sábado, 11 de diciembre de 2010

Francisco Canaro
De "mi noche triste" a las luces de París

Aldo Roque Difilippo


Hace 46 años moría en Buenos Aires Francisco Canaro, quien impuso un estilo particular en la ejecución del tango. Autor de  una larguísima lista de composiciones; en un año trágico para el tango: el 10 de junio moría el compositor minuano Humberto Correa, el 25 de setiembre Anselmo Aieta, el 11 de noviembre Juan de Dios Filiberto, el 26 de noviembre Julio Sosa "El Varón del Tango", y el 14 de diciembre moría Francisco Canaro a los 76 años, dejando grabados más de 7.000 títulos.

Francisco Canaro "Pirincho" (1888-1964) podría decirse que es la síntesis del tango. Nacido en San José, de pequeño viajó a Buenos Aires junto a su familia, a fines del siglo pasado. Pionero como intérprete, fue también pionero en la evolución que fue registrando el tango, grabando para el sello Odeón más de 7.000 títulos, un record casi imposible de igualar. Fue el primero en incorporar el contrabajo a su quinteto. Su orquesta fue de las primeras en entrar a las residencias de la alta sociedad porteña. Comprendió que a Europa se debía ir con una programación organizada; siendo sus comienzos musicales una lata de aceite, transformada por él en violín. Como director Francisco Canaro le dio a su orquesta un tratamiento sencillo en las armonías, con una marcación acentuada en cada uno de los cuatro tiempos de cada compás. La sonoridad canyengue atraía a los bailarines. Supo rodearse de buenos ejecutantes, como el bandoneonista Minotto De Cicco, que estuvo en su conjunto más de cuarenta años. Como Luis Riccardi, Gustavo Puglisi, Federico Scorticatti, e incluso Mariano Mores.
"Pirincho" fue el cuarto hijo de diez, del matrimonio de Francisco Canaro y Rafaela Gatto, inmigrantes italianos llegados a Uruguay. Su padre era un trabajador municipal en el Cementerio, y el precario alumbrado público de la época, hasta que motivado por razones políticas debió emigrar, junto a su familia, a Buenos Aires. Instalados en el conventillo porteño de Pichincha y Mateu, "Pirincho" junto a sus hermanos dormía en plena intemperie, en invierno, ya que todos vivían en una pieza y su hermana María Esther estaba enferma de viruela y no querían contagiarse. Trabaja como vendedor de diarios, y aprendiz en una fábrica de latas de aceite. Un vecino zapatero, Don Chico, influye sobre el joven Francisco Canaro, enseñándole a tocar la guitarra, pero él aspiraba a tocar el violín. Mientras trabajaba en la fábrica de latas de aceite, se le ocurre fabricar un violín con una lata de aceite de oliva, naciendo además del precario violín, el músico intuitivo.

