sábado, 30 de octubre de 2010

La espera


No me sirve el vacío.
Me sirve  esa noche de espera
si tu vienes con tus vasos de miel y de ambrosía                                                                                                  
La noche tiene lampos traicioneros
que están llenos de trampas y  embelesos.
Pero siento tu piel, muy suavemente,
y tu respiración entrecortada
que pide, silenciosa, amor correspondido.
Si tú vienes,  mi amor, para ofrecerme
ánforas de pasión y de sosiego,
ten por seguro que  yo sabré esperarte
con mis brazos abiertos, cual mendigo,
porque tengo un gran cielo que ofrecerte.

Wilson Armas Castro

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