La mujer mono que
quiere volver a su casa
Se hizo conocida como
"la Indescriptible ",
"la mujer más fea del mundo", "el eslabón perdido" y
"la mujer mono". Se llamó Julia Pastrana y con sus 1,37 metros de alto y
su cuerpo cubierto de pelo pasó a la historia y recorrió los circos y teatros
de Estados Unidos, Canadá y Europa hasta terminar arrumbada en un sótano de
Noruega.
La indígena mexicana, más
precisamente sinaloense arribó a Inglaterra junto a su empresario, y futuro
marido, Theodore Lent que la promocionaba como un "monstruo". El
diario Reforma publicó una entrevista anteayer con la mexicana Laura Anderson
Barbata que ha investigado la increíble historia de esta indígena, y exige para
ella un entierro digno en Sinaloa.
Las investigaciones publicadas
hablan de una mujer dulce, educada y extremadamente inteligente, con voz de
mezzosoprano que tocaba la guitarra, amaba la lectura y hablaba tres idiomas.
En 1854 se casaron y Lent, además de exhibirla en funciones masivas, empezó a
vender entradas y hacer pases privados para mostrar a su esposa en el propio
salón de casa.
De gira por Moscú, el 20 de
marzo de 1860 dio a luz un niño que heredó su enfermedad y murió a las 35 horas
de nacido; ella falleció cinco días después del parto. El empresario hizo un
espectáculo de su agonía al cobrar a los aristócratas rusos que rodearon su
lecho y aseguraron oírle decir: "Muero feliz; sé que he sido amada por mí
misma".
Lent ideó entonces una
macabra forma de conservar su fuente de ingresos. Autorizó que los cuerpos de
Pastrana y de su hijo fueran embalsamados y después los exhibió durante más de
una década en los principales circos europeos. Su explotación habría de
prolongarse más de un siglo. Tras la muerte del empresario, su cuerpo pasó de
un dueño a otro, hasta que en 1973 tuvo su última gran gira por Suecia.
Pastrana y su hijo fueron
guardados en una caja por su último "propietario", el noruego Bjorn
Lund, en una camioneta ubicada en un recinto ferial cercano a Oslo. En 1979 la Policía recibió el aviso
de que unos niños habían encontrado un brazo momificado en un basurero; al
seguir la pista dio con Pastrana y sin notificar a Lund llevaron al Instituto
de Medicina Forense lo que quedaba de ella: el rostro apergaminado, casi sin
pelo, y un cuerpo desnudo, en gran parte artificial, ya que al embalsamarla sus
extremidades fueron rellenadas para que no se encogieran.
La mujer más fea del mundo
pasó a formar parte de la Colección Schreiner del Departamento de Anatomía
del Instituto de Ciencias Médicas Básicas de la Universidad de Oslo,
junto con 8 mil esqueletos y restos óseos pertenecientes, la mayoría, a la
época de los vikingos y la
Edad Media. La misteriosa mujer noruega no volvió a aparecer.
Pastrana es considerado el
primer caso reportado en la literatura médica de una combinación de
hipertricosis generalizada congénita terminal con hiperplasia gingival. Debido
a este trastorno genético tenía el cuerpo cubierto de vello, largas patillas y
barba, y una boca con encías hipertrofiadas que le daban aspecto de simio.
Fuente Diarios Reforma y El
Mundo
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