A 65 AÑOS DE LA MUERTE DE GHANDI
El 30 de enero de 1948 en Nueva Delhi, Ghandi fue asesinado
de tres disparos en el pecho efectuados por el extremista hindú Nathuram Godsé.
Mohandas Karamchand Gandhi nació en Porbandar, en 1869, y
fue asesinado en Delhi en 1948. Pensador y líder del nacionalismo indio, es la
personalidad indígena más relevante de la historia india contemporánea. Domina
la escena política y social de la
India durante la primera mitad del siglo XX. Valioso legado
de su actividad encaminada al bien de sus compatriotas y a la independencia de
su país en el marco de una extraordinaria concepción filantrópica y
humanitaria, ha quedado la obra titulada por él Historia de mis experiencias
con la verdad (que en su primera redacción data de unos veinte años antes de su
muerte), una mole ingente y varia de artículos publicados en revistas y
periódicos, numerosos discursos oficiales pronunciados en la India y en Inglaterra y las
abundantes alocuciones de carácter familiar y paternal dirigidas al pueblo y
cuyo vivo y religioso recuerdo se mantiene todavía.
asó la infancia en un ambiente familiar ordenado y recogido
que dejó en él una huella indeleble. Su padre era funcionario estatal de grado
elevado y su madre conservaba una fe religiosa apasionada y operante que se
remontaba a las antiguas y sagradas tradiciones brahmánicas e hindúes. Después
de haber seguido en su patria un curso regular de estudios y cuando tenía cerca
de veinte años, mantuvo durante tres años un primer contacto directo con la
cultura occidental, viviendo en Londres, donde esperaba perfeccionarse en los
estudios jurídicos.
Regresó después a la India ; pero no permaneció allí mucho tiempo. Los
ideales que guiaron toda su vida y que se identifican con un ardiente amor a la India (cuya antigua
civilización y algunas épocas gloriosas de su historia trimilenaria se le
aparecían como firmes bases para la deseada unión nacional) y una necesidad
innata de llevar a cabo la difícil misión con un espíritu de amor y caridad
hacia la humanidad entera, comienzan a revelarse públicamente con el generoso
impulso con que Gandhi -habiéndose trasladado en 1893 al África meridional- se
dedicó a realizar la obra de redención y de elevación moral y social de muchos
millares de indios allí residentes.
Numerosas y variadas fueron sus iniciativas humanitarias;
instituyó colonias agrícolas y hospitales, y, sobre todo desde entonces, trató
de eliminar las castas y religiones que dividían a su pueblo. En sus relaciones
y en sus inevitables choques con las autoridades gubernativas de Sudáfrica
inauguró un método de lucha, o mejor de resistencia que mantenía el respeto a
la persona humana y evitaba la revuelta armada; y ya en África, en 1906, puso
en práctica el "satyagraha" ("obstinación por la verdad"),
conocido en Occidente con el nombre de "resistencia pasiva".
Regresó a finales de 1914 a la India , donde llevó una vida retirada hasta 1918,
término de la primera Guerra Mundial. A partir de este año, Gandhi fue
prácticamente el jefe del movimiento nacionalista. Su bandera, al principio la
simple "autonomía", que toma su base de la "autonomía
económica" a la que se llega mediante la "no colaboración" y
después con la "desobediencia civil", pasa a ser en fin el símbolo de
la "independencia nacional" ("svaraj").
1920 señala una fecha importante en la vida de Gandhi,
porque fue precisamente en este año, en ocasión de la sesión extraordinaria del
Congreso Nacional Indio en Calcuta y en la ordinaria celebrada poco después en
Nagpur, cuando Gandhi obtuvo un gran éxito personal, por cuanto en la primera
fue aprobada y en la segunda ratificada la puesta en práctica de una gradual
resistencia pasiva, deseada y ardientemente propugnada por Gandhi.
