viernes, 14 de octubre de 2011

Para seguir construyendo la historia

Doña Celestina, patrimonio humano de José Enrique Rodó



Aldo Roque Difilippo


“Doña Celestina, la construcción de un mito popular” se titula el libro recientemente publicado por Dostin Armand Pilón, y que ya va por su segunda edición. Nació con la idea de revalorizar el “patrimonio humano” de José Enrique Rodó, donde Doña Celestina “fue una figura trascendente” para la localidad.  Sobresaliendo no solamente como “la curandera del pueblo”, sino por su personalidad solidaria que repartía “papas, boniatos, pan dulce” entre los menos pudientes en Navidad, o “sacaba de su propio bolsillo para pagarle  los pasajes y las consultas médicas a las personas que la iban a consultar”. Dostin Armand Pilón nos cuenta los motivos que lo llevaron a escribir el libro, y algunas anécdotas de este singular personaje, aún vigente en los relatos orales de la localidad.

¿Quién era Doña Celestina?
-Fue una  figura trascendente en la primera mitad del Siglo XX,  acá en José Enrique Rodó, que por ese entonces era denominada Drabble.  Era conocida por sus dones de videncia y sanación. Además un dato fundamental es su personalidad y su forma de vida. Hoy estamos  acostumbrados a considerar  la solidaridad como un hecho ocasional ante un acto puntual, sin embargo  hay personas que tienen este tipo de acciones como una forma de  vida, y Doña Celestina se enmarca dentro de ese contexto. Fue una figura trascendente para José Enrique Rodó y también para el departamento; incluso hay gente de la República Argentina que llega al lugar para hacerle ofrendas y en su momento para consultarla.
En la primera mitad del Siglo XX  para Rodó era un hecho importante ya que los ómnibus paraban  frente a su casa, donde bajaba gente para ser atendida por ella.

¿Pero ella era una curandera de campaña, o algo más que eso?
-Puntualmente era una curandera de campaña. Tenía características diferentes a partir de que no cobraba. Nunca puso precio a su atención, ella decía que lo que Dios le daba por una mano se lo devolvía por otra. Por ejemplo hacía dos actos al año, el 15 de marzo, el día de San Isidro Labrador en donde encargaba pan a la Panadería de la localidad que distribuía entre la gente  más humilde de Rodó o de su barrio, que era el extremo Sur. Otra de las acciones que cumplía era el 25 de diciembre, cuando repartía papas, boniatos, pan dulce.
Su forma de vida era austera. No se apartó de lo que era la regla general de ese momento.
Las anécdotas que existen la marcan con una efectividad  mayor a la que  se considera para este tipo de curanderas, y además su labor social, que era muy importante a partir de la solidaridad. Tenía la solidaridad como una forma de vida y no como un hecho puntual.

¿Con qué idea primaria empezaste a hacer la investigación y con que sorpresas te encontraste?
-El objetivo fundamental es empezar a situar el patrimonio humano, en materiales que puedan quedar para la posteridad. En el caso de Doña Celestina se trata de un documento material que permita seguir construyendo la historia, porque todos sabemos que la historia nunca termina de construirse.
El objetivo es afianzar el patrimonio humano de esta localidad, y fundamentalmente porque creo que es una figura que trasciende lo departamental. Lo que me sorprendió al indagar fue su personalidad. Después siempre se comentó de una posible visita de  Eva Duarte de Perón “Evita”, a la localidad. Hay un capítulo dedicado a eso. Se reúnen las anécdotas, incluso hay dos personas que establecen que fueron testigos presenciales de estos hechos…

¿Entonces realmente sucedió?

Doña Celestina Conde

-No se sabe, son testimonios. El libro lo que plasma son los testimonios, pero lo que se genera de nuevo a partir de este material, es que hay un giro en la historia donde aparece como protagonista el mismo Juan Domingo Perón, e incluso hay una opinión del Prof. Mariano Fain que integra el equipo de historiadores de Felipe Pigna en donde opinó sobre los datos que le pude proporcionar, para comenzar a entender qué pudo haber pasado. El hecho de que haya pasado tanto tiempo, de que no existan pruebas genera aun dudas, pero en el libro aparecen datos puntuales que pueden llegar a comprender qué pudo haber pasado en ese momento

Estamos hablando de los años en que a Eva Duarte se le detecta el cáncer.
-Si, en el último tramo de su  enfermedad, el año 1952, por ahí pudo haber ocurrido este encuentro, si bien hay otros que aseguran que fue antes; pero por eso, los testimonios existentes hasta el momento no  llegaban a considerar qué fue lo que pudo haber pasado entonces me obligó a indagar sobre la historia de  Evita Perón, sobre los diagnósticos, sobre qué pensaba ella sobre esta clase de tratamientos alternativos, por decirlo de alguna manera. Qué pensaba Juan Domingo Perón sobre este tipo de cuestiones. La visita que hicieron esos dos personajes a nuestro país y poder establecer algún vínculo entre estas dos figuras, y  bueno ante solamente testimonios tuve que comprobar qué nivel de veracidad tenían estos para poder llegar a una conclusión o determinación de lo que pudo haber pasado.

Con personajes de estas características hay  dos visiones opuestas. Por un lado los que creen y no cuestionan nada, y los escépticos.
En tu visión esas historias sobre Doña Celestina, ¿qué tanto de veracidad tienen?
-En su  momento fue cuestionada. Incluso hay información de su detención por curanderismo, allá por los años 40. Era resistida por parte del primer médico que hubo en la localidad, el Dr.  José Debare. Pero Doña Celestina al tener una apertura poco normal para la época, donde sacaba de su propio bolsillo para pagarle  los pasajes y las consultas médicas a las personas que la iban a consultar, eso  cayó.
La historia de Celestina tiene su base fundamental en el relato oral,  que ha construido una verdadera leyenda. Es cierto, existen dos posturas en torno a este personaje. Unos que aseguran que poseía poderes, que era un ser superior, o una emisaria de algo superior. Otros que ponen en dudas sus dones. Pero el hecho de que no haya utilizado esos poderes en beneficio personal hace que  los que argumentan en contra no encuentren  motivo inmoral para criticarla. Al contrario lo que revaloriza este tipo de personajes es la esencia humana, que es el  patrimonio fundamental que nos regala la figura de doña Celestina, y a partir de ahí es que se propaga a través del tiempo.



Dostin Armand Pilón Cáceres (1978), es asiduo colaborador de HUM BRAL.  Periodista. Se desempeña actualmente como corresponsal en José E. Rodó para Periódico Centenario. Obtuvo el primer premio en concurso sobre ensayos de la vida y obra de José Batlle y Ordoñez. Uno de sus cuentos fue incluido en libro publicado por el MIDES sobre la temática Adultos Mayores, mientras otro fue seleccionado  para ser publicado en el III Concurso de Minicuentos de Ancel.
También ha obtenido distinciones en concursos de diseño gráfico.

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