Una
degeneración
“Por más que al
Carnaval se le haya extendido la partida de defunción hace mucho
tiempo, el se presenta haciendo piruetas y lanzando carcajadas. Le
acompañan mujeres livianas con el rostro cubierto y senos desnudos
y es bastante para que lo reciban con alegría los “viejos verdes”
y los jóvenes que creen que al mundo se ha venido nada más que a
divertirse. Es una caricatura y una degeneración, pero como nunca
faltan mamarrachos y decadentes, siempre tendrá partidarios. El
carnaval es una locura en que suenan los cascabeles de la pecadora y
el haragán que se disfraza de estudiante. En Roma decayó, en
Venecia es un recuerdo, en Niza una exploración y en Barcelona y
París se le quiere galvanizar el cadáver. No hay por lo tanto,
motivo para tolerarle. Afortunadamente no dura más de tres días”.
*Periódico “El Nacional”,
Mercedes, 1915
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