Una estatua erótica del dios Pan alborota
una muestra en Londres
CARRIE VOUT
Es
una exposición sobre Pompeya. Se incluyó una advertencia “para padres” sobre la
fuerte figura de Pan.
Nada más tentador para
ir a ver algo que un aviso que prevenga sobre los efectos de lo que se verá.
Piensen en el interés de los medios este mes cuando se reveló que la muestra
del Museo Británico, Vida y muerte en Pompeya y Herculano, tiene que incluir un
aviso instructivo “para padres”. ¿Razones? Se hace para que una antigua
escultura de mármol del dios Pan practicando el coito con una hembra-cabra no
sea segregada como lo estuvo desde su descubrimiento en 1752, sino que se la
exhiba abiertamente junto a las otras obras expuestas.
La estatua de la polémica del dios Pan practicando el coito con una hembra-cabra. |
Pero las noticias
también exageran esto de la censura. Lejos de ser olvidada en su primer hogar
moderno –el palacio real de Portici en la bahía de Nápoles– la escultura, parte
de una colección prohibida que habitaba el sótano, rápidamente se convirtió en
celebridad.
El historiador del
arte Johann Joachim Winckelmann, que visitó el palacio cuatro veces entre 1758
y 1767, pensó que era él quien había solicitado primero la licencia de
observador y a los ingleses que decían que habían visto la obra los llamaba
mentirosos. Pero en 1794, otro inglés insiste: escribe que vio la escultura,
pero que es demasiado indecente como para describirla y merece ser arrojada al
volcán. Por suerte nadie lo escuchó y en el siglo XIX la escultura fue
transferida a su nuevo hogar, el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, donde
nuevamente pasó a formar parte de una colección reservada.
Para los que son muy
tímidos como para pedir el permiso o sobornar al guardia se publicaron grabados
y fotos. En 2000 el museo abrió el “gabinete secreto” a la prensa: el gabinete
de Pan y la cabra estaba marcado “pornográfico”.
¿Qué hubieran pensado
los habitantes de las antiguas ciudades de Herculano y Pompeya si supieran que
de los 250 objetos que los representan en la muestra Pan y la cabra son la obra
emblema? ¿Era acaso una escultura común entre las esculturas que se veían
cotidianamente?
Más común de lo que es
para nosotros hoy en día, eso es seguro. La escultura sexualmente explícita, en
parte violenta, era moneda común en la cultura romana. Atravesaba todos los
sectore
s de la sociedad y además era decididamente de acceso abierto.
Familia de Pompeya. Las figuras se obtuvieron volcando yeso en el vacío que dejaron sus cuerpos. /AP
adornaban las copas de vino, las lámparas de aceite y las
paredes de los comedores y campanillas con formas fálicas se suspendían en las
puertas de entrada.
Algunas de las escenas
de sexo de las casas más lujosas de Pompeya son demasiado bellas para ser
inquietantes, su exquisita pintura y los pigmentos caros más que obscenidad
señalan seducción.
Las campanillas, en
cambio, estaban diseñadas no para atraer la vista sino para espantar a los
demonios, a veces lanzando risas estrepitosas pero a veces algo más siniestro
aún. Que un pene erecto pudiera considerarse como un órgano sexual, un
indicador de masculinidad, un símbolo de fertilidad o un arma, dependía del
contexto.
Si hay que entender a
Pan y la cabra, tenemos que comprender que Pan es un dios. El límite entre lo
sagrado y lo secular era bastante más permeable en la antigüedad clásica que en
el presente. De manera que en una habitación de una casa de Pompeya, dos
paneles que muestran cada uno un hombre y una mujer disfrutando su relación
sexual comparten el espacio con una pintura del semidiós Hércules. Los dioses
eran notoriamente incontinentes en cuanto a sus vidas sexuales.
Nunca podremos ver lo
que vieron los romanos. Aunque con la instrucción para padres, en el acto de mirar
podemos aprender un poco más sobre qué significa ser humanos.
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