“También
afuera de todo esto”, de Laura López Morales: el poder de lo
pequeño
Por
Luis Benítez
También
afuera de todo esto,
de la autora argentina Laura López Morales, fue editado
recientemente por el sello Llanto de Mudo, de la provincia argentina
de Córdoba (ver: llantodemudo.blogspot.com).
Se
trata de un poemario relativamente corto, de 80 páginas, pero dotado
de una gran densidad y hondura escritural. La poesía de López
Morales no se demora en matices descriptivos ni se enamora de
metáforas inconducentes, sino que apunta a una marcada síntesis de
eso aparentemente inasible que es la médula de la genuina poesía.
Poemas cortos, sin título, donde la apenas sugerida referencia
biográfica se halla en exclusiva función de reforzar la
expresividad del texto, uno no confesional, marcadamente estricto. La
propuesta de la autora es detenerse en escenas breves, mínimas
fotografías de lo re
al, donde sin buscada representación de lo
cotidiano se las arregla para mostrarnos que esos registros
continuadamente pueden mostrarnos la presencia de “algo” -¿cómo
definir lo indefinible, cómo hablar precisamente de lo que es
inefable?- que excede los márgenes de los meros climas posibles. El
intento de López Morales parece apuntar a lo que bien podríamos
llamar “haikus occidentales”, por el espesor y el peso
remarcables de lo que alude con estilo tan indirecto. No se trata de
una poesía etérea, sino apretadamente material: aquello de lo que
nos habla se infiere más que se presenta ante nosotros, pero lo hace
desde elementos y escenarios minimalistas, bien condensados por la
autora, pero que dejan una ventana claramente abierta a su sentido
concreto. La referencia destacada –y hay muchas otras, mas mi
lectura quiere remarcar esta- consiste en una apelación al poder de
lo pequeño, lo aparentemente insignificante, a veces, que en verdad
(y López Morales sabe cómo ponerlo en evidencia) recorta un plano
de sentido que se muestra como sinécdoque del plano general, esa
enorme dimensión. Es una poesía de planos cortos, primerísimos
primeros planos diría yo, que se potencia gracias al mencionado
poderío de lo pequeño para contener como metáfora, para abarcar
como un escondido ejemplo. Llamativamente complejo en su aparente
simplicidad, el discurso poético se desliza a pinceladas que son más
de acuarela que de brocha, que no ocultan bajo una resignificación
sino que delatan, como un ácido que corroe la apariencia para
mostrar debajo aquello que no sabíamos que estaba allí. Seguramente
lo intuíamos en nuestros mejores momentos de atención, pero se
necesitan las Lauras López Morales de este mundo para acceder,
habitualmente, a verlo.
Laura
López Morales, nació en Villa Dolores, provincia de Córdoba,
Argentina, en 1976. Formó parte del taller literario Piedra Viva,
dirigido por el poeta Andrés Utello.
Otras
de sus obras poéticas son: Signos en tu
Espalda (2006) y Las
Desperdigadas Minucias (2013).
Participó en las antologías Palabras de Dolores (1998) Poesía
Hacia el Nuevo Milenio III (2000); Poemas
de la Sierra Grande (2004); Asueto,
Hojas de Poesía (2010); Más
Vale Tardes (2011); Elefante
(2012); Habitar el Grito, Poesía y
Memoria en la Perla (2013); Palabras
de Poetas (2013); Toma
de acá, Poesía para abrir el campo
(2013); Obertura, Club Editorial de las
Sierras Chicas (2013).
ASÍ
ESCRIBE LAURA LÓPEZ MORALES:
(…)
algo
de necesidad primera
hay
bajo alguna
de
todas estas piedras
golpea
la
terca inocencia de las bestias
el
cuarzo del buen tiempo
lo
que se desmorona
lo
que también funda
si
todo existe para ser asumido
aquí
debo elegir
entre
el derrumbe y sus atajos
(…)
porque
también
lo
que no está
hace
aquí su casa
su
retrato preferido
su
leña para el fuego
de
a una junta las migas del mantel
hace
pan de los restos
juega
a ser el cuchillo
la
rodaja
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