.
Sin embargo por estos días la avícola mensajería incrementóse de manera considerable, pues los Nobles aspirantes a gobernar las aldeas pugnan por el apoyo del pueblo, imprescindible para lograrlo (pero al que luego pronto olvidarán).

Las promesas para lograr consenso también se repiten al final de cada período. Aseguran arreglar los caminos y tapar los pozos, firmar pergaminos con quienes gobiernan el Castillo llamado OSE (Obras Sanitarias de la Espera) para que todos los aldeanos puedan beber agua limpia (o más o menos limpia). También prometen desarrollar programas culturales llevando a los confines más remotos a vates y aedos (como Lu Casugo) para que contribuyan a esclarecer –y elevar- el pensamiento de la plebe. Y como invariablemente ocurre por estas épocas, prometerán viviendas dignas para todos mediante planes de pagos a través de apenas un puñado de maravedíes.
Para quienes no estén en conocimiento (pues los inadvertidos jamás se terminan), advierto a vuesas mercedes que el Rey Joseph “El Feo” ya no gobierna más estas tierras, ahora se dedica a cultivarlas, y en su lugar ocupa el trono el Rey “Tab- Are” (que nada tiene de morisco pese a la fonética de su nombre). Hombre con tendencias a las oscuras ciencias y a la brujería, y en cuyo hablar pausado y tranquilo no debéis confiar, porque en el momento menos esperado saca una larga y filosa espada que porta debajo de su capa y te corta la cabeza.

De manera, pacientes integrantes desta Cofradía, que por acá tenemos la nobleza, compuesta por el Rey y los señores feudales.
Desde la cumbre los ojos del monarca llegan a los confines de su reino.
Los señores feudales se ocupan de los vasallos, y desde sus feudos cobran impuestos a los vasallos y se los llevan al Rey (o por lo menos deberían).
La otra clase social que también estaba ubicada en la zona de los privilegiados es el Clero. Ellos también tienen poder sobre las personas a través de los obispos, sacerdotes y todos los que estén involucrados de alguna u otra manera con la iglesia.
Quienes no tienen privilegios en esta Edad Media son los campesinos, quienes no están impedidos de salir del territorio que tienen asignado para trabajar.
El sistema es simple –nobles contertulios- el rey concede grandes extensiones de tierra a los nobles y obispos, y estos a su vez ponen a trabajar a los campesinos en las tierras. Siembran y cosechan los cultivos y dan la mayor parte de la producción al propietario. A cambio de su trabajo, se les permite vivir en la tierra, criar algunos cerdos (no demasiados) y protegerlos en caso de invasión enemiga.
Naturalmente queste humilde y anciano Escriba también puede considerarse un privilegiado, pues tal es su insignificancia que una vez le tiró un hueso a un perro hambriento y este lo ignoró.
¿Que acaso debería eso ser motivo de tristeza?
¡Jamás!...queridos y nunca bien ponderados lectores destos desquiciados pergaminos.
El Artista, el Juglar que va de pueblo en pueblo cantando las noticias, o el titiritero que “viene de muy lejos, cruzando los viejos caminos de piedra, y es de aquella raza que de plaza en plaza, nos canta su pena”, tienen todos la condicionante de la pública exposición. En cambio este viejo puede ver y escuchar cuanto le plazca pues las gentes no practican discreción ante quienes consideran inofensivos. ¡Oh, memoria! ¡Oh, recuerdos!...algún día prometo contaros una historia de cuando este Escriba era joven y ganábase el sustento como siervo en un palacio habitado por Generales quienes -erróneamente- “no practicaban discreción ante quienes consideraban inofensivos”…pero eso, será otro día.


Moraleja:

Si algún parecido con lo dicho en un día futuro encontráis, no alteréis vuestra conciencia…como suele suceder, será pura coincidencia.

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