viernes, 27 de julio de 2012

Apuntes de Pintura

Génesis de la pintura uruguaya
(2da. Parte)

Ese grupo de jóvenes formado por una veintena de pintores se caracteriza –en su mayoría- por su influencia en la llamada “escuela planista” uruguaya de los años ´20; tal es el caso de José Cúneo y Guillermo Laborde, entre otros, aunque pocos de aquella promoción permanecerán ajenos a esa corriente. Entre estos últimos debe destacarse a Rafael Barradas que, emigrado a España en 1911 después de una breve trayectoria artística en Montevideo, desarrolla en aquel país la plenitud de su arte vinculado a las vanguardias literarias, teatrales y plásticas del ultraísmo español, para regresar en 1929 a su país natal falleciendo pocos meses después.
El ambiente espiritual de aquel grupo de jóvenes montevideanos es el que, en los años ´20, llevó el nombre genérico de nativismo, una corriente que proponía explorar las fuentes de la realidad local y regional, sin renunciar a las novedades estéticas de Europa. Su propósito era “revalorizar lo nuestro” (en la búsqueda de un perfil raigal, identificatorio del ser nacional) desde una mirada modernizante y “universal”. Por este motivo el paisaje –y sobre todo el paisaje agreste, rural- se convierte en el denominador común de los pintores uruguayos en los años ´20, teniendo como promotor desde 1914 a José Cúneo –quien realiza sus primeros estudios en Italia, pintando al aire libre en la campiña del norte peninsular – pero teniendo también como raro cultor desde 1920 al Doctor Pedro Figari, figura relevante en el mundo intelectual de esa época.
Figari, que había sido desde principios de siglo destacado abogado penalista, filósofo, pedagogo y activista político, pinta entre Buenos Aires (1921-1925) y París (1925-1934) un interminable friso de cartones en los que evoca escenas urbanas del Montevideo colonial y republicano, así como escenas campestres de la región platense en el siglo XIX. En ellos se amalgama al hombre blanco con el negro, el patricio y el esclavo, el indio con el gaucho, en una suerte de fantasmagoría histórica para la que Figari parece convocar  con humor sus propios sueños, recuerdos, y sensaciones de la infancia. Estos óleos, que serán una forma ejemplar del nativismo en la pintura nacional, contarán en su época con adeptos entusiastas, pero también con firmes detractores.
En esos años, José Cúneo, Guillermo Laborde –que dictará clases en el Círculo de Bellas Artes- Humberto Causa, Carmelo de Arzadun, y Petrona Viera, entre otros, llegan por distintos caminos al ejercicio de una pintura de colores puros y estridentes, extendidos  en superficies planas y recortadas entre sí, cuya combinación generaba las figuras y los efectos de luz; por ese motivo se llamó “pintura planista”. También otros pintores, menos ortodoxos en esta tendencia, hicieron importantes aportes a la pintura de paisaje durante ese período; tal es el caso de Guillermo Rodríguez, Alberto Dura, César Pesce Castro, Andrés Etchebarne Bidart, Domingo Bazurro, entre muchos otros. Eran años de relativa prosperidad social en los que predominaba un espíritu de acuerdo político y asimilación de los inmigrantes, en una sociedad que se vanagloriaba de ser tolerante e hiperintegrada. De uno u otro modo, la mayoría de los pintores  de la época vivieron preocupados por las raíces telúricas de la nación y contribuyeron a forjar un imaginario optimista del “ser nacional” a través del paisaje y de las evocaciones de cultos y costumbres regionales. Los años comprendidos entre 1929 y 1933 (desde la crisis del mundo financiero internacional hasta el golpe de Estado de Gabriel Terra en el Uruguay) definen cambios profundos en esta atmósfera cultural halagüeña, debido al inicio de las dificultades económicas, las convulsiones sociales, y las disidencias políticas que afectaron las relaciones de la comunidad de intelectuales con el Estado, condicionando a su vez el tipo de problemas formales y las preocupaciones temáticas que asumirán los artistas.

(Continúa la próxima semana)

Fuente: Gabriel Peluffo Linari (Breve Panorama de la Pintura uruguaya 1830-1980.

No hay comentarios: