sábado, 6 de noviembre de 2010

EDITORIAL II

La Libertad mira el sol del Norte


Antiguo trazado de la Plaza Independencia de Mercedes
con la estatua a La Libertad

Las plazas de Mercedes han sido remodeladas en su totalidad. La Plaza Independencia ha experimentado seis modificaciones importantes desde la fundación de la Capilla Nueva, cuando era solamente un baldío descampado hasta  el presente. Sobre el final del año 1997 la centenario Plaza Rivera fue reinaugurada, y el 25 de agosto de 1998 el  tocó el turno a la Plaza Artigas, ubicada en el centro neurálgico de la ciudad. Sobre el final de la administración municipal de Gustavo Lapaz (Intendente de Soriano por dos períodos 1995-2000 y 2000-2005) se concretó la remodelación de la Plaza Lavalleja, que resistió hasta que pudo esa suerte de fiebre del reciclaje que cambió la fisonomía de la ciudad.

Plaza Artigas


Pérdida de identidad
Lejos de las críticas sobre los aspectos técnicos utilizados, de los inconvenientes o las soluciones aportadas por estas modificaciones, sobre la necesidad o no de las mismas, lo importante en este aspecto poco debatido es la pérdida de identidad como ciudad que ya ha sobrepasado largamente las dos centurias de vida. Para un viajero ocasional recorrer Mercedes puede resultar una experiencia curiosa ya que entre algunos edificios añejos (los que aún sobreviven) se encontrará con cuatro plazas que no denuncias el pasaje del tiempo. Con fuentes, juegos para niños, y estructuras que no evidencian para nada la historia que encierran.
Sin dudas que el pasaje del tiempo requiere adecuar los espacios al aire libre a las nuevas necesidades de esparcimiento de la población, pero el reciclaje desmesurado, puede llevar a excesos modernistas que nos harían perder identidad cultural.
Plaza Rivera con la estatua a La Libertad
 mirando hacia el Norte
El 30 de diciembre de 1997,  la Intendencia de Soriano reinauguró la Plaza Rivera, que en esa fecha cumplía 100 años. Incorporando a su remodelación juegos para niños, poniendo nuevamente en funcionamiento la fuente, modernizando su iluminación y quitando algunos árboles. Cuando culminaron los trabajos de remodelación, por disposición de entonces Intendente, Gustavo Lapaz, la estatua de La Libertad, fue girada para que mirase la fuente reinaugurada. La estatua a La Libertad, el monumento más antiguo de Soriano, inicialmente erigido en la Plaza Independencia, en 1866 por disposición de Máximo Pérez, siendo trasladada en 1943 a su actual ubicación. En ambas oportunidades la Estatua a la Libertad miró hacia el Este, como no podía ser de otra manera: el sol se alza frente a los ojos de la Libertad, de acuerdo a una concepción masónica. Por otra parte, con el pasaje de los años, los tres monumentos más significativos de Mercedes, la Estatua de Artigas, el Gaucho de Asencio y la Estatua a la Libertad formaron un triángulo simbólico, que en gran medida representaba esa idea masónica de alguno de algunos de los gobernantes de principios del Siglo XX.
Cierto significado patriótico como el de todos nuestros símbolos nacionales: el Gaucho de Asencio cabalgando rumbo al Este, con el brazo extendido hacia el Oeste, convocando a La Libertad, que a su vez miraba la aparición de la luz. En tanto Artigas, desde la altura del terreno, sombrero en mano, mira hacia el gaucho de Asencio, pues sus ideales se dirigen a él, que a su vez es la fuente de su pensamiento libertario.
Por disposición del Intendente de la época (Gustavo Lapaz) la estatua a La Libertad fue girada hacia el Norte, y desde hace 13 años mira hacia allí. ¿Será acaso que la luz que espera ver La Libertad aparece del Norte?
De no haber sido que encontró resistencia popular el Intendente Guillermo Besozzi habría trasladado al Gaucho de Asencio hacia la radial Mercedes, con el pretexto que la ruta N° 2 se llama “Grito de Asencio”; pero nunca explicó concretamente que clase de monumento  lo suplantaría, y que debería erigirse nada menos que en la principal plaza de la ciudad.

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