Se convierte entonces en primerísima figura, no sólo en el
seno del Congreso, sino en toda la
India ; y a este año se remonta el título de
"Mahatma", que el mismo pueblo le confirió en un impulso espontáneo
de entusiasmo y de devoción; y dicho apelativo, que significa literalmente
"el magnánimo" y alude a sus dotes de "profeta" y de
"santo" que las masas le reconocían, lo glorifica y lo señala para la
posteridad.
Los períodos sucesivos de la vida de Gandhi muestran una
ininterrumpida serie de episodios durante los cuales continuó su actividad
política, con pausas más o menos largas pasadas en duras prisiones. De 1930 es
una vigorosa llamada directa al pueblo, redactada por entero por Gandhi y
sancionada por el Congreso; llamada en la que se siente vibrar toda la pasión y
todo el amor de Gandhi por su tierra madre y su anhelo por liberarla de la
dominación extranjera. De aquel mismo año es su valerosa actuación contra las
leyes del monopolio de la sal y su memorable marcha de tres semanas, osada y
simbólica al mismo tiempo, realizada en medio del entusiasmo irrefrenable de
las muchedumbres a lo largo del recorrido que separa la ciudad de Ahmedabad de
la pequeña localidad costera de Dandi.
A finales de 1931 participa en Londres en la segunda
conferencia de la Mesa
Redonda. Pero la conferencia marcó un fracaso para la causa
india. Vuelto a su patria, Gandhi vivió durante algunos años apartado de la
política oficial; pero dedicado a su apasionada atención a los problemas
sociales, especialmente al concerniente a los "intocables".
Reapareció en la escena política en 1940, durante la segunda Guerra Mundial, y
con indómita constancia, continuó luchando -siempre inerme- por aquellos ideales
de cuya fe nunca se apartó; y así mantuvo una esperanza inquebrantable hasta el
día de su sacrificio.
Gandhi ha sido jefe y maestro de su pueblo y lo ha guiado a
la consecución de la meta que había soñado ardientemente. Gandhi vio la India independiente, aunque
no se haya verificado su deseo de fundir hindúes y musulmanes en unitaria
convivencia. Y, ciertamente, ello constituyó una espina, a la que se añadieron
las amargas desilusiones y dolores por las violencias y los estragos que
acompañaron al nacimiento de la
Unión India y del Pakistán.
Extraordinaria figura de asceta indio, Gandhi no pasó su
existencia en el tradicional eremitorio solitario, sino que fue impulsado por
su infinito amor a su tierra madre y a sus hermanos a vivir -excepto algunos
breves paréntesis- en medio del mundo y a practicar sus virtudes ascéticas, aun
permaneciendo en contacto con gobernantes y métodos políticos del pleno siglo
XX. El amor ("ahimsa") fue su arma política, y se nos aparece
totalmente dominado por aquel sentimiento de bondad y de afectuosa dulzura que
es la nota dominante del Visnuísmo.
Sus repetidos y dolorosos ayunos (realizó dieciséis, el
último de ellos pocos días antes de su fin en un intento de conseguir la paz
religiosa de toda la India )
eran la prueba de una completa entrega a su causa y consiguieron la devoción de
las masas; su palabra apasionada las entusiasmaba, sus plegarias y sus
invocaciones al dios Raro, recitadas en público, conmovían y arrebataban al
auditorio. Actuó políticamente siguiendo medios que estaban en neto contraste
con la práctica dominante, consideró despreciable el principio según el cual el
fin justifica los medios, principio que muchos siglos antes, un maestro indio
de política, Kautilya, había exaltado y puesto en práctica con un realismo sin
escrúpulos.
Pero el método, diríamos evangélico, predicado y realizado
por Gandhi consiguió el deseado triunfo. El desconsolado anuncio hecho a las
gentes de que el padre ("bap") había muerto, el dolor del pueblo
impresionado por la noticia del trágico fin, la consagración de sus cenizas,
sumergidas religiosamente en numerosos ríos sagrados del inmenso país,
revelaron al mundo que la India
había perdido a su más grande santo de la Edad Moderna.
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