sábado, 29 de junio de 2013


Nunca callaron las voces



Fermín Méndez



Por más fuerte que pisara la bota nunca pudo cerrar las bocas, ni romper guitarras, mucho menos detener el vuelo incesante de acordes y notas que volaban por lo alto y caían, como agua de lluvia, sobre el pueblo y la lucha. Fue aún mayor; todo. A más represión igual respuesta cantada. E incluso el exilio, que bien pudo ser - y lo fue - un sufrido desarraigo para muchos, fue la caja de resonancia que escucharon todos. De la mano, música y pueblo fueron juntos tras los pasos de una sociedad más justa e igualitaria, o al menos democrática.
Leyendo, así es como me he nutrido de información sobre aquellos años además de escuchar atentamente valiosos relatos, me encontré con un muy buen análisis del historiador Tabaré Petronio llamado "Desde las sombras, hasta abrir la noche". Y empecemos por esto. Petronio refleja en el comienzo de su ensayo el panorama previo a la década del 70 de la música nacional, dejando en claro la situación "compleja, incierta, fermental" que se vivía, donde surgían cada vez más "posturas éticas y estéticas en nuestra música. La mayoría, se volcaron hacia lo popular, pero manteniendo raíces con identidad uruguaya, agregando el latinoamericanismo".
Al parecer aquellas viejas tradiciones de cantores criollos y payadores que pululaban en los boliches capitalinos, y eran la atracción de todos, fue cada vez más relegada a círculos restringidos como La Rural del Prado o las “yerras” del interior del país. Asimismo, era el comienzo de un aparato que lo cambió todo: la televisión. "Este nuevo medio tecnológico tuvo y tiene una gran incidencia en la extensión de la canción uruguaya. La aparición de sus interpretes fomentó, en escala menor a los productos extranjeros, la nueva realidad musical uruguaya y difundió las imágenes a todo el territorio", dirá el historiador. Pero mejor que suene la música.


Ayer, como hoy, la lista de músicos era extensa y algunos sobresalían notoriamente sobre el resto. Será de gustos y preferencias del escucha elegir y disfrutar, pero teniendo que citar algunos seguro que recordarán a Osiris Rodríguez Castillo, Aníbal Sampayo, Daniel Viglietti, Tabaré Etcheverry, Alfredo Zitarrosa, Eustaquio Sosa, Washington Carrasco, Danus Silvera “el indio Arachán”, Santiago Chalar, o el recientemente fallecido Manuel Capella, entre muchos otros. También se escuchaban las voces femeninas  de Vera Sienra, Dianne Denoir, Amalia de la Vega,  Rubí Castillo,  y Nila Quinteros, por citar algunas. Y entre los grupos que hacían música encontramos a Los Olimareños, Los Vidalin de Durazno, Los Zúcara de Rocha, Los Tacuruses de Rivera, Los Eduardos de Tacuarembó, Los Guadalupanos de Canelones, etc.
Dice el autor de "Desde las sombras, hasta abrir la noche": (este)... despliegue creativo de la música uruguaya, comprendida con “los cambios” se resintió con el golpe de Estado y la dictadura. Muchos de sus creadores pagaron su “toma de posición” con el silencio de las proscripciones o el exilio. En el corto período que transita desde 1971 a junio de 1973, la cultura artística, fundamentalmente en el teatro y en la música, habían desarrollado una actividad plétora de protestas contra el sistema de gobierno. Los teatros trabajaban con carteles de “agotado” y los recitales de los músicos populares eran continuos. Es en este corto período que aparecen tomando posición, las  murgas, destacándose La Soberana y Los Diablos Verdes.
Después del 27 de junio, a pesar de que en las primeras horas la cadena de las Fuerzas Conjuntas irradiaba “A Don José” canción de Ruben Lena, interpretada por “Los Olimareños”, la cultura artística fue duramente reprimida, fueron perseguidos y expulsados del país Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa, Héctor Numa Moraes, Los Olimareños, Yamandú Palacios, Manuel Capella, Marcos Velázquez, los integrantes de Camerata Punta del Este y otros, como Aníbal Sampayo y R. Collazo fueron detenidos y después de cumplir su sentencia, se exiliaron. Comenzaron a mermar las presentaciones para los grupos fusionados, y muchos músicos buscaron otros países para seguir desarrollando su actividad (Rada, Fattoruso, J.Roos, etc.)







