El primer libro publicado por Borges no llega su nombre. Fue escrito en sociedad
con Adolfo Bioy Casares, y se trataba de este folleto publicitario sobre las
virtudes de la leche cuajada La
Martona. Con el tiempo esa sociedad de escritores se
convertiría en Bustos Domecqy en Suárez Lynch.
A continuación reproducimos un reportaje a los dos escritores realizado por
la revista porteña Gente en 1977.
ADOLFO BIOY CASARES y JORGE LUIS BORGES
H. Bustos Domecq según sus creadores
–¿Qué es lo que más les gusta de Bustos Domecq?
–Su fondo claramente argentino. Es, digamos, un buen
ejemplo del porteño: tiene todos los prejuicios, la picardía, las deslealtades,
las pobrezas y también las ternuras del porteño.
–Sin embargo, Bustos Domecq no es porteño...
–No. Es santafecino. Su ciudad natal es Pujato. Pero vivió
siempre en Buenos Aires.
–¿Dónde?
–Por el Oeste. Exactamente en el barrio Concepción. –¿Y
qué es lo que menos les gusta de él?
–A medida que pasa el tiempo le vamos encontrando más defectos.
El más grave, creemos, es que no tiene ningún inconveniente en cambiar de
lealtades. Es decir, que está dispuesto a cambiar su esencia, si la moda lo
exige.
–¿Y los otros defectos menos graves?
–Es ventajero, egoísta, tránsfuga, mentiroso, fanfarrón,
casanova barato. Cuando un amigo cae en desgracia, lo desprecia. Cuando le va
bien, se acerca. Es exitista. Habla mal de los otros; no es un ejemplo de
lealtad, precisamente.
–¿Por qué lo eligieron, entonces?
–Porque él encauza nuestro descontento con algunas
situaciones argentinas. Con las supersticiones y defectos de los argentinos.
–¿Físicamente cómo es? ¿Tiene atractivos?
–Tiene sesenta años. Es gordo y hasta panzón. Mide 1,75 metros . Pesa 82
kilos.
–¿Se viste bien?
–Está siempre vestido de gris oscuro. Si alguna vez usted
lo llega a ver vestido de marrón, es porque le vendieron–o le dieron–un traje
equivocado. Lleva siempre chaleco. Un chaleco gastado.
–¿Usa anillo?
–Sí. Un anillo de oro en el dedo chico. –¿Trabaja?
–En una oficina pública. –¿Cuál?
Borges, María Esther Vázquez, Silvina Ocampo,
Cecilia Boldarín,
Adolfo Bioy Casares y Marta
Bioy en Mar del Plata, el 21 de febrero de 1964.
|
–Ahora creemos que está en la Dirección General
Impositiva.
–¿Tiene ideas políticas definidas?
–En ese sentido es muy tradicionalista. Muy antiguo. Es de
los que creen que el espectro político del país se agota entre los radicales y
los conservadores. Posiblemente haya votado siempre por los radicales.
–¿Qué lee Bustos Domecq?
–Lee muy poco. Pero siempre dice que ha leído algún libro,
para quedar bien. Para "palpar la realidad argentina", como diría él.
A menudo comenta, por ejemplo, que su libro de cabecera es La cabeza de Goliat
de Martínez Estrada.
–¿Está casado Bustos Domecq?
–Nunca dijo nada. Pero averiguamos que está casado con una
señora espantosa y gorda, que lo considera un intelectual raro, al que no puede
seguir en sus meditaciones.
–¿Tiene hijos?
–No. En realidad, no es muy arraigado su sentido de hogar.
–¿De qué hablan cuando se encuentran?
–Hablamos del tiempo. Y de la carestía de la vida. Se
queja mucho de la inflación. También nos cuenta, reiteradamente, su último
veraneo en Mar del Plata.
–¿Dónde se encuentran?
–Generalmente nos citamos en un café que está en
Corrientes, entre San Martín y Reconquista. Muchas veces tratamos de llevarlo a
"La Fragata ",
pero siempre se negó. Detesta las confiterías: prefiere los cafés.
–¿Creen ustedes que tiene éxito con las mujeres?
–Sí, un relativo éxito. Acostumbra a hacerles regalos,
pero como está convencido de su encanto personal, se enojaría mucho si alguien
pensara que les hace regalos a las mujeres para comprarlas.
–¿Va al cine?
–A veces. Le gustan las películas americanas de guerra.
–¿Las de amor no?
–El tiene un romanticismo periférico. Llora mucho en el
cine. Las películas de amor le gustan, siempre que no sean demasiado
sentimentales.
–¿Qué actriz le gusta o le gustó?
–Siempre estuvo perdidamente enamorado de Gloria Guzmán.
En ese sentido es también conservador. No obstante, suele estar en las puertas
de los teatros de revista cuando salen las coristas.
–¿Va a vivir muchos años H. Bustos Domecq?
J.L.B.: Para mí, no. Para mí ya es un extinto.
A.B.C.: A mí me gustaría que viviera mucho tiempo.
–¿Y Bustos Domecq qué opina sobre este particular?
–Nunca hablamos con él de este tema..El jamás piensa en la
muerte.
* Entrevista a Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, de
Renee Sallas en: GENTE, Buenos Aires, 11 de agosto de 1977.
No hay comentarios:
Publicar un comentario