lunes, 12 de agosto de 2024

Hay un colectivo joven trabajando en la preservación  de la obra de  Fernando Cabezudo

 Más de 10 mil   trabajos entre  pintura, dibujos, y grabados que  vienen siendo catalogados  y
registrado  por un grupo cuyo,  núcleo son los nietos del artista plástico,  y que significa  una tarea fundamental para preservar el legado pictórico del artista plástico




El Arq. Fernando Cabezudo  dialogó con @gesor del trabajo que se viene realizando en torno a la obra de su padre. Más de 10 mil   trabajos entre  pintura, dibujos, y grabados que  vienen siendo catalogados  y registrado  por un grupo cuyo núcleo son los nietos del artista plástico,  y que significa  una tarea fundamental para preservar el legado pictórico del artista plástico. Previo a la apertura de la muestra  que se inauguró en Pinacoteca Eusebio Giménez, Fernando Cabezudo hijo habló de  Fernando Cabezudo padre y el trabajo que se viene realizando para preservar esta valiosa obra.


Fernando, se inaugura una muestra que compila gran parte del trabajo de lo que fue la producción artística de tu papá. ¿Qué sensación te provoca recorrer todo este trabajo?

-“Las obras en general las conozco todas. Verlas colgadas hace muchos años, que algunas ya no las veía, juntas tampoco.

Algunas las vi colgadas en el año 78, pero lo más significativo tal vez es que los hijos míos, el mayor tiene 29 años,  y nunca vieron colgada la obra del abuelo. Es la primera exposición que conocen de la obra del abuelo colgada. Entonces, sabemos, tú sabes como plástico que eso es que una cosa es lo que uno hace en el taller o cuando lo tiene en su casa rodeado de un montón de cosas, y otra cosa es cuando la obra se la coloca para ser vista, destacada, en una superficie apropiada como en una sala de exposiciones como esta, que está muy bien.

Entonces, de alguna manera, 10 años del fallecimiento del viejo, esto es una oportunidad para las nuevas generaciones de conocer una obra y que para esa nueva generación además es un descubrimiento, un descubrimiento como si hubiese sido hecho ayer para ellos, y un descubrimiento donde se han comprometido. Ahí hay un colectivo de gurises, de gente joven, algún veterano, que están trabajando paralelamente a esta instancia de la exposición en rescatar, ordenar, divulgar, valorizar, desde el punto de vista de su aporte a la plástica según los ojos de generaciones más nuevas. Lo cual es muy gratificante ver cómo esto pasa a una generación nueva. Yo no me siento protagonista de esto, ni actor, ni nada por el estilo, sí como parte de los propietarios de la obra, de ofrecerla para que sea exhibida, pero la apropiación de esa obra por una generación que es la que tiene que seguir adelante con esto”.


Periódicamente vemos en las redes sociales obras de Cabezudo. Están haciendo un trabajo de compilación importante.

-“Exacto”.


¿Qué finalidad va a tener eso más allá de la divulgación?

-“Bueno, este colectivo, integrado por gente joven, tomó esta publicación en Instagram. Utiliza la herramienta de Instagram, que es una herramienta muy de gente joven, para dar a conocer la obra a un público que generalmente es de esa edad. Hace un par de días está en la web una página de Fernando Cabezudo, que está en proceso, pero en definitiva, como ya parecía mencionada en los impresos de esta exposición, está subida y que también pretende recorrer la biografía, la historia completa de Cabezudo, el currículum, que parte de la investigación que han hecho. Hemos descubierto cosas que no las teníamos presentes, que no las teníamos registradas, con apoyo de gente que se dedica a la investigación de este tipo de cosas.

Y bueno, es un segundo paso, que va en definitiva construyendo un grupo de gente interesado en esto, y como son las cosas de este tiempo, si bien tienen un horizonte de largo plazo de visualizar, mostrar, hacer conocer, promover, el camino será el que el tiempo, las ganas, el entusiasmo y que se vayan sumando.

Es decir, ese fue el primer paso que se propusieron. El segundo paso se puede ver en la web ahora, incompleto todavía, pero bueno, seguirán. Veremos por dónde van”.


¿Y el trabajo más difícil?  ¿La obra física? ¿Cuál va a ser el camino de todo ese trabajo?

-“Bueno, la obra física está en una situación, digamos, de sucesión.

