"El arte contemporáneo es un
fraude"
La crítica mexicana
Avelina Lésper denuncia la especulación y la burbuja económica, como lo fue la
inmobiliaria, de obras que "carecen de valores estéticos
No fueron pocos los
que se identificaron, hace un par de años, con aquella mujer de la limpieza de
un museo alemán tan celosa de su trabajo que se empleó a fondo para eliminar
unas terribles manchas que había en una de las obras expuestas. Ni se le ocurrió
sospechar que formaban parte vital de la pieza Wenn es anfängt durch die Decke
zu tropen (Cuando empieza a gotear el techo) del artista Martin Kippenberger,
valorada en 800.000 euros. El Museo Ostwald de Dortmund (cuyas primeras
entradas en Google son sobre el suceso, superando a su web oficial), llegó a
afirmar que "estamos intentando aclarar cuanto antes qué tipo de
capacitación tiene el personal de la limpieza".
La crítica de arte
mexicana Avelina Lésper diría que esa pobre trabajadora, además de un gran
sentido de la pulcritud, tenía también un gran sentido común. Lésper,
colaboradora de diferentes medios de comunicación latinoamericanos y directora
del programa de televisión El Milenio visto por el Arte, es una de las voces
que más suenan contrarias al arte contemporáneo, cuestionando desde los
ready-made (el uso de objetos comunes como el urinario de Duchamp) a las
performances efímeras.
-¿Cómo definiría el
arte contemporáneo en una palabra?
-Fraude
-Explíquese…
-Carece de valores
estéticos y se sustenta en irrealidades. Por un lado, pretende a través de la
palabra cambiar la realidad de un objeto, lo que es imposible, otorgándoles
características que son invisibles y valores que no son comprobables. Además,
se supone que tenemos que aceptarlos y asimilarlos como arte. Es como un dogma
religioso.
-¿Y por otro lado?
-También es un fraude
porque está sostenido nada más que en el mercado, que es fluctuante y
artificial en la mayoría de los casos. Se otorgan a las obras valores
artificiales para que pienses: “si cuesta 90.000 euros es porque debe ser
arte”. Estos precios son una burbuja, como existió la burbuja inmobiliaria.
-¿Y pinchará?
-Se tiene que pinchar.
Una torre de papel sanitario de Martin Creed cuesta 90.000 euros. El objeto no
es lo importante, sino lo que tú puedes demostrar económicamente a través de su
compra.
-¿Y no pueden comprar
Murillo o Picasso?
-No puedes especular
con pintura antigua porque hay muy poca. En cambio, este tipo de obras se
realizan en minutos, algunas se hacen en fábricas.
-¿No se podría
especular con obra actual con valores estéticos?
-El arte toma tiempo.
No hay manera de que Antonio López termine un cuadro… Por una parte, debes
esperar a que el pintor o escultor haga sus obras. Por otra, el arte necesita
talento, que el artista tenga algo que mostrar a través de su obra. Con el arte
contemporáneo los artistas no necesitan tener nada.
-¿Puede poner algún
ejemplo?
-Cuando Duchamp hizo
su ready-made evitó a todos los artistas el proceso intelectual. Cualquier
objeto es arte, el que sea. Bajo este punto de vista, imagínate la cantidad de
obras de arte que tú tienes. Todo tu entorno es factible de convertirse en
arte. No tienes que esperar que ese artista se forme, demuestre su talento y
que acabe aportando algo, lo que es terriblemente difícil. Otro ejemplo es
Santiago Sierra con sus ready-made. Te dice: “Esto es un contenedor de mierda
de la India”. ¡Qué impresionante!
-Como mínimo piensan
la definición…
-El crítico Arthur
Danton dijo: “dejen que los filósofos pensemos en la obra, ustedes traigan sus
objetos”. Si pones como tema el contenedor de mierda, ya llegará el curador que
elabore el discurso y te hable de la miseria, de las últimas castas que recogen
la mierda… hay toda una justificación social y moral. Si manifiestas que eso
carece de valores estéticos, automáticamente te dicen que estás en contra del
mensaje social. Es un arte chantajista, también. Utiliza este tipo de discursos
para que lo aceptes como arte. Si no lo aceptas, o estás en contra de él o eres
un ignorante.
-La denuncia social se
ha ido haciendo a lo largo de la historia del arte…
-Se ha dado, pero no
como valor de la obra. Los Fusilamientos del 3 de mayo de Goya valen por la realización
artística, porque su pintura fue trascendental y profundamente moderna en su
momento. Y sigue siendo moderna ahora. Por eso vale una pintura de Goya, no por
el discurso.
-¿Se está confundiendo
el arte con el mensaje?
