LA
GUERRA DEL PARAGUAY UN HOLOCAUSTO INFAME
3ª. NOTA
SITUACION
DE LA REPUBLICA ORIENTAL
El 1° de marzo de 1860 asume la presidencia
del País Bernardo Berro, mandato que se extenderá hasta 1868.
Durante
su gobierno defiende con dureza, la soberanía nacional, estimula el desarrollo
de la economía del país, oponiéndose a las trabas que trataba de imponer el
Brasil.
Enemigo
acérrimo de las guerras civiles que habían sucedido a lo largo de la historia,
buscó por todos los medios que no volvieran a enlutar y empobrecer al País.
Importante
logro obtenido durante su presidencia, fue la nacionalización de la frontera,
hecho que provocó un choque frontal con los hacendados brasileños, que dueños del
30% del territorio nacional, se movían libremente con sus ganados sin pagar
ningún tipo de impuestos.
La Ciudadela 1865 |
En
1861 decide no renovar el tratado de comercio y navegación firmado en 1851 con
el Imperio, motivado por el deseo de gravar con impuesto, el ganado en pie que
pasaba la frontera libremente.
Todos
estos cambios serán en el futuro, uno de los motivos para que el Imperio
apoyara el derrocamiento de Berro. Dice José P. Barrán: “El apoyo brasileño a la
revolución de Venancio Flores tiene, en parte, su explicación en estas medidas
de gobierno”.
Su
enfrentamiento con Monseñor Jacinto Vera, marca un quiebre en la relación con la Iglesia, debilitando
las fuerzas que apoyaban al gobierno; este hecho fue aprovechado por Venancio
Flores, que encabezando “La Cruzada ”,
le da un tinte religioso a su invasión al País para derrocar a Berro. No
olvidemos que la bandera que usaba, tenía una cruz roja en el medio.
Alarmado
por las noticias que llegaban, de que Venancio Flores radicado en Argentina,
preparaba la llegada al País con sus hombres, Berro pide explicaciones a Mitre.
El
hábil Presidente contesta:”… que ningún compromiso había contraído
con los emigrados orientales tendiente a la perturbación del orden de su
patria…que propenderá por todos los medios a su alcance, dentro de la órbita de
lo legal, y empleando su influencia particular con sus amigos, a que no se
turbe la paz de la República Oriental”.
¡
Cuánta habilidad para quedar bien, para aparecer como el benefactor de la paz,
y cuanta mentira oculta en sus palabras!. Dice Carlos Guido:”…La autoridad nada vio, de nada
se percibió…Nicanor Cáceres, un general de Mitre, le reclutó las tropas en
Corrientes. Gregorio Lezama, emisario de Mitre, llevó al General Flores 6.000
onzas para “facilitarle” su misión (las entregó en la estancia “La Perfidia”)
-¡qué nombre significativo!-Flores la administraba antes de la invasión.“
También
el Brasil apoya a Flores con hombres, armas, municiones, caballos, que pasan
libremente desde la frontera con el Brasil sin que nadie se le oponga.
El
General Souza Netto figura muy importante por su poderío económico, era un
estanciero riograndense, que marca fuerte presión en la actividad política de
su país, alienta abiertamente el derrocamiento de Berro, apoyando una
administración más complaciente con sus intereses económicos; Venancio Flores
se los facilitará una vez en el gobierno.
Mitre
y Brasil se ponen de acuerdo entonces; el gobierno constitucional oriental
debía caer, Flores triunfar; juntos más tarde marcharían contra Paraguay.
Calle 18 julio en 1868 |
En
mayo de 1864, el gobierno imperial envía a Montevideo a José Saraiva, con
instrucciones contundentes. Era una protesta, frente a los crímenes y abusos
que decían, se habían cometido en el Uruguay contra la vida y propiedad de los
brasileños.
Coincide
la llegada de este consejero con la entrada al Río de la Plata, de una fuerte
división naval brasileña, al mando del Barón de Tamandaré, y con urgentes
preparativos militares en Río Grande, y sobre nuestra frontera, a cargo del
mariscal de campo Menna Barreto; estas medidas estaban destinadas, sin duda, a
apoyar las reclamaciones del emisario brasileño ante el gobierno oriental.
El
26 de julio Saraiva dice desde Buenos Aires: ”se preparan graves
acontecimientos en los cuales la República Argentina tomará con el Brasil la
posición que los hechos aconsejen”.-Está en marcha el acuerdo
argentino-brasileño para desencadenar los
acontecimientos en la Banda Oriental, lo firmaran Saraiva y el ministro de Relaciones Exteriores de la
Argentina Rufino Elizalde.
El
7 de setiembre Saraiva instruye al presidente de la provincia de Río Grande:
“…debe desatar las hostilidades contra el Uruguay. Con una salvedad: no
hostilizar ni ofender fuerza alguna de Flores; antes bien, una vez tomadas las
poblaciones y desarmadas las guarniciones, y luego que en ellas fueren
constituidas nuevas autoridades nombradas por el General Flores…deben nuestras
tropas salir de los puntos indicados.“
Dice
el escritor León Pomer: “Todas las furias se han desatado sobre la
tierra oriental, pero al presidente argentino nada conmueve; su plan político
se está ejecutando por mano brasileña y solapada ayuda argentina. Pronto no
habrá más blancos en el poder y el amigo Flores, el general predilecto, el
aguerrido soldado que no pocas satisfacciones le ha dado y que aún milita en
las filas del ejército argentino, escalará próximamente las cimas del poder”.
Se
prepara así el ataque a Paysandú, están las fuerzas brasileñas prontas, sus
naves listas para entrar en acción, y
por tierra, miles de soldados disciplinados y bien armados, esperan la orden.
Veamos
para finalizar esta nota, la visión de Venancio Flores hacia el Imperio de
Brasil: “…Durante la guerra (se refiere
a su invasión) surgió la cuestión internacional con el Brasil, viéndose
obligado el Imperio a recurrir a las medidas coercitivas. Esa circunstancia nos
colocó en la condición de aliados de hecho del imperio y juntos nos encontramos
frente a la ciudad de Paysandú, con el propósito de combatir en sus últimos
atrincheramientos al enemigo común, lo que se verificó sin que antes precediese
otro pacto que el de los vínculos de amistad y reconocimiento que nos ligaban
ya con el pueblo brasileño”.
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