Hay una sucesión, están designados los herederos, la sucesión está cerrada, lo que hay que encarar es qué pasa con lo que se llama, después de hecha la sucesión, la partición de la obra. Bueno, ese es otro tema. Lo que sí estamos haciendo, y cuando digo estamos como colectivo, es más allá de que está inventariada, y hay, es un inventario de unos 10.000 elementos. Cuando decimos elementos son piezas, que puede ser un cuadro, como puede ser una cartulina con 5 dibujitos pegados, y hay 10.000 elementos que se están fotografiando y que se están incorporando a una base de datos sistematizada que describe las técnicas, las dimensiones, los temas, el año en que se hizo, es decir, toda la información básica de cada uno de esos elementos.

Es un trabajo que está en proceso ya desde hace un buen tiempo, que tiene un avance ahora de unas 2.000 fotos, que hay que catalogar. Donde participamos varios, porque en definitiva la catalogación, uno puede tener un dato, el otro tiene otro, los criterios están más o menos definidos, pero bueno, es una tarea también de largo aliento.

Entonces, la obra en ese momento está en ese estado, está en depósito, se está registrando y se está catalogando, y después el tiempo irá diciendo cuáles son los sucesivos pasos hacia adelante”.


Lo importante también es que esta obra va a viajar a Montevideo y se editó un catálogo que también va a resumir...

-“Sin duda, sin duda.

Además,  armar esto de la cronología, es decir, el viejo en este momento tendría 98 años. Contemporáneos no quedan. La gente que conoció la obra durante el tiempo que se fue produciendo, salvo alguna excepción de algunos más jóvenes que estuvieron vinculados a la plástica y que tuvieron la oportunidad de conocer la obra,  en la medida que esa generación va desapareciendo, va desapareciendo la memoria. Es decir, se hizo esto, se mostró esto, esto lo hizo en tal momento, cuando yo conversé con él... Todo eso se disuelve, desaparece. Entonces, esta tarea lo que tiene como cometido, conjuntamente con la exposición, cuando se traslada a Montevideo el año que viene, que es lo que la Intendencia nos propuso a los propietarios de la obra para llevar adelante esta muestra, tiene que ver también con esa recuperación en el otro ámbito, que fue en el ámbito donde básicamente se desempeñó Cabezudo.

Mi viejo, la primera exposición en Mercedes, la hace en el año 94. Cuando ya tenía  70 y pico de años. Es decir, no era su ámbito el de Mercedes, siempre se movió en el ámbito nacional.

Bueno, es la oportunidad también de que vuelva al ámbito nacional, un poco con las mismas características de la muestra esta, para de alguna manera lograr lo mismo que estamos tratando de lograr acá, que las nuevas generaciones, si lo valoran como bueno, se lo apropien, porque en definitiva los productos culturales a veces tienen un valor y una vigencia en un determinado momento puntual de la historia y después se envejecen. Eso lo dicen las generaciones que siguen. Y eso lo dice el tiempo y las generaciones que siguen.

Entonces, bueno, acá hay un colectivo, hay una generación que entiende que sí, que tiene un valor hoy, Siglo XXI. Bueno, veremos cómo eso evoluciona”.




La obra de Fernando Cabezudo “es l visión de un artista completo, que liga la circunstancia humana con el universo a través de la pintura”

Dijo Enrique Aguerre. El director del Museo Nacional de Bellas Artes, curador de la muestra  “Mundo de colores  y formas” se refirió a la importancia y la vigencia de este artista
mercedario.

 

  Enrique Aguerre realizó la curaduría de la muestra “Mundo de colores  y formas” de Fernando Cabezudo que fue inaugurada en  Pinacoteca Eusebio Giménez. En ella  pueden apreciarse 38 obras en diferentes técnicas que son apenas un esbozo de la amplísima  producción de Fernando Cabezudo  (1927-2014).  Aguerre en diálogo con  @gesor comentó “hay mundos de Cabezudo. Esas osamentas en campaña, carancheadas por los cuervos.  Y de repente le vas la mirada sobre el horizonte y esa pradera ya geométrica. Y ahí cambió la luz y cambió el color. Y es la luz del río, y es la luz del río Negro, y son los pájaros.  Y hay una musicalidad. Y de repente viene a lo grave, a lo metafísico de estos personajes, donde se puede ver la ansiedad, el miedo, la relación de la existencia del hombre chiquitito con el universo”.

