Una tertulia
mundana, del mundo
y siglos humanos sumados
Amistad, historias corrientes, de experiencias de gente, de
arte de antigua
y contemporánea juventud creativa,
de un mundo recorrido…
Todo
ello estuvo aquí en nuestro hogar,
junto a mi
familia y yo alegrándonos
emotivamente en la clara y brillante
tarde de marzo…
Justo
en un momento del
tiempo, mucho más
amable tras un largo, caluroso, soleadísmio y sequísimo
verano 2018.
Roberto
Sari Torres
………………………………….
Por la calle Timbó llegaron Nico Giornado, audaz viajero, laburante
buscavida por la vieja Europa, y ahora arraigadas las
velas , dejó su nao
surta en la ribera sansalvadoreña.
Aldo García Calvo (y la señora Nery)
llegaron por acá el
día que
este nieto de aquel viejo
asturiano fundador del
barrio natal, allá por 1930, cumplía94 años. Este empedernido
viajero por el mundo,
por una tarde echó
anclas en la “rada” de la calle Timbó, 250 metros al Noroeste
de la casa fundadora de
Florentino Calvo.
Con ellos llegó Dino Ciarlo -el “Dino Milonga de pelo largo”- adjunto
a su guitarra
cargada de gloria,
memoria e historias
culturales -musicales del Canto
Popular uruguayo y latinoamericanista .
Otros grandes anteriores
la tocaron respaldando
musicalmente, miles de
canciones en incontable discografía, recitales y variopintos
festivales y encuentros de canto
y la música que a todo
oriental lo identifica
e interpreta.
En manos de Dino
ahora tal heredad encontrada
acompañó el lindísimo recital
con el que en los breves 13metros
cuadrados de la salita de casa, el gran cantautor nos saludó
y nos emocionó con “Milonga de
pelo largo” y el sostén musical de
su histórica guitarra, el Dino puso
una llave de oro a la tertulia
de la tarde de marzo, allá
donde vivo, dominio
oriental de Dolores territorial al Noroeste de l barrio Calvo.
Don Aldo, Nery,
Nico, Dino… los que hicieron
de una tarde, vieja ya porque ya pasó, un momento
humanamente encantador e
inolvidable.
Anochece ya, en el
hemisferio. En el volumen de la salita quedan los ecos del
conversar de la amistosa
tertulia; de los cuentos de la
realidad o parecidas a ella;
del cantor y la
música de esa guitarra que
guarda en su madera la heredad melodiosa con que
temporales y soles nutrientes del agua y de la tierra montarás
donde creció el árbol y
el arte del carpintero, del lutier, la guitarra del Dino le
dieron la alta distinción de su
calidad y calidez musical.
La luz de la lamparilla se
refleja en la oscura botella vacía
sobre la mesa. Los amigos se
marcharon con la nostalgia que marcarán
los presentes sucesivos, por una
tarde coloquial del pasado en un lugar
de la ciudad y en
el barrio Calvo (representado por el
propio nieto de Florentino).
Titiritero de circunstancias el destino parece
mover las vidas
humanas a su
antojo. Pero no;
sólo nosotros tenemos la capacidad de mantener
a los protagonistas de
una escena como
esta en el lugar del tiempo
de los mejores recuerdos que el
sentimiento tiene para guardar “sus
hoy”, justo un
instante antes que “los mañanas” los
sustituyan.
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