sábado, 13 de septiembre de 2014

Tatuajes literarios: frases en la piel

Algunos llevan su pasión lectora grabada en el cuerpo.




Echamos un vistazo a los mejores tatuajes literarios y descubrimos que hay muchos, muchos lectores que llevan su pasión por las letras más lejos de lo que podríamos pensar… El tatuaje ya no es una tendencia, sino una realidad tan común como las gafas de pasta o una camisa XXL. Lo que no sabíamos es que tatuarse frases sacadas de libros tuviese tantos adeptos.

Parece que entre los más deseados se encuentran títulos como El principito de Antoine de Saint-Exupéry, Matadero Cinco de Kurt Vonnegut, Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol o El club de la lucha de Chuck Palahniuk (en especial su frase “Sólo se puede resucitar después del desastre”). También reciben su buena atención los escritores de la generación beat (Augusten Burroughs, Jack Kerouac y compañía), títulos fantásticos como Donde viven los monstruos o clásicos tipo Orgullo y prejuicio o nuestro Quijote. Ah, y las gafitas redondas de Harry Potter, ¡que no falten!

Entre el horror y la fascinación nos encontramos al contemplar esta selección de tatuajes literarios, en la que verás alguna cara famosa que también ha caído en la tentación: Ryan Gosling, Megan Fox, Lady Gaga…

El principito, de Saint-Exúpery.







Donde viven los monstruos




Anais Nin





Pensamiento mágico, de Augusten Burroughs



En el camino, de Jack Kerouac





Bluebird, de Bukowski





Ryan Gosling y su tatuaje de El árbol generoso



Las olas, de Virginia Woolf




Alicia en el país de las maravillas

 Orgullo y prejuicio, de Jane Austen



 Buscando a Alaska, de John Green




Bajo la misma estrella, también de John Green



Matadero Cinco, de Kurt Vonnegut




La isla del tesoro, de Stevenson




El club de la lucha, de Chuck Palahniuk


 Casa de hojas, de Mark Z Danielewski




Evan Rachel Wood con un poema de Edgar Allan Poe




Harry Potter



 Don Quijote de la Mancha





Megan Fox lleva a Shakespeare en su omóplato




Lady Gaga, en cambio, prefiere a Rilke...






Extraído de: Estandarte.com


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