DE OSCAR WILDE A SEBASTIÁN
MELMOTH
Oscar Wilde nació en
Dublín el 16 de octubre de 1854 y murió en París el 30 noviembre de 1900. Hijo
del cirujano William Wills-Wilde y de la escritora Joana Elgee, Oscar Wilde
tuvo una infancia tranquila y sin sobresaltos. Estudió en la Portora Royal
School de Euniskillen, en el Trinity College de Dublín y, posteriormente, en el
Magdalen College de Oxford, centro en el que permaneció entre 1874 y 1878 y en
el cual recibió el Premio Newdigate de poesía, que gozaba de gran prestigio en
la época.
Oscar Wilde combinó sus
estudios universitarios con viajes (en 1877 visitó Italia y Grecia), al tiempo
que publicaba en varios periódicos y revistas sus primeros poemas, que fueron
reunidos en 1881 en Poemas. Al año siguiente emprendió un viaje a
Estados Unidos, donde ofreció una serie de conferencias sobre su teoría acerca
de la filosofía estética, que defendía la idea del «arte por el arte» y en la
cual sentaba las bases de lo que posteriormente dio en llamarse dandismo.
A su vuelta, Oscar Wilde
hizo lo propio en universidades y centros culturales británicos, donde fue
excepcionalmente bien recibido. También lo fue en Francia, país que visitó en
1883 y en el cual entabló amistad con Verlaine y otros escritores de la época.
En 1884 contrajo
matrimonio con Constance Lloyd, que le dio dos hijos, quienes rechazaron el
apellido paterno tras los acontecimientos de 1895. Entre 1887 y 1889 editó una
revista femenina, Woman's World, y en 1888 publicó un libro de cuentos, El
príncipe feliz, cuya buena acogida motivó la publicación, en 1891, de
varias de sus obras, entre ellas El crimen de lord Arthur Saville.
El éxito de Wilde se
basaba en el ingenio punzante y epigramático que derrochaba en sus obras,
dedicadas casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporáneos. Así
mismo, se reeditó en libro una novela publicada anteriormente en forma de
fascículos, El retrato de Dorian Gray, la única novela de Wilde,
cuya autoría le reportó feroces críticas desde sectores puritanos y
conservadores debido a su tergiversación del tema de Fausto.
No disminuyó, sin
embargo, su popularidad como dramaturgo, que se acrecentó con obras como Salomé (1891),
escrita en francés, o La importancia de llamarse Ernesto (1895),
obras de diálogos vivos y cargados de ironía. Su éxito, sin embargo, se vio
truncado en 1895 cuando el marqués de Queenberry inició una campaña de
difamación en periódicos y revistas acusándolo de homosexual. Wilde, por su
parte, intentó defenderse con un proceso difamatorio contra Queenberry, aunque
sin éxito, pues las pruebas presentadas por este último daban evidencia de
hechos que podían ser juzgados a la luz de la Criminal Amendement Act.
El 27 de mayo de 1895
Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. Las
numerosas presiones y peticiones de clemencia efectuadas desde sectores
progresistas y desde varios de los más importantes círculos literarios europeos
no fueron escuchadas y el escritor se vio obligado a cumplir por entero la
pena. Enviado a Wandsworth y Reading, donde redactó la posteriormente
aclamada Balada de la cárcel de Reading, la sentencia supuso la
pérdida de todo aquello que había conseguido durante sus años de gloria.
Recobrada la libertad,
cambió de nombre y apellido (adoptó los de Sebastian Melmoth) y emigró a París,
donde permaneció hasta su muerte. Sus últimos años de vida se caracterizaron
por la fragilidad económica, sus quebrantos de salud, los problemas derivados
de su afición a la bebida y un acercamiento de última hora al catolicismo. Sólo
póstumamente sus obras volvieron a representarse y a editarse. En 1906, Richard
Strauss puso música a su drama Salomé, y con el paso de los años se
tradujo a varias lenguas la práctica totalidad de su producción literaria.
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