EL SILENCIO y su retumbe

Es claro que no se admitieron voces de protesta contra, y durante, el “Proceso Cívico- Militar”. Sólo eran permitidas las voces oficialistas, "como sucedió y sucede en todos los regímenes autoritarios" (Petrorio dixit), y se llevaban a cabo grandes espectáculos de “exaltación nacional” con los artistas de confianza para el Proceso. Y las radios, en tanto, no paraban de recibir las listas de músicos y canciones vetadas para ser retransmitidas. Entre otros, Alfredo Zitarrosa, “Los Olimareños”, Daniel Viglietti, Numa Moraes, José Carbajal, Mercedes Sosa y Horacio Guarany, etc. La televisión, estrechó aun más las posibilidades para todo el mundo artístico del país.
"Algunos festivales del Interior del País, (Durazno, Treinta y Tres) fueron reductos de las fuerzas más regresivas y exaltaron el patriotismo nacional ante el peligro subversivo internacional, haciendo de estos eventos, una parodia de la tradición  y no todos los artistas que surgían podían asistir, si no comprobaban su “fe democrática”.
Los programas de radio, que difundían música “folclórica”, en los primeros años de la dictadura, en su mayoría, irradiaban intérpretes argentinos, apareciendo esporádicamente, algún interprete uruguayo, de los permitidos o de los nuevos, de los que recién surgían, que no tenían “antecedentes”, vinculados a  la  “canción protesta”
Es en el año 1974, que algunos estudiosos abren la brecha y lo señalan como “el año bache del silencio” llegando este hasta 1976.", explica Tabaré Petronio, reafirmando que "sin lugar a dudas 1974, afirmación de la dictadura y 1975 “Año de la Orientalidad”, fueron muy difíciles para las actividades culturales y artísticas no programadas por el régimen, sin embargo, aparecen algunas grabaciones de músicos e intérpretes “nuevos” que van ocupando los espacios dejados por los que fueron silenciados. (“Como un Jazmín del país”) de Carlos Benavides y W. Benavides.
Nosotros afirmamos que fue en estos años tan complejos, 1974-1975, que comienza un “arte de resistir”. Es un movimiento que tiene sus raíces en el interior del país pero que se aloja en Montevideo. La actitud de los sellos de grabación fue de apertura hacia el artista Nacional, ¿cuál fue la causa?. Todavía no podemos afirmar si fue solamente una coyuntura comercial favorable o una actitud de resistencia por parte de sus directivos"


EL PESO DE LA HISTORIA

Van apareciendo algunos álbumes que marcan la cancha. Por un lado la versión oficialista con “Gesta de la Orientalidad” donde participaron Jorge Villalba y los boyeros, José María Da Rosa, Graciela Castro, Hilario Pérez y su conjunto de guitarras, Los Nocheros, Carlos López Terra y Rubí Castillos.(Sello Sondor l976), y por otro lado la tenue resistencia se da en “Soy del Campo” y “La Gesta de Aparicio”, que tienen entre ellos a Carlos Benavides, Carlos María Fossatti, Cimarrones, Antonio González “El Pampa”. "Creemos que es con estas situaciones que se comienza a perfilar el nuevo Canto uruguayo", dice Petronio.
Recurramos a él para ver gráficamente el año a año:
En 1976 fue un año de mucha represión por parte de la dictadura, pero también fue un año de resurgimiento musical no obsecuente. Washington Carrasco, presenta “Inti Canto”, en los teatros; “Alianza Francesa”, y en el “Tinglado”.
Antes del cierre de la Institución El Galpón, en 1975, se presentaron con “La Escalera” Mateo, Pipo  Spera, Urbano Moraes y “Pajarito Canzani” junto a Vera Sienra.
En 1976, se realizan, “Peñas Folclóricas” en varios lugares de Montevideo. “El Pericón” en la vieja cochera de Castro en el Prado, en “Teluría”,  en zonas vecinas como La Paz, Las Piedras y Canelones.
En ellas se presentan; Carlos Benavides, Grupo vocal Universo, Carlos María Fosatti, Los Guadalupanos, Los Eduardos, Tabaré Arapí, Omar Romano, Los Trashumantes, Jorge Miranda, Miguel Villalba, entre otros.
En 1977 W.Carrasco junto a Cristina Fernández, presentan en “Teatro del Centro” “Ecos del Camino”.
En el ciclo de la música popular de la Alianza Francesa, Eduardo Darnauchans presenta “Las diferencias”, también en 1977 en la Cava del Virrey se presentan; Carlos Benavides, Grupo Vocal Universo, Los Eduardos, Abel García, Santiago Chalar, Los Peyrou, Omar Romano, Los Hacheros, etc.
En la “Alianza” se presentaron como “grupo de trabajo”, “Los que ibancantando” (Trochón, Lazaroff, Bonaldi, da Silveira, Di Pólito).y luego lo hicieron en el teatro Circular.
En 1978 se realizaron  recitales en la “Alianza” denominados  “cinco por uno de la ciudad” donde participaron Carrero, Da Silveira, Di Polito, Larbanois y Luis Trochón
Es en este momento como dice W. Benavides; “el público uruguayo reconoce sus perfiles y sus anhelos, en las voces y canciones de nuestros artistas.
Los gustos son tan variados como los cauces del Canto Popular, una línea de búsqueda cercana a ratos a la música de vanguardia en “los que iban cantando”, una línea más cercana a las proyecciones del neo-folcklore en los artistas que trabajaron en “La Cava”. Pero también resurge en Dino, en Mateo, en Darnauchans y otros la variante del mundo; Rock y la balada...”.




