La prenda era considerada un derivado del
corsé de fin del siglo XIX.
Fue un hallazgo en un castillo de Austria, donde había
cuatro corpiños entre otras prendas de ropa en una cavidad en el suelo. Hasta
ahora se creía que el sostén moderno había sido inventado después de los
corsés, y que había sido el resultado revolucionario de la ingeniería de fines
del siglo XIX y principios del XX. Ahora se sabe que no.
“No creo que esto haya revolucionado la historia de la
ropa interior, pero el hallazgo ciertamente la mofificará”, dijo Valerie
Steele, directora y curadora del Museo del Instituto de Tecnología en la Moda.
Según la CNN ,
los cuatro sostenes descubiertos incluyen dos que parecen tops cortados con
copas en forma de bolsas, una pieza decorada con bolsas y gruesas cintas que
corren por el hombro. Y hay uno que sorprendió a los arqueólogos, que es
similar a la lencería del siglo XX.
La investigación fue realizada por la Universidad de
Innsbruck, encabezada por la arqueologa Beatrix Nutz. Además de los corpiños,
en la bolsa encontrada había zapatos y otra ropa interior.
Los cuatro corpiños fueron fechados entre los siglos XIV y
XV. Son de lino, a diferencia de los actuales que son de fibras sintéticas.
Además, estas piezas de museo se abrochan por el costado y no por atrás. Y,
claro, están cosidos a mano.
Nutz se puso a investigar y descubrió que estos corpiños,
tenían una función diferente a las que se les da hoy. Mientras los sostenes
actuales están hechos para destacar el contenido en todas las tallas, las
“bolsas para pechos” antiguas estaban pensadas para minimizar la apariencias de
los senos. Los que servían para destacar el busto eran utilizados sólo en
privado.
Varios quisieron otorgarse el mérito de haber creado el
corpiño. A mediados del siglo XIX, el neoyorquino Henry Lesher patentó unos
armazones metálicos. En 1863 Luman Chapman registró un medio corsé, con lazos
cruzados en la espalda y ajustados sobre el abdomen. En 1890 se vendían por
correo. Pero el corsé moldeaba el cuerpo con una fuerza descomunal.
En 1876, la diseñadora Olivia Flynt, patentó en Boston un
sustituto del torturador corsé. Creó un sujetador, que cubría la mitad superior
del torso, sosteniendo cada pecho en una bolsa de tela. Innovadora, imaginó
otra versión con un acolchado adicional para los bustos pequeños.
Ninguno de estos adelantados tenía el dato, obviamente, de
que corpiños de formato similar a los actuales habían existido en el siglo XIV,
cuando no se patentaban.
Extraído de: http://www.clarin.com
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