HENRY MILLER, MUCHO MAS
QUE UN ARTISTA POBRE Y MUJERIEGO
Henry
Miller nació en Nueva York el 26 de diciembre de 1891 y murió en Los Ángeles el
7 de junio de 1980. Miller es sin duda uno de los talentos más destacados de la
literatura norteamericana contemporánea y el paradigma del disidente y
anarquista pacífico de su tiempo. Toda su obra es autobiográfica y vivencial;
de ahí lo profundo de sus convicciones, expresadas en su entrega a la
literatura como camino personal irrenunciable. Su naturalidad para tratar temas
como el sexo y su denuncia de la hipocresía social en esta materia le valió la
admiración de infinidad de lectores de todo el mundo y el tener entre sus
adeptos incondicionales a las generaciones de inconformistas de su propio país
de las décadas de los años cincuenta y sesenta de la pasada centuria.
Sus padres eran judíos. Su asistencia, en 1901, al City
College sólo dura dos meses: lo abandona para emplearse en una fábrica de
cemento. Luego de una serie de viajes por el sur de los Estados Unidos, durante
los que se mantiene realizando cualquier tipo de trabajo, regresa a Nueva York
en 1914 y se emplea en la sastrería de su padre. En 1923 realiza su primer
viaje a Europa con su segunda esposa, June Edith Smith. Pero no es hasta 1930
que Miller decide establecerse en París, donde encontró bastantes temas para
sus libros y un ambiente propicio para su vida bohemia y turbulenta.
En 1934 publica Trópico de Cáncer, obra que
será editada simultáneamente en inglés y francés. Los conflictos con la censura
mantendrán esta obra inédita en Norteamérica hasta 1961; en esta época, Miller
será ungido maestro de la proclamada revolución sexual del momento, pues
trataba sin tapujos las situaciones de sexo explícito y mostraba una corrosiva
ironía al referirse a los supuestos valores del puritanismo, ya sea en su
versión francesa o norteamericana.
Trópico de Cáncer es
una crónica sobre la vida del propio autor en París, sus andanzas de artista
pobre y mujeriego, en la que se entrelazan una suerte de picaresca de sabor
europeo con el irónico humor americano. La novela tiene una estructura poco
convencional y está escrita en un lenguaje descarnado y hasta obsceno, pero
indudablemente revolucionario y vital; en ella se manifiesta la preocupación de
Miller por la búsqueda de identidad y la liberación del individuo de la maraña
de mitos sociales que lo apresan.
Su estadía en París significa el comienzo de amistades
fundamentales en lo que a su vida y obra se refiere; conoce a Jean Giono, a
Anaïs Nin y a Lawrence Durrell, quien compartía con Miller la
postura vitalista que enseñaba la práctica y la celebración de lo corporal por
encima de todas las adversidades, fórmula que tanto influiría a lo largo de
toda su literatura. En 1936 publica el libro de narraciones Primavera
negra (Black Spring).
En 1939, junto con Durrell, realiza un viaje por Grecia
del que es fruto la novela El Coloso de Maroussi (1941).
También en 1939 publica Trópico de Capricornio, en la que, al igual
que en el anteriorTrópico, Miller expone cómo su estancia en París
estuvo marcada por una agobiante pobreza. No faltan críticos que sostienen que
ambos Trópicos representan, respectivamente, la crónica de una
liberación y el cuadro del infierno del cual el escritor escapa. En ambas obras
hay la misma ausencia de estructura, el mismo caos verbal, abierta utilización
de monólogo interior, ruptura de ritmos, utilización de flashback,
extensas catalogaciones a lo Whitman y sobre todo abundantes metáforas e
imágenes de raigambre surrealista.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, su obra comienza a
obtener cierta difusión, lo cual le permite trasladarse a vivir definitivamente
a su entrañable California. Allí escribe Big Sur y las naranjas de
Hieronymus Bosch (Big Sur and the Oranges of Hieronymus Bosch,
1957) y termina una obra cuyos apuntes había traído de París: Sexus (1949).
Primera pieza de La crucifixión rosada (Plexus, 1953,
y Nexus, 1959, son las otras), esta serie retoma la temática
autobiográfica y cubre el período que va de 1923 a 1928.
Más relajado, acabados definitivamente sus pleitos con la
censura y sin sobresaltos económicos, Miller se dedica a la pintura con gran
intensidad. Publica sus cartas con Anaïs Nin y continúa explotando su propio
pasado en Mi vida y yo.
Lo que se expresa en las obras de Henry Miller es una
filosofía de la vida absolutamente transgresora, irreverente para con los
clichés morales y estéticos de nuestra sociedad. La literatura de Miller es
refractaria a cualquier credo específico; aboga por una especie de sincretismo
estético y filosófico entre Occidente y Oriente. De ahí su enfático interés por
la astrología, la teosofía, el ocultismo, el hinduismo y sobre todo el budismo.
Miller es uno de los más claros ejemplos de literatura hecha de desesperación,
de amor a todo sin cortapisas, de fe en el lenguaje como lugar de conocimiento.
Herederos de su forma de entender la existencia fueron beatniks y
hippies.
Algo del universo
Miller
Trópico de Cáncer
Trópico de Capricornio
Sexus
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