1980 – 1985 EL AUGE y el regreso

El No había triunfado, apenas un festejo íntimo, satisfacción del - ¡vamos que se puede... !. Al tiempo ya era un hecho el comienzo y los preparativos para organizar grandes espectáculos de  “Canto Popular” en estadios Cerrados (Platense, Palacio Peñarol) etc., con varios artistas en el escenario. Como no podía ser de otra manera, estas oportunidades de transformaron inmediatamente en grandes actos de masas, incluso desafiando la represión existente. "No se prohibían los espectáculos, se prohibían los artistas, se debían presentar los repertorios por triplicado en Jefatura de Policía, y muchas veces alguno de los artistas anunciados, no podía subir al escenario.

Por supuesto esto traía una reacción negativa para el régimen, ya que con mucha astucia y coraje, los organizadores y los que animaban el espectáculo, colocaban sobre el escenario una silla vacía. Uno de los  primeros recitales de estas características lo organizó un club de barrio de Montevideo, WeeK-end (Paullier y Martín García) y se le denominó “Un mar de gente”, se realizó en el club Platense y se presentaron, Los Zucará, (llegaron desde Rocha a cantar vestidos de Frac), Juan José de Mello, Julio Julián, Abel García, Grupo Universo, Cantaliso, Larbanoís- Carrero, Dino, ante un público que sobrepasaba las 1500 personas".
Grupos como Rumbo, Surcos, Baldío, Contraviento, Los del Yerbal, Taipas y dúos como Pareceres, Los Hacheros, Los Peyrou, Washington Carrasco - Cristina Fernández y solistas como Fernando Cabrera, Rubén Olivera, Pablo Estramín, Enrique Rodríguez Viera, Leo Masliah, van  afirmando su prestigio, “Canciones Para no Dormir la Siesta”, que lideraban Nancy Gurguich y Horacio Buscaglia estuvieron dedicados a la canción Infantil, creando algunas canciones memorables como fue entre otras “Al botón de la botonera”.
Luego comienzan “los regresos”; de Alfredo Zitarrosa, “Los Olimareños”, El Sabalero, Daniel Viglietti, Numa Moraes, Manuel Capella, Aníbal Sampayo, Jaime Roos, Yamandú Palacios, Marcos Velazquez tratan de reordenar el complejo espectro de la canción popular uruguaya. Y ya casi que llegando al final del la dictadura se oía en las radios montevideanas la propuesta de “La Nueva Trova” cubana,  liderada por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
El 1° de marzo de 1985, cuando asume el Dr. Julio María Sanguinetti, y comienza el proceso de redemocratización, en el acto cultural callejero, realizado en la Explanada Municipal, estuvieron presentes; “Los Olimareños”, Larbanois-Carrero, Los hermanos Mejía Godoy  (nicaragüenses), Silvio Rodríguez y Pablo Milanés(cubanos), cerrando o abriendo este ciclo cultural, artístico y político de nuestra historia.

Callaron y desaparecieron voces, rompieron guitarras, pianos, tamboriles, y todo lo que viniera; o lo acomodaron a su antojo. Quemaron discos, rompieron locales musicales, afanaron a profesores de música (entre ellos mi abuela). Quisieron atreverse con muchas otras cosas más, pero hay algo que nunca callaron. Ni callarán. El canto al aire, el grito al cielo, los acordes dulces y rabiosos; la melodía que unió al pueblo jamás será vencida. 

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