GOLPE DE CALOR
En los últimos días del
año anterior y los primeros días de enero del corriente año 2014 nos hemos
visto abochornados por temperaturas que superan en mucho los habituales
promedios de esta época estival, escuchándose consejos, comentarios, comparaciones
y catalogando el transcurso de cada día con los colores amarillo, anaranjado y
rojo de acuerdo a la incidencia de los rayos solares y su derivado el calor que
debemos soportar.
Pensemos en todos los
artilugios que poseemos para combatir estas altas temperaturas que nos están
azotando, cuales son los aires acondicionados, ventiladores, toldos, sombras,
piscinas, freezers, refrescos, etc.
No olvidemos tampoco el
disfrute de las aguas de las playas, ríos y corrientes de agua, más el benéfico
baño de agua fría desprendido desde las duchas dispuestas en cada baño de las
propiedades privadas, gimnasios, vestuarios, hoteles, etc.
Pero el ser humano tiene
por costumbre quejarse de esto o aquello, muchas veces sin razón y otras por
costumbre, sin tomar en cuenta lo que pudieron haber padecido nuestros
ancestros en semejantes situaciones.
Simplemente para evitar
esos rezongos o quejas que nos convierten en verdaderos descontentos, nos
limitamos a transcribir las noticias que publicaban los diarios de la época,
allá por enero/febrero del año 1900.
Tomamos el periódico “El
Teléfono” editado en nuestra ciudad, ejemplar Nº. 1354 del 8 de febrero de
aquel año donde en varias noticias se hace referencia a problemas que tienen
que ver con el título de esta nota: a través del telégrafo Platino-Brasilero se
hace saber con fecha 6 de aquel mes que “en Buenos Aires ayer, hubo 77 casos de
insolación y 29 defunciones. Desde el domingo se han producido 227 casos
fatales. Los médicos los clasifican como “Coup de Chaleur”. Aquí en Montevideo
el calor sigue siendo insoportable. La temperatura sube rápidamente.”
Con fecha del día 7 se
noticia telegráficamente, que ayer (en Montevideo) hubo 18 casos de insolación,
siendo dos de ellos fatales. La opinión de los médicos es que los casos de
insolación se producen por el abuso de la caña y del agua helada.
La asistencia pública se
manejaba mediante carruajes tirados por caballos, extraída del “Observador”,
archivo de Mena-Segarra.
Mientras y haciendo
referencia a Buenos Aires, se dice que ese día hubieron 230 casos de insolación
y 30 defunciones. Esta mañana se atendieron 14 casos en la asistencia pública.
Solamente dos médicos particulares asistieron ayer a 56 atacados, cuya mayor
parte habían bebido agua helada momentos antes.
Esta mañana en Morón hubo
8 casos y en el Tigre 6. Gran número de empleados públicos hállanse enfermos.
Los carros de la sanidad militar recorren las calles recogiendo atacados. Entre
los insolados de ayer 25 reaccionaron después de haber pasado media hora en el
frigorífico.
Es horroroso el
espectáculo que estos hechos producen. Centenares de cadáveres desnudos
hállanse en el Cementerio de la
Chacarita víctimas de insolación. Allá van los parientes a
reconocerlos, huyendo muchos de ellos horrorizados. Se ha ordenado fotografiar
los cadáveres, después de lo cual serán quemados. En las calles murieron 180
caballos. En Rosario hubo ayer 11 casos fatales de insolación.”
Finalmente el corresponsal
Julián Millot, a través del propio telégrafo hace saber que: “La asfixia o
peste desarrollada a causa de la alta temperatura hizo ayer 195 casos. La
población está muy consternada.”
CONSECUENCIAS
En nuestro ámbito y en ese
mismo medio de prensa se hace saber que en las primeras horas de la tarde del
martes dejó de existir en su residencia de “El Talar” el apreciable ciudadano
señor Francisco Beaulieu (hijo) miembro de una antigua y respetable familia de
esta localidad. El señor Beaulieu se encontraba enfermo desde hacía tiempo,
pero su estado no inspiraba temores. Según informes que han llegado hasta
nosotros el martes que fue un día de fuego, salió al campo y ya de regreso en
su casa le sobrevino el ataque que le produjo la muerte, atribuyéndose ésta a
efecto de la gran sofocación, pues era hombre bastante grueso.
Producido el ataque fue
llamado para asistirlo el doctor Rodríguez Gallego. Cuando este facultativo se
dirigía a la estancia, acompañado del señor Marcelino López, íntimo amigo del
extinto, ya venía un peón con la noticia de que el señor Beaulieu había muerto.
El sepelio del extinto tuvo lugar ayer a las 6 de la tarde, con numerosa y
distinguida concurrencia.
Nota: La familia Beaulieu
era propietaria de distintos bienes inmuebles en la ciudad de Mercedes en la
zona de la propia Rambla, sobre la avenida Asencio, en calle Artigas y en
distintos puntos de la planta urbana. Dueños a su vez de la estancia “El Talar”
en la costa derecha del Río Negro a escasa distancia de Mercedes,
establecimiento aún en poder de otras ramas de dicha familia.
Otra- En el mismo
periódico se publican datos meteorológicos por la oficina del Sr. Cerizola
dentro de los que se destacan, para comparar la secuencia de la evolución de la
temperatura de acuerdo a diferentes horarios fue la siguiente: 9 de la mañana:
35,1 – a las 12: 36,4 grados – a la 1 de la tarde: 38 grados con 2/10 – a las 2
p.m.: 39,5 grados – a las 4 p.m.- 40, 2 grados-
En Salto el día anterior
se observaron como temperatura máxima 45 grados y en el patio, al sol 52
grados.
Reiteramos como hicimos
notar al comienzo de esta nota, que en aquella época se carecía de los
elementos que hemos enumerado, incluso de heladeras, valiéndose sólo de
precarios ventiladores que funcionaban a alcohol, con una velocidad muy escasa,
o mediante el acostumbrado abanicarse por medio de pantallas o abanicos
valiéndose nuestros ancestros de algún otro medio, utilizando las hojas de
parra o ramas de paraíso bajo los sombreros o gorras de los varones,
careciéndose también en ese tiempo del agua corriente.
En esos años el hielo se
traía de Montevideo (luego del 1902) a través del ferrocarril, debidamente
acondicionado y el poco y escaso que se producía en la ciudad se fabricaba en la Usina de electricidad,
aprovechando tal vez su sistema propio, según se ofrece a través de avisos en
la prensa.
La asistencia
pública se manejaba mediante carruajes tirados por caballos, extraída del
“Observador”, archivo de Mena-Segarra.
(*) Extraído del Boletín
Histórico digital, el Centro Histórico y Geográfico de Soriano, N° 27, enero/2014
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