INTERTEXTUALIDADES
Papel
de diario en papel de libro
Un artículo, este artículo, cualquier artículo
periodístico es un producto ficcional. Que trate o no de hechos ocurridos, cuando se traslada al
artículo de prensa hay una selección, creación, distinción del lenguaje,
poetización, etc. Hay artículos periodísticos que sólo existen con la
existencia de la obra literaria.
Matías Rótulo
“Hoy dice el periódico que ha muerto una mujer que
conocí. Que ha perdido en su campo el Atletic y que ha amanecido nevando en
París”. ¿Reconoce esta poesía? Se trata del inicio de la canción “Eclipse de
mar” de Joaquín Sabina. La mención de un periódico, el relato periodístico, un
programa de televisión, etc., le da a la obra poética cierta legitimidad: la de
la verosimilitud. Es como si la obra poética buscara una rigurosidad en su
interior aunque sea citando un periodista, medio, artículo, que jamás existió.
De hecho, la construcción es ficcional, tanto la de un diario creado para que
el héroe conozca una mala noticia, como que ese mismo héroe pueda salir
volando.
Los romances que hoy conocemos como tal nacieron de
hechos noticiosos formulados en versos de dieciséis y después ocho sílabas
rimadas. Luego la historia los fosilizó en hermosas piezas que hoy estudiamos
como poesía.
Los poetas no salen casi en los diarios, pero los
diarios abundan en la poesía. Mario Benedetti le dedicó ríos de tinta al tema
del periodismo y de lo que alrededor de él se construye, sino basta con leer El
país de la cola de paja que a los periodistas nos define como tales, a los
medios como lo que son, y al país como un país con cola de paja que anda atrás
de los dos tipos de uruguayos antes mencionados. En un poema, Benedetti
cuestiona:
“En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible
vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple
seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe”
En respuesta a la pregunta de Benedetti podríamos poner
a un lector ficcional, un montevideano tal vez que surge de una letra de Jaime
Roos:
“Se para frente a un quiosco
Lo distrae un titular
y sigue como siempre
como todo en la ciudad”
(Jaime Roos, “El hombre de la calle”
Si bien tenemos computadoras, los directores de cine
prefieren apostar al diario que se deja casualmente sobre una mesa y en la cual
alguien se entera de algo que otras personas no querían que se enterase.
Además, los diarios en el mundo, con tanto poder e
intereses, también sirven dentro de la obra ficcional como generadores de
opinión. En Filosofía del tocador del Marqués de Sade, los diálogos de las
sesiones sexuales se transforman en la lectura en voz alta de un panfleto que llama
a los franceses a hacer un esfuerzo más por la República. La lectura es de
Dolmancé, el maestro que inicia a la joven Eugenia en el mundo libertino y se
apoya en el texto para convencer, ya no sólo a los personajes, sino al lector.
Los periódicos han servido históricamente para desviar
la atención de un personaje cuando es
espía de otro. El espía se cubre con él el rostro mientras mira en su
auto. También es útil para matar moscas
o espantar a los pájaros de Hitchock, para que Moe reciba un golpe de algún
otro chiflado o para prender el fuego que luego quemará la casa donde ocurrió
el asesinato.
En Pantaleón y las visitadoras Mario Vargas Llosa lleva
el asunto más allá de una simple lectura
de diarios, sino que logra transmitir la Voz del Sinchi, el periodista más
popular de Iquitos en Perú. El programa de media hora es presentado en el libro
con las descripciones musicales, y una suerte de versión taquigráfica de lo
dicho en el programa.
Las redacciones de los diarios han sido escenario de
películas, series y comics. No olvidemos a Superman que en su otra vida es
reportero, al Hombre Araña que es fotógrafo. Tampoco olvidemos que Leopold Bloom
transita desde su monólogo interior por la redacción de un diario en el
Ulisses.
Sin ir muy lejos, el músico uruguayo Garo Arakelian
retoma el titular del diario “La Tribuna Popular” para narrar lo que se dijo
sobre la muerte de Delmira Agustini en 1914.
Las noticias siempre son objetos de deseo para los
artistas y lectores. Leer sobre la muerte de un torero en clave de poesía
garcialorqueana no es lo mismo que leer la crónica, pues ambos son registros
distintos, con en objetivos distintos.
Tengo junto a mí el Diario de un escritor de Fiodor
Dostoievski, sus críticas periodísticas cargadas de ironía me recuerdan a los
artículos de Onetti o de Buscaglia, periodismo con literatura. Recuerdo las
crónicas de José Lezama Lima, pero también cómo José Lezama Lima y sus crónicas
fueron parte de un libro de un cubano, y ese cubano que además era periodista mencionado en un
libro de Roberto Bolaño. Las publicaciones de novelas completas en los diarios
del mundo: Los tres mosqueteros a principios de siglo en El Día.
La literatura se adelanta a los hechos históricos y le
dice a la sociedad lo que será de ella. De atrás vienen los diarios para
confirmar si eso fue así. A veces la literatura inventa artículos de diarios
para nutriste, lo más triste es que a veces los artículos de diarios se
inventan como si fueran literatura.
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