Nunca callaron las voces
Fermín
Méndez
Por más fuerte que pisara la bota nunca pudo
cerrar las bocas, ni romper guitarras, mucho menos detener el vuelo incesante
de acordes y notas que volaban por lo alto y caían, como agua de lluvia, sobre
el pueblo y la lucha. Fue aún mayor; todo. A más represión igual respuesta
cantada. E incluso el exilio, que bien pudo ser - y lo fue - un sufrido
desarraigo para muchos, fue la caja de resonancia que escucharon todos. De la mano,
música y pueblo fueron juntos tras los pasos de una sociedad más justa e
igualitaria, o al menos democrática.
Leyendo, así es como me he nutrido de información
sobre aquellos años además de escuchar atentamente valiosos relatos, me
encontré con un muy buen análisis del historiador Tabaré Petronio llamado
"Desde las sombras, hasta abrir la noche". Y empecemos por esto.
Petronio refleja en el comienzo de su ensayo el panorama previo a la década del
70 de la música nacional, dejando en claro la situación "compleja,
incierta, fermental" que se vivía, donde surgían cada vez más
"posturas éticas y estéticas en nuestra música. La mayoría, se volcaron
hacia lo popular, pero manteniendo raíces con identidad uruguaya, agregando el
latinoamericanismo".
Al parecer aquellas viejas tradiciones de
cantores criollos y payadores que pululaban en los boliches capitalinos, y eran
la atracción de todos, fue cada vez más relegada a círculos restringidos como
La Rural del Prado o las “yerras” del interior del país. Asimismo, era el
comienzo de un aparato que lo cambió todo: la televisión. "Este nuevo
medio tecnológico tuvo y tiene una gran incidencia en la extensión de la
canción uruguaya. La aparición de sus interpretes fomentó, en escala menor a
los productos extranjeros, la nueva realidad musical uruguaya y difundió las
imágenes a todo el territorio", dirá el historiador. Pero mejor que suene
la música.
Ayer, como hoy, la lista de músicos era extensa y
algunos sobresalían notoriamente sobre el resto. Será de gustos y preferencias
del escucha elegir y disfrutar, pero teniendo que citar algunos seguro que
recordarán a Osiris Rodríguez Castillo, Aníbal Sampayo, Daniel Viglietti,
Tabaré Etcheverry, Alfredo Zitarrosa, Eustaquio Sosa, Washington Carrasco,
Danus Silvera “el indio Arachán”, Santiago Chalar, o el recientemente fallecido
Manuel Capella, entre muchos otros. También se escuchaban las voces
femeninas de Vera Sienra, Dianne Denoir,
Amalia de la Vega, Rubí Castillo, y Nila Quinteros, por citar algunas. Y entre
los grupos que hacían música encontramos a Los Olimareños, Los Vidalin de
Durazno, Los Zúcara de Rocha, Los Tacuruses de Rivera, Los Eduardos de
Tacuarembó, Los Guadalupanos de Canelones, etc.
Dice el autor de "Desde las sombras, hasta
abrir la noche": (este)... despliegue creativo de la música uruguaya,
comprendida con “los cambios” se resintió con el golpe de Estado y la
dictadura. Muchos de sus creadores pagaron su “toma de posición” con el
silencio de las proscripciones o el exilio. En el corto período que transita
desde 1971 a junio de 1973, la cultura artística, fundamentalmente en el teatro
y en la música, habían desarrollado una actividad plétora de protestas contra
el sistema de gobierno. Los teatros trabajaban con carteles de “agotado” y los
recitales de los músicos populares eran continuos. Es en este corto período que
aparecen tomando posición, las murgas,
destacándose La Soberana y Los Diablos Verdes.
Después del 27 de junio, a pesar de que en las
primeras horas la cadena de las Fuerzas Conjuntas irradiaba “A Don José”
canción de Ruben Lena, interpretada por “Los Olimareños”, la cultura artística
fue duramente reprimida, fueron perseguidos y expulsados del país Daniel
Viglietti, Alfredo Zitarrosa, Héctor Numa Moraes, Los Olimareños, Yamandú
Palacios, Manuel Capella, Marcos Velázquez, los integrantes de Camerata Punta
del Este y otros, como Aníbal Sampayo y R. Collazo fueron detenidos y después
de cumplir su sentencia, se exiliaron. Comenzaron a mermar las presentaciones
para los grupos fusionados, y muchos músicos buscaron otros países para seguir
desarrollando su actividad (Rada, Fattoruso, J.Roos, etc.)
