sábado, 25 de septiembre de 2010

Haikus mestizo
( Así me lo transmitió M.Benedetti)

La entrerrisa,
misteriosa prudencia,
nace y se mueve.

El sabio chino,
que lo ve todo rosa,
no dice nada.

La pequeña risa,
la pequeña llamita,
sonríe y canta.

En sus entrañas,
la vida crece y crece,
sin saber nada.

En cambio ríe
porque en la noche vino
supeoresnada.

Y un beso trajo
entre risas y llantos
y fue quedando.

La sed se apaga,
mas el amor se afianza
con la esperanza.

Y llegaron lágrimas
y silencios profundos,
a cal y canto.


Wilson Armas Castro

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