Chau sorete
Fermín Méndez
(Mintxo )
Un veterano, con el cual compartíamos - mostrador mediante -
el bar donde trabajé en Euskadi, me contó en más de una ocasión de sus
vivencias en Australia. Vivió muchos años, de niño-joven, producto del exilio
de sus padres. Historia conocida. Muchos fueron los que debieron volar producto
del clima hostil que imponía un dictador enano y compadrón. La divina
providencia lo puso ahí, al mando de España, según el mismísimo Franco. (me
pareció escuchar esa oxidada declaración por estos lares, no hace tanto...)
Sabido es, vascos, catalanes, asturianos, sevillanos, madrileños, gallegos,
valencianos, del pueblo más pequeño e inofensivo que fueran, no tenían opción:
emigrar o paredón.
Lo cierto es que mi buen amigo, el "bigotes",
aprendió y convivió en el lejano país australiano de costumbres, dichos,
formas, maneras, sentimientos, asados, vinos, Nacional, Peñarol, River, Boca,
Estudiantes, Independiente. En Australia también había una gran cantidad de
exiliados uruguayos y argentinos. Mas jóvenes, pero por las mismas decisiones
de verdes uniformados: te mataban, secuestraban, violaban, te robaban tus
hijos, te golpeaban tu vieja, te desaparecían.
Hablábamos mucho. Siempre contra un costado de la barra,
junto a la puerta principal. Ahí estacionaban con sus compadres, porque ese era
su lugar. "Haber tú! camarero! pon una ronda de vinos aquí!"
Todas las noches caían por el bar Libano, a última hora,
pidiendo un tinto per cápita. Eran los encargados del cierre, - salvo alguna
que otra ocasión donde la cuadrilla "de los cubatas", con mi amigo el
"frutas", seguía larga y tendida la noche. Y los viernes cantaban.
Pero cantaban bien eh! Muy bien. Con voz impostada, con coros uniformes, a
grito pelado. Algunas canciones en castellano y otras en euskera, daba igual.
La intención era cantar bien, alto y fuerte. Y si alguien invitaba otra ronda
"por los servicios prestados", mejor.
Antes, mucho antes de conocerlos, llegaron una noche
cualquiera. Ocupado, les dije que sha iba en un perfecto español uruguayo.
Escuché cuchiceos, hablaban de mí; obviamente. A los segundos salta uno, con un
idioma uruguayo que daba pena: "haber tú! sorete póne unos vinos acá, a
los amigos. Boludo.!" . Miré incrédulo, inmediatamente.
Como en toda experiencia con otro idioma siempre, pero
siempre, se aprenden más rápido las malas palabras que las otras. Pero sorete
se la enseñaron en relación a los malos milicos de la época. Hubo buenos
milicos, pero son como el árbitro de fútbol: cuando juzgan bien no se habla de
ellos.
Milicos soretes para él fue internacional, lo sintió suyo;
de sus padres, de sus amigos.
Lo imagino hoy, viernes, en el bar Líbano, reflexivo sobre
un milico sorete que se fue. Chau sorete, dirá. Recordando a todos los que dejó
de ver en el exilio, y a todos los que la vida le presentó en la isla. Y
después cantará, fuerte, alto; pero bien.
COLUMNA DESDE LO PISADO
Los Dinosaurios
van a desaparecer
Esta columna se escribe en el apuro de la noticia y es tal
vez más corta que las anteriores. Es, como siempre sobre una obra literaria,
aunque se basa en una canción: “Los Dinosaurios” de Charly García lo anunció.
Por Маттиас
Rotulovic*
Hubo 30 mil desaparecidos.
“Los amigos del barrio pueden desaparecer”
La censura silenció no sólo la opinión. Tampoco se informó
sobre los muertos y lágrimas de las madres, hijos, abuelas, hermanos que caían
como cuerpos desde los aviones.
“Los cantores de radio pueden desaparecer”
Hubo medios de comunicación
que acompañaron la Dictadura ,
publicando listas de perseguidos y censurados. Diarios como El País en Uruguay,
viven y luchan en Argentina con los sonidos del Clarín, y haciéndose eco de una
Nación enferma.
“Los que están
en los diarios pueden desaparecer”
Las madres… Las abuelas… Los hijos…
“La persona que amas puede desaparecer”
Algunos “demócratas”
posteriores quisieron olvidar y perdonar.
“Los que están en el aire pueden desaparecer”
“Los que están en la calle pueden desaparecer en la calle”.
Como canta Fito Páez: “Madres muy desesperadas cocinaban y planchaban. Hoy sus hijos son
caníbales fantasmas”.
“No estoy tranquilo mi amor,
hoy es sábado a la noche,
un amigo está en cana”
Oh mi amor
desaparece el mundo”.
Y el dolor de antes y el dolor de ahora y la culpa que nos
arrastra:
“Si los pesados mi amor llevan todo
ese montón de equipajes en la mano
Cuando el mundo tira para abajo
yo no quiero estar atado a nada”.
Murió Videla:
“imaginen a los dinosaurios en la cama”
Murió Videla pero los amigos
del barrio pueden desaparecer
Murió Videla pero los cantores de radio pueden desaparecer
Murió Videla pero los que están en los diarios pueden desaparecer
Murió Videla pero la
persona que amas puede desaparecer
persona que amas puede desaparecer
Murió Videla pero los que están en el aire pueden desaparecer en el aire
Murió Videla pero los amigos del barrio pueden desaparecer.
Murió Videla pero los dinosaurios van a desaparecer. Murió Videla.
(*) Por Matías
Rótulo
Nota: en negrita,
el texto de la canción Los Dinosaurios de Charly García, 1983.
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