EL SILENCIO y su retumbe
Es claro que no se admitieron voces de protesta
contra, y durante, el “Proceso Cívico- Militar”. Sólo eran permitidas las voces
oficialistas, "como sucedió y sucede en todos los regímenes
autoritarios" (Petrorio dixit), y se llevaban a cabo grandes espectáculos
de “exaltación nacional” con los artistas de confianza para el Proceso. Y las
radios, en tanto, no paraban de recibir las listas de músicos y canciones
vetadas para ser retransmitidas. Entre otros, Alfredo Zitarrosa, “Los
Olimareños”, Daniel Viglietti, Numa Moraes, José Carbajal, Mercedes Sosa y
Horacio Guarany, etc. La televisión, estrechó aun más las posibilidades para
todo el mundo artístico del país.
"Algunos festivales del Interior del País,
(Durazno, Treinta y Tres) fueron reductos de las fuerzas más regresivas y
exaltaron el patriotismo nacional ante el peligro subversivo internacional,
haciendo de estos eventos, una parodia de la tradición y no todos los artistas que surgían podían
asistir, si no comprobaban su “fe democrática”.
Los programas de radio, que difundían música
“folclórica”, en los primeros años de la dictadura, en su mayoría, irradiaban
intérpretes argentinos, apareciendo esporádicamente, algún interprete uruguayo,
de los permitidos o de los nuevos, de los que recién surgían, que no tenían
“antecedentes”, vinculados a la “canción protesta”
Es en el año 1974, que algunos estudiosos abren
la brecha y lo señalan como “el año bache del silencio” llegando este hasta
1976.", explica Tabaré Petronio, reafirmando que "sin lugar a dudas
1974, afirmación de la dictadura y 1975 “Año de la Orientalidad”, fueron muy
difíciles para las actividades culturales y artísticas no programadas por el
régimen, sin embargo, aparecen algunas grabaciones de músicos e intérpretes
“nuevos” que van ocupando los espacios dejados por los que fueron silenciados.
(“Como un Jazmín del país”) de Carlos Benavides y W. Benavides.
Nosotros afirmamos que fue en estos años tan
complejos, 1974-1975, que comienza un “arte de resistir”. Es un movimiento que
tiene sus raíces en el interior del país pero que se aloja en Montevideo. La
actitud de los sellos de grabación fue de apertura hacia el artista Nacional,
¿cuál fue la causa?. Todavía no podemos afirmar si fue solamente una coyuntura
comercial favorable o una actitud de resistencia por parte de sus
directivos"
EL PESO DE LA HISTORIA
Van apareciendo algunos álbumes que marcan la
cancha. Por un lado la versión oficialista con “Gesta de la Orientalidad” donde
participaron Jorge Villalba y los boyeros, José María Da Rosa, Graciela Castro,
Hilario Pérez y su conjunto de guitarras, Los Nocheros, Carlos López Terra y Rubí
Castillos.(Sello Sondor l976), y por otro lado la tenue resistencia se da en
“Soy del Campo” y “La Gesta de Aparicio”, que tienen entre ellos a Carlos
Benavides, Carlos María Fossatti, Cimarrones, Antonio González “El Pampa”.
"Creemos que es con estas situaciones que se comienza a perfilar el nuevo
Canto uruguayo", dice Petronio.
Recurramos a él para ver gráficamente el año a
año:
En 1976 fue un año de mucha represión por parte
de la dictadura, pero también fue un año de resurgimiento musical no obsecuente.
Washington Carrasco, presenta “Inti Canto”, en los teatros; “Alianza Francesa”,
y en el “Tinglado”.
Antes del cierre de la Institución El Galpón, en
1975, se presentaron con “La Escalera” Mateo, Pipo Spera, Urbano Moraes y “Pajarito Canzani”
junto a Vera Sienra.
En 1976, se realizan, “Peñas Folclóricas” en
varios lugares de Montevideo. “El Pericón” en la vieja cochera de Castro en el
Prado, en “Teluría”, en zonas vecinas
como La Paz, Las Piedras y Canelones.
En ellas se presentan; Carlos Benavides, Grupo
vocal Universo, Carlos María Fosatti, Los Guadalupanos, Los Eduardos, Tabaré
Arapí, Omar Romano, Los Trashumantes, Jorge Miranda, Miguel Villalba, entre
otros.
En 1977 W.Carrasco junto a Cristina Fernández,
presentan en “Teatro del Centro” “Ecos del Camino”.
En el ciclo de la música popular de la Alianza
Francesa, Eduardo Darnauchans presenta “Las diferencias”, también en 1977 en la
Cava del Virrey se presentan; Carlos Benavides, Grupo Vocal Universo, Los
Eduardos, Abel García, Santiago Chalar, Los Peyrou, Omar Romano, Los Hacheros,
etc.
