A 51 AÑOS DE LA MUERTE DEL ESCRITOR
HERMANN HESSE

Peter Camenzind (1904)
puede ser considerada un arquetipo del género conocido como "novela de
formación", de escritura reflexiva y melancólica, sobre un joven que llega
del campo a la ciudad para acabar huyendo de la cultura urbana y regresar a la
naturaleza y la vida sencilla. En esa misma línea, Bajo la rueda (1906) expresa
la rebelión contra la autoridad.

El lobo estepario (1927)
es acaso el más célebre de los títulos de Hesse e inicia sin duda la etapa de
madurez de su obra: está construido a partir de las notas póstumas del artista
Harry Haller, introducidas por los comentarios de un editor, y es un lúcido
análisis sobre la locura de una época en la que muere lo viejo sin que haya
nacido algo nuevo. Narciso y Goldmundo (1930), situada en una imprecisa alba
del Renacimiento, presenta la contraposición de Narciso, el monje ascético, y
Goldmundo, el artista, en una escuela monástica, donde traban amistad. Es la
confrontación entre el mundo paterno, encarnado en el logos y la ciencia, y el
arte maternal, que no representa una certeza sino una búsqueda de por vida.
El juego de los abalorios
(1943), cierra lo que puede entenderse como una trilogía de culminación de la
obra de Hesse, a través de un nuevo intento de reunión (los abalorios) del
mundo de las artes y de las ciencias: un auténtico resumen de los esfuerzos
anteriores del autor por reflejar la inquietante dualidad entre el pensamiento
y el espíritu. Siguieron luego colecciones de cuentos, relatos y meditaciones,
y en 1951 la antología literaria de este educador humano, que une la
interioridad de la lucha sostenida para la existencia del espíritu, consciente
de su propia responsabilidad, con la advertencia dirigida a su misma época en
peligro y al pueblo alemán. La edición completa de las obras de Hermann Hesse,
en seis tomos, apareció en 1952.
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