JOSÉ MARTÍ, CRONISTA Y CRÍTICO DE
UNA ÉPOCA
José Martí nació en La Habana en 1853, y murió en
Dos Ríos el 22 de mayo de 1895. Político y escritor, Martí creció en el seno de
una familia española con pocos recursos económico. A la edad de doce años
empezó a estudiar en el colegio municipal que dirigía el poeta Rafael María de
Mendive, quien se fijó en las cualidades intelectuales del muchacho y decidió
dedicarse personalmente a su educación.
El joven Martí pronto se
sintió atraído por las ideas revolucionarias de muchos cubanos, y tras el
inicio de la guerra de los Diez Años y el encarcelamiento de su mentor, inició
su actividad revolucionaria: publicó una gacetilla El Diablo Cojuelo, y poco
después una revista, La
Patria Libre , que contenía su poema «Abdalá».
A los diecisiete años José
Martí fue condenado a seis de cárcel por su pertenencia a grupos
independentistas. Realizó trabajos forzados en el penal hasta que su mal estado
de salud le valió el indulto. Deportado a España, en este país publicó su
primera obra de importancia, el drama Adúltera. Inició en Madrid estudios de
derecho y se licenció en derecho y filosofía y letras por la Universidad de
Zaragoza.
Durante sus años en España
surgió en él un profundo afecto por el país, aunque nunca perdonó su política
colonial. En su obra La
República Española ante la Revolución Cubana
reclamaba a la metrópoli que hiciera un acto de contrición y reconociese los
errores cometidos en Cuba. Tras viajar durante tres años por Europa y América,
José Martí acabó por instalarse en México.
Allí se casó con la cubana
Carmen Sayes Bazán y, poco después, gracias a la paz de Zanjón, que daba por
concluida la guerra de los Diez Años, se trasladó a Cuba. Deportado de nuevo
por las autoridades cubanas, temerosas ante su pasado revolucionario, se afincó
en Nueva York y se dedicó por completo a la actividad política y literaria.
Desde su residencia en el
exilio, José Martí se afanó en la organización de un nuevo proceso
revolucionario en Cuba, y en 1892 fundó el Partido Revolucionario Cubano y la
revista Patria. Se convirtió entonces en el máximo adalid de la lucha por la
independencia de su país.
Dos años más tarde, tras
entrevistarse con el generalísimo Máximo Gómez, logró poner en marcha un
proceso de independencia. Pese al embargo de sus barcos por parte de las
autoridades estadounidenses, pudo partir al frente de un pequeño contingente
hacia Cuba. Fue abatido por las tropas realistas cuando contaba cuarenta y dos
años. Martí es, junto a Bolívar y San Martín, uno de los principales
protagonistas del proceso de emancipación de Hispanoamérica.
La obra literaria de José
Martí
Además de destacado
ideólogo y político, José Martí fue uno de los más grandes poetas
hispanoamericanos y la figura más destacada de la etapa de transición al modernismo,
que en América supuso la llegada de nuevos ideales artísticos. Como poeta se le
conoce por Ismaelillo (1882), obra que puede considerarse un adelanto de los
presupuestos modernistas por el dominio de la forma sobre el contenido; Versos
libres (1878-1882), La edad de oro (1889) y Versos sencillos (1891), esta
última decididamente modernista y en la que predominan los apuntes
autobiográficos y el carácter popular. En A mis hermanos muertos el 27 de
noviembre(1872), publicado durante su destierro en España, Martí dedica sus
versos a los estudiantes muertos en una masacre acaecida en aquella fecha. Su
única novela, Amistad funesta, también llamada Lucía Jérez y firmada con el
pseudónimo de Adelaida Ral, fue publicada por entregas en el diario El latino-Americano
entre mayo y septiembre de 1885; aunque en su argumento predomina el tema
amoroso, en esta obra de final trágico también aparecen elementos sociales.
Entre sus obras dramáticas
destacan Adúltera (1873), Amor con amor se paga (1875) y Asala. También fundó
una revista para niños, La Edad
de Oro, en la que aparecieron los cuentos Bebé y el señor Don Pomposo, Nené
traviesa y La muñeca negra, y colaboró con diversas publicaciones de distintos
países, como La
Revista Venezolana , la Opinión Nacional
de Caracas, La Nación
de Buenos Aires o la
Revista Universal de México.
Cronista y crítico
excepcional, hizo de muchos de sus textos auténticos ensayos, algunos de
carácter revolucionario como El presidio político en Cuba (1871) -de gran
fuerza lírica-, El Manifiesto de Montecristi o su Diario de campaña. Sus Obras
completas (1963-1965) constan de 25 volúmenes.
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