sábado, 28 de septiembre de 2013

LA GUERRA DEL PARAGUAY UN HOLOCAUSTO INFAME
3ª. NOTA





SITUACION DE LA REPUBLICA ORIENTAL



  El 1° de marzo de 1860 asume la presidencia del País Bernardo Berro, mandato que se extenderá hasta 1868.
Durante su gobierno defiende con dureza, la soberanía nacional, estimula el desarrollo de la economía del país, oponiéndose a las trabas que trataba de imponer el Brasil.
Enemigo acérrimo de las guerras civiles que habían sucedido a lo largo de la historia, buscó por todos los medios que no volvieran a enlutar y empobrecer al País.
Importante logro obtenido durante su presidencia, fue la nacionalización de la frontera, hecho que provocó un choque frontal con los hacendados brasileños, que dueños del 30% del territorio nacional, se movían libremente con sus ganados sin pagar ningún tipo de impuestos.
La Ciudadela 1865
En 1861 decide no renovar el tratado de comercio y navegación firmado en 1851 con el Imperio, motivado por el deseo de gravar con impuesto, el ganado en pie que pasaba la frontera libremente.
Todos estos cambios serán en el futuro, uno de los motivos para que el Imperio apoyara el derrocamiento de Berro. Dice José P. Barrán: “El apoyo brasileño a la revolución de Venancio Flores tiene, en parte, su explicación en estas medidas de gobierno”.
Su enfrentamiento con Monseñor Jacinto Vera, marca un quiebre  en la relación con la Iglesia, debilitando las fuerzas que apoyaban al gobierno;  este hecho fue aprovechado por Venancio Flores, que encabezando  “La Cruzada ”, le da un tinte religioso a su invasión al País para derrocar a Berro. No olvidemos que la bandera que usaba, tenía una cruz roja en el medio.
Alarmado por las noticias que llegaban, de que Venancio Flores radicado en Argentina, preparaba la llegada al País con sus hombres, Berro pide explicaciones a Mitre.
El hábil Presidente contesta:”… que ningún compromiso había contraído con los emigrados orientales tendiente a la perturbación del orden de su patria…que propenderá por todos los medios a su alcance, dentro de la órbita de lo legal, y empleando su influencia particular con sus amigos, a que no se turbe la paz de la República Oriental”.
¡ Cuánta habilidad para quedar bien, para aparecer como el benefactor de la paz, y cuanta mentira oculta en sus palabras!. Dice Carlos Guido:”…La autoridad nada vio, de nada se percibió…Nicanor Cáceres, un general de Mitre, le reclutó las tropas en Corrientes. Gregorio Lezama, emisario de Mitre, llevó al General Flores 6.000 onzas para “facilitarle” su misión (las entregó en la estancia “La Perfidia”) -¡qué nombre significativo!-Flores la administraba antes de la invasión.“
También el Brasil apoya a Flores con hombres, armas, municiones, caballos, que pasan libremente desde la frontera con el Brasil sin que nadie se le oponga.
El General Souza Netto figura muy importante por su poderío económico, era un estanciero riograndense, que marca fuerte presión en la actividad política de su país, alienta abiertamente el derrocamiento de Berro, apoyando una administración más complaciente con sus intereses económicos; Venancio Flores se los facilitará una vez en el gobierno.
Mitre y Brasil se ponen de acuerdo entonces; el gobierno constitucional oriental debía caer, Flores triunfar; juntos más tarde marcharían contra Paraguay.
Calle 18 julio en 1868
En mayo de 1864, el gobierno imperial envía a Montevideo a José Saraiva, con instrucciones contundentes. Era una protesta, frente a los crímenes y abusos que decían, se habían cometido en el Uruguay contra la vida y propiedad de los brasileños.
Coincide la llegada de este consejero con la entrada al Río de la Plata, de una fuerte división naval brasileña, al mando del Barón de Tamandaré, y con urgentes preparativos militares en Río Grande, y sobre nuestra frontera, a cargo del mariscal de campo Menna Barreto; estas medidas estaban destinadas, sin duda, a apoyar las reclamaciones del emisario brasileño ante el gobierno oriental.
El 26 de julio Saraiva dice desde Buenos Aires: ”se preparan graves acontecimientos en los cuales la República Argentina tomará con el Brasil la posición que los hechos aconsejen”.-Está en marcha el acuerdo argentino-brasileño para desencadenar los  acontecimientos en la Banda Oriental, lo firmaran Saraiva y  el ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina Rufino Elizalde.
El 7 de setiembre Saraiva instruye al presidente de la provincia de Río Grande: “…debe desatar las hostilidades contra el Uruguay. Con una salvedad: no hostilizar ni ofender fuerza alguna de Flores; antes bien, una vez tomadas las poblaciones y desarmadas las guarniciones, y luego que en ellas fueren constituidas nuevas autoridades nombradas por el General Flores…deben nuestras tropas salir de los puntos indicados.“
Dice el escritor León Pomer: “Todas las furias se han desatado sobre la tierra oriental, pero al presidente argentino nada conmueve; su plan político se está ejecutando por mano brasileña y solapada ayuda argentina. Pronto no habrá más blancos en el poder y el amigo Flores, el general predilecto, el aguerrido soldado que no pocas satisfacciones le ha dado y que aún milita en las filas del ejército argentino, escalará próximamente las cimas del poder”.
Se prepara así el ataque a Paysandú, están las fuerzas brasileñas prontas, sus naves listas  para entrar en acción, y por tierra, miles de soldados disciplinados y bien armados, esperan la orden.
Veamos para finalizar esta nota, la visión de Venancio Flores hacia el Imperio de Brasil: “…Durante la guerra (se refiere a su invasión) surgió la cuestión internacional con el Brasil, viéndose obligado el Imperio a recurrir a las medidas coercitivas. Esa circunstancia nos colocó en la condición de aliados de hecho del imperio y juntos nos encontramos frente a la ciudad de Paysandú, con el propósito de combatir en sus últimos atrincheramientos al enemigo común, lo que se verificó sin que antes precediese otro pacto que el de los vínculos de amistad y reconocimiento que nos ligaban ya con el pueblo brasileño”.                              

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