A
123 AÑOS DE LA MUERTE DE
VINCENT VAN GOGH
Vincent Van
Gogh nació en Groot-Zundert, Países Bajos en 1853 y murió en Auvers-sur-Oise,
Francia, el 27 de julio de 1890. Vincent Van Gogh era el mayor de los seis
hijos de un pas
tor protestante, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años
menor que él, una relación que sería determinante en su existencia y su
trayectoria artística. La correspondencia que ambos intercambiaron a lo largo
de toda la vida es el testimonio de la intensidad de esta relación.
Tras
recibir una esmerada educación en un internado privado, con dieciséis años
entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina
Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció las obras de la
escuela de Barbizon.
El traslado
de Van Gogh a Londres en 1873 señaló el inicio de una primera etapa creativa.
Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 se
vio impelido por la necesidad de entregarse a sus semejantes, y tras intentar
estudiar teología, decidió satisfacer su vocación uniéndose a los mineros de la
Borinage. En este período realizó una serie de dibujos de los mineros.
Hacia 1880,
tras ser expulsado por su excesiva implicación, descubrió en la pintura su
auténtica vocación, considerándola una vía para consolar a la humanidad. En los
primeros años de la década de 1880 estudió con diversos pintores, entre los que
cabe destacar a Anton Mauve. Su rápida evolución y el conocimiento de los
impresionistas lo llevaron a abandonar la enseñanza académica y a reunirse con
Theo en París en 1876.
Su hermano
le presentó a Pissarro, Seurat y Gauguin, y esta situación coincidiría con la
definición de su pintura. Su paleta se tornó definitivamente colorista y su
visión, menos tradicional, dando forma a su personal visión del
postimpresionismo. Su interés por el color y por la captación de la naturaleza
lo indujo a trasladarse a Arles, donde su obra fue progresivamente expresando
con mayor claridad sus sentimientos sobre lo representado y su propio estado
mental.
Con la
pretensión de crear el grupo de los «impresionistas del sur», Van Gogh alquiló
una casa donde invitó a los artistas con quienes compartía intereses y en la
que Gauguin pasaría dos meses. La primera crisis mental, en la que se cortó
parte de la oreja izquierda, tuvo lugar en la Navidad del mismo año 1888.
En abril
del año siguiente, ante el temor a perder su capacidad para trabajar, pidió ser
ingresado en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence donde
permaneció doce meses. Tras sufrir diversos ataques y ante la imposibilidad de
salir al exterior a pintar, realizó obras relacionadas con el hospital,
retratos de médicos y reinterpretaciones de obras de Rembrandt, Delacroix y
Millet.
La pérdida
de contacto con la realidad y una progresiva sensación de tristeza son las
claves de este período en el que Van Gogh desarrolló un estilo basado en formas
dinámicas y en el uso vigoroso de la línea, de lo cual resultó una pintura más
intrépida y visionaria que la de Arles.
Sin
conseguir superar el estado de melancolía y soledad en que se encontraba, en
mayo de 1890 se trasladó a París para visitar a su hermano Theo. Por consejo de
éste, viajó a Auvers-sur-Oise, donde fue sometido a un tratamiento homeopático
por el doctor, y pintor aficionado, Paul-Ferdinand Gachet.
En este
pequeño pueblo retrató el paisaje y sus habitantes, intentando captar su espíritu.
Su estilo evolucionó formalmente hacia una pintura más expresiva y lírica, de
formas imprecisas y colores más brillantes. Pese a que unos meses más tarde el
doctor Gachet consideró que se encontraba plenamente curado, su estado de ánimo
no mejoró debido a los sentimientos de culpa provocados por la dependencia de
su hermano Theo y por su fracaso profesional. Sumido en esta situación de
angustia, el 27 de julio Van Gogh se descerrajó un disparo en el pecho; murió
dos días más tarde.
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