Muere la editora Esther
Tusquets
La escritora fallece a los 75 años en Barcelona de una
pulmonía, padecía párkinson
Dirigió durante casi 40 años la Editorial Lumen
Esther Tusquets (Barcelona, 1936) ha fallecido hoy a los
75 años en el hospital Clínico de Barcelona por una pulmonía. Padecía párkinson
desde hacía años. La escritora y editora dirigió durante casi 40 años la
editorial Lumen, que compró su padre. Publicó en 1978 su primera novela, El
mismo mar de todos los veranos, a la que siguieron El amor es un juego
solitario y Varada tras el último naufragio, que integran La trilogía del mar.
Para no volver, Con la miel en los labios, ¡Bingo!, dos volúmenes de relatos
(Siete miradas en un mismo paisaje y La niña lunática y otros cuentos), que reunió
Fernando Valls en Carta a la madre y cuentos completos. Es autora, entre otros
títulos, de tres libros de memorias: Confesiones de una editora poco mentirosa,
Habíamos ganado la guerra y Confesiones de una vieja dama indigna.
Su trayectoria estuvo caracterizada por la calidad de
autores frecuentemente descubiertos por ella. Fue el caso de Gustavo Martín
Garzo, que pasó de publicar en un sello local a ganar el Premio Nacional de
Literatura con El lenguaje de las fuentes. Además, fue pionera en dar a conocer
a escritores nunca antes editados en España (Susan Sontag, por ejemplo) y en
crear colecciones de literatura infantil magníficamente ilustradas, cuando ese
género era aquí casi inexistente. También creó una excepcional colección de
poesía nada rentable en aquella época y la ya emblemática Femenino Singular,
una colección sólo para mujeres escritoras.
Estudió en el Colegio Alemán y más tarde, en las
Universidades de Barcelona y Madrid, donde cursó los estudios de Filosofía y
Letras, con especialidad Historia. A finales de los noventa las cifras del
negocio amenazaban con obligarla a dedicar más tiempo a los números que a la
literatura vendió el 80% del sello a una multinacional (Random House
Mondadori).
Paralela a la edición, Tusquets desarrolló una brillante
carrera como escritora que comenzó en 1978 con El mismo mar de todos los
veranos y cuya última entrega es ¡Bingo! Entre uno y otro, más novelas,
relatos, ensayos y memorias como Prefiero ser mujer y Memorias de una editora
poco mentirosa (ambos publicados por RqueR, el sello que montó con su hija al
dejar Lumen).
En 2006 la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña
rindió un homenaje a Tusquets en el que su amiga, la escritora Anna Moix la
definía como "una escritora proustiana que utiliza la memoria como arma de
conocimiento. Con ella realiza un espléndido ajuste de cuentas con las
costumbres de la España
del último medio siglo". En aquel acto, su hermano Oscar Tusquets
arquitecto, diseñador y también escritor, recordaba la anécdota de infancia que
mejor definía la personalidad de su hermana Esther. Peleado con ella, Oscar le
lanzó un cuchillo que le rompió un diente. Esther contuvo la ira y al cabo le
espetó: "¡Pues no se lo voy a contar a los papás!". "A Esther o
se la teme o se la adora. O se la adora temiéndola, como es mi caso".
En su última entrevista concedida para EL PAÍS, la
escritora conversaba con su hermano el arquitecto Oscar Tusquets sobre Tiempos
que fueron (Bruguera), unas memorias familiares a cuatro manos. Ambos
coincidían en algo: sabían cómo les gustaría morir. Oscar ha hecho testamento
vital y Esther había tomado también algunas medidas. Ella quería morir en su
"pisito de la calle Muntaner" o junto al mar. "No quiero que me
ingresen en un hospital. No quiero un final feo y sórdido".
Esther: "El año pasado creí que iba a morir, no tuve
miedo, pero sí pensé en el futuro de mis perras".
Oscar: "¿Cuántas veces me llamaste? Muchas. ‘Oscar,
¿me quieres? Me muero".
Esther: "Solo te llamé dos veces".
Oscar: "Bueno, solo dos".
Esther: "No quiero que me incineren".
Oscar: "No me digas que tienes miedo al fuego".
Ester: "Quiero que me construyas un panteón cerca de
Vicenza".
Extraído de: http://cultura.elpais.com
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