Maya
Angelou, una vida fabulosa
Muere
a los 86 años la más popular poeta estadounidense, gran figura de la cultura
afroamericana y defensora de los derechos civiles.
No hay
comparaciones posibles. Maya Angelou, que falleció este miércoles, a los 86
años, alcanzó una popularidad inimaginable para cualquier escritora
perteneciente a una minoría. Funcionó, es cierto, el toque mágico de Bill
Clinton, que tuvo el acierto de elegirla para que recitara uno de sus poemas en
la inauguración de su primera presidencia, en 1993, colocándola inmediatamente
en el mainstream cultural.
El sureño
Clinton, que alardeaba de ser el primer « presidente negro », gracias a su
afinidad con los afroamericanos, sabía lo que se hacía. Maya tenía una vida
fabulosa, quizás incluso demasiado. Con el tiempo, se discutiría la veracidad
de mucho de lo que cuenta en sus siete libros de memorias pero ella siempre se
escudó detrás de una buena coartada: escribía "ficción
autobiográfica".
Había sufrido
una infancia desdichada y una juventud truculenta. Marguerite Ann Johnson,
nacida en St. Louis en 1928, creció entre las ruinas un matrimonio roto y fue
violada a los siete años por el novio de su madre; tras la denuncia, el
miserable apareció asesinado (en los barrios negros, a veces se aplicaba una
justicia implacable). Al terminar la Segunda Guerra Mundial, ya con un hijo a
su cargo, se buscó la vida en San Francisco: entre muchos oficios, ejerció de
prostituta y proxeneta.
En 1951,
tras casarse con Tosh Angelos, un músico amateur de origen griego, derivó hacia
el mundo del espectáculo. Fue bailarina y cantante, bajo el apodo de Maya
Angelou. Una gira por Europa, cantando en la ópera Porgy and Bess, sirvió para
que ampliara sus horizontes culturales ; en París conoció al esquivo James
Baldwin, figura emblemática de la literatura negra. Aprovechó la moda del
calipso caribeño para grabar un LP en 1957, titulado Miss Calypso, e incluso
apareció en una película de serie B, Calypso heat wave.
Como un
Zelig, a partir de 1959 parecía estar en los puntos más candentes en el momento
adecuado. Implicada en la pelea por los derechos civiles, se ganó la confianza
de Martin Luther King. Formó pareja con el activista sudafricano Vusumzi Make,
lo que le permitió contemplar en primera fila el proceso de la independencia de
los estados africanos. Vivió en El Cairo y en Acra ; en la capital de Ghana
trató a Malcolm X y se adaptó tanto al mundo universitario como a los medios de
comunicación, experiencias que utilizó a su vuelta a Estados Unidos. Tras
realizar una serie de documentales para la National Educational Television,
Black, blues, black!, publicó en 1969 su primera autobiografía, I know why the
caged bird sings, el resultado del reto de un editor blanco.
Sé por qué
canta el pájaro enjaulado sería un éxito inmediato y ha continuado en catálogo
hasta hoy, abriendo una prolífica carrera literaria. Que Maya alternó con
trabajos para el cine –apareció en la serie Raices- y canciones para Roberta
Flack y otros artistas. En 1973, volvió a descolocar a la radicalidad negra al
casarse con Paul du Feu, exesposo de la feminista australiana Germaine Greer.
Intimó en
1979 con una desconocida presentadora de Baltimore, Oprah Winfrey, que se
transformó en su discípula ; Oprah admiraba su capacidad para la supervivencia,
su habilidad para hacerse un lugar en mundos anteriormente reservados para los
hombres blancos con estudios, su populismo literario. Winfrey, ya elevada a
reina de la televisión estadounidense y creadora de su propio Club del Libro,
resultaría un vital apoyo para Maya Angelou.
Y es que
Angelou se vio envuelta en infinitas controversias, literarias y políticas.
Desde los ochenta, ejerció como inquieta profesora de universidad y
conferenciante. Sus libros eran lectura obligatoria para muchos estudiantes
pero también fueron rechazados por numerosas asociaciones de padres, debido a
su carga de sexualidad y su irreverencia religiosa. La bendición de un Clinton
en la cumbre de su popularidad abrió la temporada de los premios, que culminó
en 2011 con la máxima condecoración de Estados Unidos, la Medalla Presidencial
de la Libertad, otorgada por Barack Obama. Fiel a su espíritu guerrero, ella no
dejó de mencionar que, en las primarias demócratas se había inclinado por
Hilary Clinton.
Extraído
de: http://cultura.elpais.com/
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