En la “Alianza” se presentaron como “grupo de
trabajo”, “Los que ibancantando” (Trochón, Lazaroff, Bonaldi, da Silveira, Di
Pólito).y luego lo hicieron en el teatro Circular.
En 1978 se realizaron recitales en la “Alianza” denominados “cinco por uno de la ciudad” donde
participaron Carrero, Da Silveira, Di Polito, Larbanois y Luis Trochón
Es en este momento como dice W. Benavides; “el público
uruguayo reconoce sus perfiles y sus anhelos, en las voces y canciones de
nuestros artistas.
Los gustos son tan variados como los cauces del
Canto Popular, una línea de búsqueda cercana a ratos a la música de vanguardia
en “los que iban cantando”, una línea más cercana a las proyecciones del
neo-folcklore en los artistas que trabajaron en “La Cava”. Pero también resurge
en Dino, en Mateo, en Darnauchans y otros la variante del mundo; Rock y la
balada...”.
1980 – 1985 EL AUGE y el regreso
El No había triunfado, apenas un festejo íntimo,
satisfacción del - ¡vamos que se puede... !. Al tiempo ya era un hecho el
comienzo y los preparativos para organizar grandes espectáculos de “Canto Popular” en estadios Cerrados
(Platense, Palacio Peñarol) etc., con varios artistas en el escenario. Como no
podía ser de otra manera, estas oportunidades de transformaron inmediatamente
en grandes actos de masas, incluso desafiando la represión existente. "No
se prohibían los espectáculos, se prohibían los artistas, se debían presentar
los repertorios por triplicado en Jefatura de Policía, y muchas veces alguno de
los artistas anunciados, no podía subir al escenario.
Por supuesto esto traía una reacción negativa
para el régimen, ya que con mucha astucia y coraje, los organizadores y los que
animaban el espectáculo, colocaban sobre el escenario una silla vacía. Uno de
los primeros recitales de estas
características lo organizó un club de barrio de Montevideo, WeeK-end (Paullier
y Martín García) y se le denominó “Un mar de gente”, se realizó en el club
Platense y se presentaron, Los Zucará, (llegaron desde Rocha a cantar vestidos
de Frac), Juan José de Mello, Julio Julián, Abel García, Grupo Universo,
Cantaliso, Larbanoís- Carrero, Dino, ante un público que sobrepasaba las 1500
personas".
Grupos como Rumbo, Surcos, Baldío, Contraviento,
Los del Yerbal, Taipas y dúos como Pareceres, Los Hacheros, Los Peyrou,
Washington Carrasco - Cristina Fernández y solistas como Fernando Cabrera,
Rubén Olivera, Pablo Estramín, Enrique Rodríguez Viera, Leo Masliah, van afirmando su prestigio, “Canciones Para no
Dormir la Siesta”, que lideraban Nancy Gurguich y Horacio Buscaglia estuvieron
dedicados a la canción Infantil, creando algunas canciones memorables como fue
entre otras “Al botón de la botonera”.
Luego comienzan “los regresos”; de Alfredo
Zitarrosa, “Los Olimareños”, El Sabalero, Daniel Viglietti, Numa Moraes, Manuel
Capella, Aníbal Sampayo, Jaime Roos, Yamandú Palacios, Marcos Velazquez tratan
de reordenar el complejo espectro de la canción popular uruguaya. Y ya casi que
llegando al final del la dictadura se oía en las radios montevideanas la
propuesta de “La Nueva Trova” cubana,
liderada por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
El 1° de marzo de 1985, cuando asume el Dr. Julio
María Sanguinetti, y comienza el proceso de redemocratización, en el acto
cultural callejero, realizado en la Explanada Municipal, estuvieron presentes;
“Los Olimareños”, Larbanois-Carrero, Los hermanos Mejía Godoy (nicaragüenses), Silvio Rodríguez y Pablo
Milanés(cubanos), cerrando o abriendo este ciclo cultural, artístico y político
de nuestra historia.
Callaron y desaparecieron voces, rompieron
guitarras, pianos, tamboriles, y todo lo que viniera; o lo acomodaron a su
antojo. Quemaron discos, rompieron locales musicales, afanaron a profesores de
música (entre ellos mi abuela). Quisieron atreverse con muchas otras cosas más,
pero hay algo que nunca callaron. Ni callarán. El canto al aire, el grito al
cielo, los acordes dulces y rabiosos; la melodía que unió al pueblo jamás será
vencida.
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