sábado, 12 de enero de 2013


A 510 AÑOS DEL NACIMIENTO DE “PARMIGIANI”, 
EL PINTOR DE LA ELEGANCIA




Francesco Mazzola, conocido como “Parmigiani”,  nació en Parma, actual Italia, en 1503, y murió en Casalmaggiore en 1540. Se le conoce por el seudónimo derivado de su ciudad natal, en la que dio sus primeros pasos como artista con los magníficos frescos para la iglesia de San Giovanni Evangelista. Posteriormente trabajó en Roma y en Bolonia, antes de regresar a Parma en 1531, donde recibió el encargo de pintar unos frescos para Santa Maria della Steccata, que no finalizó se cree que por pura dejadez. Su fama, no obstante, está más vinculada a las obras de caballete que a los frescos. Cultivó la temática religiosa y mitológica, así como el retrato, con un estilo personalísimo, típicamente manierista, de figuras alargadas, colorido frío y ambiente sensual y elegante. Son emblemáticas en este sentido la Virgen del cuello largo y Autorretrato en un espejo convexo. Se le deben así mismo numerosos grabados y fue uno de los difusores de la técnica del aguafuerte.
La importancia de su obra supera ampliamente el hecho de contarse con pocas obras legadas. Entre ellas se encuentran La conversión de San Pablo de 1527 y el Autorretrato ante el espejo (ambos en el Kunsthistorisches Museum de Viena),La Virgen de la Rosa de 1529, La Virgen del cuello largo (hacia 1535; Galería de los Uffizi de Florencia), la Esclava turca y la Antea.
Su obra y su personalidad se afirman en contacto con el primer manierismo toscano y, a través de las obras de los grandes maestros Rafael y Miguel Ángel, consiguiendo traducir en términos originales los modelos del Renacimiento con una orientación ya plenamente manierista. Para él la función del arte era trasmitir sensaciones exquisitas y excitantes, para lo cual tuvo que crear una necesaria artificiosidad. De Correggio asimilará el clasicismo, convirtiéndolo en manierismo, manteniendo el ilusionismo del primero pero traduciéndolo a modelos más decorativos y una mayor vitalidad de las formas.
En los Esponsales de Santa Catalina, de 1521, hay una rebuscada elegancia en las formas y una composición en la que todas la figuras giran alrededor del pedestal de la Virgen, este cuerpo geométrico se va a repetir deliberadamente en toda la composición, incluso el marco arquitectónico aparece con forma semicilíndrica.
La Visión de San Jerónimo, realizada tras su llegada a Roma y tras conocer las obras de Rafael y Miguel Ángel, es una obra que resume todas estas experiencias. La dimensión de sus personajes y su expansividad formal se inspiran en Miguel Ángel, pero la energía propia de este artista se reduce y se sustituye por la elegancia.

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