sábado, 18 de julio de 2015

NACIONAL HALLAZGO EN TORRE EJECUTIVA
Conservación del patrimonio está "parada" según arqueólogos



No se exige estudios de impacto antes de construir en Ciudad Vieja



El reservorio estará ubicado en el halld el edificio anexo de Torre Ejecutiva
El descubrimiento de un reservorio de aguas del siglo XVIII, hallado mientras se realizaban las obras del edificio anexo del Poder Ejecutivo puso sobre la mesa la inquietud de los arqueólogos por la falta de preocupación del gobierno en la conservación de los bienes con valor patrimonial.

La estructura, de unos nueve metros de largo por cuatro de ancho, fue encontrada en plena excavación, lo que produjo roturas con pérdida material y debilitamiento. Si bien en este caso se decidió recuperarlo y que pasara a formar parte del nuevo edificio, según el arqueólogo José Lopez Mazz, el problema en Uruguay es que el barrio histórico se conserva "de la vereda para arriba" pero no se tiene en cuenta que las propiedades antiguas están construidas unas sobre otras.

"Con suerte, cuando alguien ve lo que están rompiendo, se desencadena algo como esto", -dijo López Mazz a El Observador en relación a la conservación que se realizará del reservorio de aguas. El arqueólogo aseguró que esto se debe a que no se exige para Ciudad Vieja la realización de un estudio de impacto arqueológico previo a comenzar las obras, que evite destruir o que mitigue el daño, algo que a su entender debería llevarse a cabo incluso antes de elaborar el proyecto arquitectónico y de esa forma tenerlo en cuenta.

Para el arqueólogo, al no existir una politica pública efectiva de protección de Ciudad Vieja "se está lesionanado el bien común", ya que no se respeta el derecho al patrimonio, consagrado en el artículo 34 de la Constitución. Eso sucede también a nivel de todo el territorio.

Esto se debe a que, según definió López Mazz, la conservación del patrimonio está actualmente parada. En enero de este año, la dirección de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación resolvió pasar la realización de los estudios de impacto arqueológico en las obras a la órbita de la Dirección Nacional del Medio Ambiente (Dinama) debido a la "imposibilidad material" de realizar en tiempo y forma el seguimiento de los estudios. Según dice la resolución, a la que accedió El Observador, el motivo fue la falta de recursos para llevar a cabo esa tarea, pero ello implicó que los estudios que estaban siendo realizados fueran aprobados sin una revisión final. La Asociación de Arqueología del Uruguay –en formación– lo ve como un "flagrante menoscabo a la salvaguarda del patrimonio cultural".

Sin arqueólogos


A esto se suma el hecho de que según denuncia la Asociación en una carta enviada al Ministerio de Vivienda y al de Educación, "la Dinama no cuenta actualmente con arqueólogos entre su personal técnico" lo que implica además una "clara falta de garantía" sobre la evaluación futura que puedan tener los estudios de impacto arqueológico.

La arqueóloga Carmen Curbelo, integrante de la Asociación de Arqueología, explicó por otra parte a El Observador que ese traspaso no solo permitió que se aprobaran estudios por defecto, sino que además será difícil poder llevar una base de datos sobre los hallazgos, competencia de la Comisión de Patrimonio. En tanto, fuentes de Dinama dijeron a El Observador que se trabaja en la búsqueda de soluciones.


La confirmación de la regla
Pérdida. La retroexcavadora rompió parte de la pieza
Según dijo a El Observador una de las arquitectas que trabajó en la conservación de la estructura de la fuente de agua hallada en el anexo de la Torre Ejecutiva, Graciela Valeta, con los trabajos de excavación y al no haber un estudio previo, la estructura de más de 200 años sufrió una fisura importante y se separaron las paredes circulares de la bóveda. Además, se arrancó una parte de la estructura. Por eso, el reservorio debió apuntalarse y se realizó un proyecto de conservación.

Valeta dijo a El Observador que una vez que el edificio esté terminado, el reservorio se podrá ver en el hall del edificio, desde arriba, pero no se podrá acceder a él para su mejor resguardo. La conservación de la estructura, que se usó hasta el siglo XX –se encontraron botellas que así lo confirman– consiste en la recomposición de las fisuras y en dar continuidad al material. Además, se realizará una contención con arcos livianos de acero inoxidable y vidrio, "de modo de interferir lo menos posible en la visión del elemento a poner en valor", dice el proyecto al que accedió El Observador.



(*) Extraído de: http://www.elobservador.com.uy/

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