ALBERT CAMUS, CULTOR DEL EXISTENCIALISMO
Albert Camus nació en Mondovi, Argelia, el
7 de noviembre de 1913 y murió en Villeblerin, Francia, el 4 de enero de 1960. Novelista,
dramaturgo y ensayista nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes
franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia.
Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel,
que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis.
Formó entonces una co
mpañía de teatro de
aficionados que representaba obras clásicas ante un auditorio integrado por
trabajadores. Luego, ejerció como periodista durante un corto período de tiempo
en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa.
En 1939 publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas
reflexiones inspiradas en sus lecturas y viajes. En 1940 marchó a París, donde
pronto encontró trabajo como redactor en Paris-Soir.
Empezó a ser conocido en 1942, cuando se
publicaron su novela corta El extranjero, ambientada
en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se
complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo.
Tal influjo se materializa en una visión del destino humano como absurdo, y su
mejor exponente quizá sea el «extranjero» de su novela, incapaz de participar
en las pasiones de los hombres y que vive incluso su propia desgracia desde una
indiferencia absoluta, la misma, según Camus, que marca la naturaleza y el
mundo.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra
Mundial se implicó en los acontecimientos del momento: militó en la Resistencia y fue uno
de los fundadores del periódico clandestino Combat, y de 1945 a 1947, su director y
editorialista. Sus primeras obras de teatro, El malentendido y Calígula,
prolongan esta línea de pensamiento que tanto debe al existencialismo, mientras
los problemas que había planteado la guerra le inspiraron Cartas a un
amigo alemán.
Su novela La peste (1947)
supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la solidaridad y la
capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la
noción del absurdo. La peste es a la vez una obra realista y
alegórica, una reconstrucción mítica de los sentimientos del hombre europeo de
la posguerra, de sus terrores más agobiantes. El autor precisó su nueva
perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951)
y en relatos breves como La caída y El exilio y el
reino, obras en que orientó su moral de la rebeldía hacia un ideal que
salvara los más altos valores morales y espirituales, cuya necesidad le parece
tanto más evidente cuanto mayor es su convicción del absurdo del mundo.
Si la concepción del mundo lo emparenta
con el existencialismo de Jean-Paul Sartre y su definición del
hombre como «pasión inútil», las relaciones entre ambos estuvieron marcadas por
una agria polémica. Mientras Sartre lo acusaba de independencia de criterio, de
esterilidad y de ineficacia, Camus tachaba de inmoral la vinculación política
de aquél con el comunismo.
De gran interés es también su serie de
crónicas periodísticas Actuelles. Tradujo al francés La
devoción de la cruz, de Calderón, y El caballero de Olmedo, de
Lope de Vega. En 1963 se publicaron, con el título de Cuadernos, sus
notas de diario escritas entre 1935 y 1942. Galardonado en 1957 con el Premio
Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil.
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