-Ahora el arte solo es
mensaje. No hay arte, solo hay panfletos. Estas obras no pueden existir sin los
museos. Las obras, paradójicamente, se ven mejor en el catálogo que en vivo. Y
ya no digamos con los artistas performance, que solo tienen el registro
fotográfico de lo que hacen porque dicen que es efímero, aunque lo repitan 700
veces. Son obras que solo existen en los catálogos y a través de los discursos
y la teoría que le ponen los comisarios y especialistas en estética. Son
objetos de lujo, una nueva forma de consumo.
-A la mayoría de gente
de a pie no le gusta el arte contemporáneo porque le resulta difícil de
entender…
-Es que no hay nada
que entender. Es un arte que te exige asimilarlo y no discutirlo, por eso
también es dogmático. Te exige fe, que creas en él, no que lo comprendas, como
las religiones. Quiere someter nuestro intelecto. Todo el tiempo quien se
equivoca es el espectador, el artista y la obra es infalible. Si tú dices que
carece de valores estéticos, de inteligencia, que no te propone ni aporta nada,
entonces te dicen que eres un ignorante.
-¿Quién decide qué es
arte?
-Es una decisión
arbitraria que se toma entre las instituciones, los museos, las universidades…
Es un arte de la academia. Eso de que es independiente y libre es mentira.
-¿Está subvencionado?
-Totalmente, no puede
vivir sin las subvenciones del Estado. Es un arte parasitario. La mayoría de
los artistas contemporáneos viven del Estado.
-¿El público no pinta
nada?
-No. Por eso es
demagogia pura que digan que este arte tiene intenciones sociales y que
manifiesta intenciones morales. Rechaza a la gente, que para ellos es
ignorante. Este arte no vive de la gente, vive de las instituciones y la
especulación.
-¿Podríamos decir que
refleja la sociedad actual?
-Es muy diferente
reflejar que denunciar. Ellos parasitan la sociedad en la que viven, la refleja
mejor Madoff. Ambos son parte de una misma mentira social que ha creado el
capitalismo a través de la especulación económica. El arte contemporáneo es
parte del fracaso capitalista.
-¿Estamos huérfanos de
arte?
-Sí, porque no hay
espacio para los artistas que sí están creando. ¿Qué muestra el Macba aunque
esté vacío? En España hay muchos centros de arte contemporáneo que nacieron a
la par que la burbuja inmobiliaria, para que te des una idea de cómo está el
asunto. ¿Qué te puede aportar Jeff Koons que imita objetos de feria o cualquier
ready-made? Ellos han hecho del material la obra. Ahora para decir guerra ya no
tienes que pintar los fusilamientos, ahora escribes la palabra guerra en un
letrero. Eso es no tener pensamiento abstracto. Jamás el arte se había
despojado tanto de las metáforas… El problema es que se está acabando con una
capacidad cognitiva.
-¿Nos quieren tontos?
-Exactamente. ¿Y sabes
por qué? Eso tiene detrás de sí lo más pedestre que te puedas imaginar, el
dinero. Por eso es también un fracaso del capitalismo. Todo lo que se ha hecho
por dinero en estas dos últimas décadas ha hecho un daño enorme a la Humanidad.
Por dinero se destruyó la economía de Europa, la de Estados Unidos, tenemos el
narcotráfico en América Latina… y por dinero están destruyendo el arte.
-¿Alguna buena noticia
vinculada al arte?
-(Ríe). Pues que nos
hemos dado cuenta, no estamos ciegos ante esto. Los que pintan ahora con
maestría y técnica son los contrarrevolucionarios. Y esta resistencia
inteligente y creativa es la que va a alimentar el arte
-¿Estos artistas no
son vendibles?
-Claro, pero las
galerías necesitan que estén amparados por las instituciones. Cuando el Reina
Sofía dejó de comprar a Arco, Arco se fue a la quiebra.
-El Reina Sofía dejó
de comprar a Arco y empezó a exponer Picasso…
-...Y a Goya, para que
la gente vaya…
-¿Esto sería el inicio
del cambio?
-Exactamente. Llega un
momento en que las instituciones van a tener que escuchar a la población y dejar
de trabajar para los intereses privados.
-¿Qué piensa de
artistas españoles contemporáneos como Tàpies o Barceló?
-Barceló tiene unos
dibujos y unas acuarelas sensacionales. Tàpies está sobrevalorado. Surgió
porque el arte español empezó a verse huérfano de creadores y fue la
oportunidad de encumbrar a un tipo como Tàpies, con un lenguaje y una creación
limitadísima.
-¿Ve mal el arte
español?
-Lo del arte español
es un fenómeno de análisis. Fue la cúspide del arte mundial, tuvo creadores que
aportaron como nadie y ahora los artistas simplemente no existen. Y la crítica
española está entregada y sumisa al sistema. ¿Cuándo España se dará cuenta que
ha perdido su sitio en el arte?
-No es el único sitio
que ha perdido…
-Pero es un factor muy
delicado. El arte no nos sacará de la crisis, pero aporta humanidad.
Extraído de: http://www.revistaenie.clarin.com/
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