AL CÉSAR, LO QUE ES DEL CÉSAR
Ángel Juárez Masares
Las
políticas culturales deben estar elaboradas por artistas, y la puesta en
práctica de las mismas no debe ser moneda de cambio para el pago militancia o
favores electorales.
El carácter universalista que ha cobrado
HUM BRAL tras su inclusión en
Internet, con lectores en mas de 60 países, de alguna manera nos ha impelido a
derivar su temática hacia asuntos de interés general. Difícil tarea ésta,
tendiendo en cuenta que nacimos en un barrio de la ciudad de Mercedes –allá por
1990- con la mira puesta en llegar a un sector de sus aproximadamente 40.000
habitantes. Cabe señalar que lo de “un sector” no significa una idea elitista,
sino que simplemente se refiere a lo reducido de nuestra “tirada” de ejemplares
por razones económicas.
Encuentro de pintores en Chapicuy (Paysandú), 2010. |
Con el tiempo fuimos procurando adaptarnos a los cambios, y procurando luchar –precisamente- contra “el tiempo”. Todos los que trabajamos en esta publicación tenemos otras ocupaciones, pues hacer HUM BRAL no es rentable, y por lo tanto las horas de trabajo que lleva elaborarla (que son más de las que alguien pueda imaginar) se restan a las actividades de cada uno.
Hoy queremos referirnos a uno de los
problemas que afectan a los creadores y a la difusión de los temas culturales,
en el entendido que en cierto modo son universales. Hablamos del
funcionamiento, y de la actitud de quienes trabajamos en estos asuntos.
Por razones obvias no entraremos en
detalles del sistema de organización de cada país, y nos remitiremos a las
organizaciones del Estado que están mas en contacto con la población, llámense
municipios, alcaldías, o intendencias.
En ese sentido hablaremos de lo
conocido, y cada cual trasladará –o no- nuestra reflexión a los ámbitos donde
desarrollan sus actividades. En este país del sur, pequeño y apretado entre
Brasil y Argentina, las políticas culturales se instrumentan básicamente desde el
Estado. Muchas de ellas tienen –a nuestro entender- un sustrato de buena
intención, que sin embargo la mayoría de las veces fracasan en su puesta en
práctica por el factor humano. Si bien son personas quienes las elaboran, luego
se diluyen o distorsionan por una cantidad de factores, llegando a sus
destinatarios –artistas, creadores, y población- permeadas por la burocracia y
mezquinos intereses políticos de poca monta.
Está comprobado que las designaciones de
quienes están al frente de las direcciones de cultura, departamentos, oficinas,
o como quiera que se les llame, se realizan en base a la participación
política, o militancia que se haya tenido con el gobernante de turno. Esto
ocurre en un altísimo porcentaje a lo largo y ancho del país, y da como resultado
que esta circunstancia ponga al frente de las mismas a personas no idóneas. Tal
vez eso no sería tan grave si esas personas estuvieran asesoradas por quienes
sí conocen del tema, que los hay y muchos- pero ocurre que mas abajo de esos
pequeños “centros de poder”, el criterio de “premiar la militancia” continúa,
dejando fuera de los lugares de decisión a quienes en realidad están aptos para
desarrollar esa tarea.
Asunto no menor es la competencia que se
establece dentro de las diferentes áreas a las que hacemos referencia, donde
las rencillas internas entre directores dejan al desnudo pasiones humanas que
deberían ser sustituidas –o por lo menos superadas- por una actitud profesional
que apunte a intereses comunes, y que muy pocas veces se ve.
Luego están los artistas, que en
realidad en la mayoría de los casos se manejan con iguales parámetros que los
responsables rentados de la cultura de los pueblos. Quizá alguien piense que en
este caso los intereses comunes actúan como un elemento aglutinador, pero nada
mas lejos de la realidad. La fauna de creadores en este país también posee
enormes dificultades para instrumentar actividades comunes, y la mayoría de las
organizaciones privadas terminan siendo una suerte de “ghetto” donde prima el
individualismo, perdiéndose de esa manera una enorme cantidad de energía que
podría canalizarse de manera mucho mas positiva.
Como lo dijimos antes, hablando de lo
que conocemos, este país tiene un potencial ilimitado en cuanto a creadores de
arte en todas las disciplinas; lo que se podría lograr encaminando y encauzando
el esfuerzo es inimaginable. Claro que para eso es necesario que los recursos
económicos destinados a la cultura, se vuelquen a ella efectivamente, y en ese
sentido no podemos dejar de hacer referencia a los “Duelos de pintores”
realizados en el Departamento de Paysandú, en la localidad de Piedras
Coloradas, en 2008, y en Chapicuy al año siguiente, donde la Municipalidad confió
la organización a un grupo de artistas, logrando reunir durante dos días casi
40 pintores, escritores, y músicos de diferentes partes del país y del
exterior, en una experiencia por demás enriquecedora para todos, y que dejara
mas de 40 obras en patrimonio de la Intendencia de Paysandú.
Sin embargo, y de alguna corroborando lo
antes dicho, el cambio de autoridades municipales abortó la continuidad del
Proyecto en pleno crecimiento, pues a los nuevos gobernantes no le interesó
apoyar esos encuentros.
Bueno sería entonces que cada artista se
detenga por un momento a revisar su actitud frente a sus pares, y la sociedad;
y que cada gobernante entienda que los recursos del Estado deben estar
destinados al Estado, y que si no saben qué es “el Estado”, que lo averigüen.
Por otra parte la mayoría de los actores
políticos suele cometer el error de encasillar a los artistas dentro de los
Partidos de Izquierda. Quizá nunca se sepa si esa presunción es cierta, pero
aún si lo fuera, cada uno merece que ser respetado, como ciudadano, y como
trabajador. Personalmente solemos trabajar en conjunto con artistas con los que
nos une una profunda amistad de muchos años, y que nos consta, pertenecen a
Partidos tradicionales.
El día que pongamos todos la mira en
objetivos mas elevados, seguro que muchos problemas sociales como la
delincuencia y el consumo de drogas irán –por lo menos- disminuyendo. Creemos
que no es una utopía apuntar todas las baterías a la educación y la cultura.
Ejemplos de sus beneficios en el mundo
existen.
Mientras tanto seguiremos atacando –como
el Caballero de Cervantes- a los gigantes de la ignorancia, aunque tomen la
forma de molinos.
1 comentario:
Angel,como lo haces habitulamente das en el clavo otra vez, esta refiriendote a las "politicas culturales" y su instrumentacion.Me ha tocado actuar en el asunto de marras tanto a nivel privado como a nivel publico y a veces los problemas son muy dificiles de sortear. Las politicas culturales se basan en cuatro premisas, o deberian hacerlo, a) promocion de la identidad cultural nacional.
b) proteccion de la diversidad cultural.
c) fomento y estimulo de la creatividad y d) consolidar y procurar la participacion ciudadana.
Se han realizado diversas conferencias y reuniones mundiales soblre el tema en ambos ambitos, publico y privado, a n ivel oficial o publico podemos mencionar la Conferencia Mundial sobre Politicas Culturales (Mexico 1982)(Estocolmo 1998) y tenemos La Carta Cultural Iberoamericana, firmada nada menos que en Uruguay en el 2006. aun asi es un tema en el tapete y de agenda abierta.
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