La casa de Laura
Ya en 1906, junto a Arribillaga y Duclós, Canaro se va al pueblo bonaerense de Ranchos, debutando en un boliche "donde todos los días volaban sillas y mesas", recibiendo como paga, cama y comida, además de poner un plato al lado del palco donde recibían algunos pesos. Su actuación en Ranchos le valió para perfeccionarse, y estudiar música con un maestro residente en el pueblo. A los dos meses el tr¡o debió marcharse. "Una noche bajaron a balazos a un Sargento y un Vigilante y el miedo pudo más que la música". Entre 1906 y 1908 Canaro recorre el interior argentino: Tres Lomas, Trenquelauquen, La Pampa. En 1908 se une al pianista Samuel Castriota, el autor de "Mi noche triste", y Vicente Lobuca en bandoleón, y consiguen trabajo en el barrio de La Boca para actuar en el café Royal. Esto significaría un paso decisivo en su carrera musical, cambiando el violín por la batuta. A partir de ese año forma su orquesta, que con distintas formaciones mantendría hasta su muerte. Por ese entonces Roberto Firpo era el número uno, y debuta con su conjunto en la calle Corrientes, en el Bar Iglesias. Canaro se unió a los hermanos Greco y debuta en el Café El Estribo, alternando los fines de semana con actuaciones en los bailes del salón Rodríguez  Peña.
Canaro toca también en "la casa de Laura", lugar rememorado por Alfredo Carlos Dighiero en "Orígenes del Tango 1850-1917", como uno de los lugares donde floreció y se formó el tango como género musical y también como danza. "Estaba ubicada en la calle Paraguay al 2512 cuya propietaria se llamaba en realidad Laurentina Monserrat. -Expresa Dighiero- Años más tarde Canaro y Manuel Romero la evocaron en el tango "Tiempos viejos". Y a posteriori florecían la casa de María La Vasca y el templo del tango, el inolvidable Hansen". En "la casa de Laura" Canaro y Greco debían hacer una verdadera maratón musical, tocando entre 50 y 70 temas por noche. En el año 1914 se desata la Primera Guerra Mundial. A estas alturas Francisco Canaro ya había compuesto "Tinta Brava", "El Chamuyo", y "El Alacrán". Graba su primer disco, con su quinteto, y posteriormente con Vicente Greco. Por estos años es el impulsor de la Orquesta Típica, ya que hasta ese momento todos grababan bajo el rótulo de Banda o Conjunto. Como precursor Canaro tiene el mérito de ser el primero en incorporar el contrabajo a su quinteto. En 1918 "Pirincho" junto a Firpo, Bardi, y Castriota fundan la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC) que se oficializa recién en 1920.

Tres pasos y detenerse
La creatividad de Francisco Canaro no sólo estuvo presente en su faceta de músico, sino en la de empresario, algo que lo llevó a ganar mucho dinero. En 1925 viaja con su orquesta a París, pero se encuentra con el inconveniente de que una disposición del Sindicato de Músicos franceses no los deja actuar como una orquesta convencional, pudiendo hacerlo como una orquesta de variedades, por lo que decide vestir a sus músicos de gauchos y entre tango y tango recita trozos del Martín Fierro. De allí viaja a Nueva York, dejando en París una orquesta dirigida por uno de sus hermanos. En Nueva York debuta
en el Club Mirador, y sus actuaciones eran promocionadas en los diarios diciendo "Canaro es para el Tango lo que Paul Withman lo es para el Jazz". Ante el desconocimiento de los incipientes bailarines neoyorquinos de esta nueva danza rioplatense, Canaro  contrató a Casimiro Aim, quien junto a su compañera Mirtha, bailaban para que los concurrentes aprendieran. Cuando se iban los bailarines los mozos entregaban unos volantes donde se les explicaba como perfeccionarse en su casa para aprender a bailar, y una de las claves decía "si únicamente uno se acuerda de hacer tres pasos y detenerse en el cuarto, el secreto del tango  es suyo".
Francisco Canaro tiene un record muy difícil de superar. Comienza a grabar en 1912 junto a Greco, y Castriota, y a partir de 1915 ya con su conjunto. Pero en 1921 firma contrato y graba su primer disco para el sello Odeón, idilio comercial que culminó con la muerte del artista. Sólo para Odeón Francisco Canaro grabó más de 7.000 títulos. Este número de grabaciones podría haber sido superada. En 1914 estalla la I Guerra Mundial. Canaro grababa para el sello Atlanta y la matriz de muchas grabaciones fueron enviadas a Alemania. El barco que traía la carga de discos fue hundido por un submarino de los aliados, perdiéndose todo el material.

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Canaro, el comunista

"Realizábamos un día el allanamiento a la casa de un veterano dirigente sindical. Era la época en la que se incautaba la literatura llamada "subversiva" y por supuesto, lo más subversivo de todo eran los discos y casetes de los cantores populares. Estábamos intentando barrer con una cultura.
Un veterano funcionario, hoy fallecido -Gonzalito, quien estuvo en el Aeropuerto con Vaz- abrazó un manojo de discos de Canaro.
-¿Qué me hace?, preguntó desolado el allanado. Si son discos de Canaro...
-¿Y usted no sabe que Canaro es comunista?, le contestó Gonzalito, fanático de Canaro..."

(Anécdota extraída de "Quince años en el infierno", José Calace, Tae Editorial, Montevideo, 1989)

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