viernes, 14 de abril de 2017

Todo  lo que  pasa  ya  pasó


Roberto  Sari  Torres



De todos  modos  el tornado  F3 del  15  de  abril de  2016 tardará  en irse de la memoria  y también  de la historia  su trágica  y  polvorienta  huella. Como los demás,  su viento es producto  de la dinámica  del planeta  con  interacción  cuántica  de  sus elementos  sobre sólido, líquido y gaseoso que en un  instante de pánico caótico, de su estatus normal para la física de  sus corrientes de aire, si cae sobre nosotros se  nos presenta en  escala  catastrófica.



El tornado   es  un  viento que rota  entre 200 y 300 kilómetros por  hora,  un F3.  Este fenómeno fue causa    directa de  cinco   fallecidos y un tercio urbano de la ciudad  de  Dolores  destruida.  Registré  que el  paso  del F3 sobre  los   barrios  Calvo y  Altos  de  Dolores  duró   3  minutos:  de  las  16,14hs. hasta  las  16,17hs.  El diámetro  del  remolino tuvo aquí  entre 300  a  500metros.   Después  vino  calmo y silencioso… un imponente silencio,  comparado  con  el abrumador   rugido del viento un instante  antes…  Un   insoportable   sentimiento   de  tragedia   y  de  máxima   destrucción cayó sobre  mi  y los  demás. La  casa paterna   fue  aplastada  y en ella un pedazo   de  pared  aplastó a  mi  hermana,  la  que  pocas horas  después   falleciera  en el Hospital  de Fray Bentos.  El  dolor   de  ausencia, por  su   muerte  quedó atado    a   la memoria  del  trágico   15  de abril, en Dolores   del  año 2016.    Pero   siento ahora   que  debo   en   mi    este  rumbo de  colisión   con  la tristeza  y volver a  la  ruta  con  el  realismo,   enfrentarlo   y  explicármelo    sin    intervención    de  ninguna  teoría  rara.  Pongo   mi  barco  en  rumbo  para  aquellos   lados   de aguas  tranquilas  para  que no  se  pierdan ni  se  hundan  los  Hombres entre  los sargazos     de  la flagelación…o   una autoflagelación constante ,  aguda  y amarga hasta  casi no poder más   continuar.
Las  localías   y   particularidades   del  mundo  tierra  tiene  naturalmente   complejas interacciones   marcando  con  su  trágica  evidencia   el  número  de  víctimas,  la magnitud  de la  destrucción,   la huella ambiental confusa  negativa  para  el  futuro…   y  la  desolación y la tristeza  que   a  todos nos  alcanzó.
Pero  bien  sabemos    que  ahora   que  todo  depende  de  cuán  fuerte  se  construyan  las casas, como defensa y   protección  de la  vida  humana  contra  cualquier  tipo  de  agresión  sorpresiva,  como  la de  un  tornado  F3.   Sólo  el  hormigón,  como estructura  principal,  tiene  esa   capacidad  defensiva.

Los   vientos,  granizadas y  lluvias   copiosas   siempre atacan desde   el   Oeste y  Suroeste   como   bien   ese cuadrante   de tempestad.   Así  fue  hace   como 25  años  (o  más)  cuando un  tornado  torció  como si  fuera alambre   las  torres de UTE  en los campos  entre arroyo  Magallanes  y  Bizcocho (costado Este  de ruta  21).   Fueron  días  de  crisis   de  energía eléctrica   y   de  suministro  de   agua potable,   y  que aún  se  recuerda.

Si   tomamos  nota  de lo que   nos enseñó con  su  mal  genio  el F3   del 2016, ninguna furia  o  enigma del  futuro   sorprenderá  otra  vez   a  Dolores.

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