Destruyen en Lisboa obras de la
En la madrugada del
domingo 7 de abril alguien rajó con un cuchillo algunas de las reproducciones
de las pinturas de José Santa Bárbara que embellecen las ventanas de la planta
baja de la Casa
de los Bicos, en Lisboa, sede de la Fundación José Saramago.
La presidenta de la
fundación, y compañera sentimental del escritor portugués hasta su muerte,
Pilar del Río, asegura que no sabe “ni quién fue ni por qué lo hizo”.
Los autores de estos
hechos vandálicos destruyeron a navajazos el nombre del escritor, que también
adornaba la tela que recubría una de las ventanas. “Es sólo la destrucción por
la destrucción. Es una agresión contra la cultura, contra las ideas, que es a
lo que se dedica esta fundación”, añadió Del
Río después de recibir la visita
del alcalde de la capital portuguesa, António Costa.
La exposición “Memorial
del Convento”, basada en las pinturas de Santa Bárbara sobre la novela de
Saramago, se inauguró en noviembre pasado coincidiendo con el 90º aniversario
del nacimiento del escritor (1922-2010). Teniendo en cuenta la acogida de la
muestra, la fundación decidió reproducir algunas de esas imágenes en su fachada
para embellecer la zona.
Pilar del Río no encuentra
explicación a este hecho de vandalismo porque, afirma, la fundación no recibe
dinero del Estado. Recuerda que la fundación se sostiene con los derechos del
autor de obras como Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y La balsa de
piedra, según dejó estipulado el propio Saramago. “Somos una fundación muy
activa en lo cultural y de resistencia cívica, por lo cual propiciamos debates
con la comunidad”, dice Del Río.
Las reproducciones van a
ser reparadas pronto, agregó. “Es una metáfora de la destrucción a la que se
aboca este país debido a esta política ininterrumpida de recortes que afecta a
la cultura y a la educación. Vamos a repararlas enseguida. Pero antes, las
dejaremos un par de días así, para que quede constancia de la ceguera de la
destrucción. Después volverán a lucir como siempre, para que quede claro que
los vándalos no se salen con la suya”.
Del Río destaca un detalle
simpático del incidente: “Los del bar de al lado, por su cuenta, el domingo por
la mañana, al darse cuenta de todo, recogieron algunos de los pedazos rotos y
con cuidado y papel adhesivo los colocaron como pudieron”.
Extraído de: www.letralia.com
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