 

 

 

Un trabajo retrospectivo sobre la producción de Fernando Cabezudo. Un trabajo que hacía mucho tiempo que no se veía sobre él. Para quienes no están en el mundo de la plástica, ¿Qué significa Fernando Cabezudo?

-“Eso es importante, que Mundo de Colores y Formas en realidad es un homenaje. No digo retrospectivo porque estamos hablando que la obra de Cabezudo actualmente son más de 3.000 obras. Y acá hay 38. Nos excede la palabra retrospectiva que demanda más otros tiempos.  Y lo vamos a hacer porque la idea de esta exposición es el año que viene llevarla a Montevideo, al Museo Nacional de Artes Visuales. Entonces, es un homenaje donde junto  a Aparicio Arcaus hicimos una selección de momentos destacados o muy destacados de la trayectoria. Son 60 años de trayectoria de Cabezudo.

 Entonces, tenían que estar los grabados, tenían que estar las litografias, la pintura, el río, tenían que estar las abstracciones, los retratos. Es un mundo riquísimo que pasa por los ojos y por la técnica que desarrolla Fernando Cabezudo, lo que los hace muy singulares. Y ya ven la potencia que tienen las paredes.

 O sea, 38 obras y no hay nada más. Por supuesto que después va a haber que hacer foco en cada una de las series. Pero queríamos, por una parte, homenajear a Cabezudo cuando se cumplen 10 años del fallecimiento.

 Pero por otro lado, abrir a todo público al artista Cabezudo, porque creo que acá hay mucha gente, vemos mucha gente joven, gente que lo conoció, pero mucha gente joven que no sabe quién es Cabezudo.

Nos ocurre con artistas que durante mucho tiempo desarrollaron su obra y ya no están, que las nuevas generaciones no lo conocen. Entonces, hay que volver sobre la obra, hay que volver a revisitar la obra para un público nuevo, no necesariamente joven, porque hay otra gente también que no lo conoce.


Él trabajó toda su vida en Mercedes, trabajó desde acá, viajó para ver los referentes en arte que él tenía, pero casi dedicó toda su energía a desarrollar su obra en el taller. Entonces, no era fácil acceder a la obra de Fernando Cabezudo. Y las exposiciones cumplen ese rol, de hacer público una obra que es fundamental”.

 

 

Un autor bastante particular, porque no sólo que se instaló en Mercedes, sino que no se afilió a ninguna escuela, que siguió su propio estilo y su propio impulso.

-“Sí, repasando el fondo documental que tiene la familia, que quiero agradecer también a la familia, porque sin la familia no había acceso a la obra, y tiene un fondo documental muy importante. Además de las clases que tomó de niño con Scolpini de dibujo, es autodidacta y se definía como autodidacta.

 No le gustaba. Unos le dicen que es abstracto, otros que es figurativo, otros que es expresionista. Él iba y venía, y depende de las series que quería desarrollar, tomaba las herramientas que tenía que tomar y el lenguaje. Pero para eso hay que tener un dominio de la técnica muy importante, Cabezudo lo tenía”.


Y que tampoco lo tenía  empacho, porque hay mucha influencia de Picasso, que muchas veces puede decir, estaba copiando a Picasso, pero simplemente estaba tomando lo que le servía para volcarlo a su obra.

-“Un artista, aunque se ponga a copiar a otro artista, y tan inmenso como Picasso, no va a salir un Picasso. Va a salir una obra de Cabezudo con influencia de Picasso.

 Pero hay una constante, en muchos de los cuadros que podemos ver, más allá de que sean retratos, paisajes, que está la huella personal. Yo insisto que hay mundos de Cabezudo. Esas osamentas en campaña, carancheadas por los cuervos.  Y de repente le vas la mirada sobre el horizonte y esa pradera ya geométrica. Y ahí cambió la luz y cambió el color. Y es la luz del río, y es la luz del río Negro, y son los pájaros.  Y hay una musicalidad. Y de repente viene a lo grave, a lo metafísico de estos personajes, donde se puede ver la ansiedad, el miedo, la relación de la existencia del hombre chiquitito con el universo.

Es una visión de un artista completo, que liga la circunstancia humana con el universo a través de la pintura.

 Y esa tarea lleva toda la vida, y Cabezudo le puso el cuerpo a esa tarea. Y se nota, por más que haya influencia. Por ejemplo, el otro día veía unas imágenes de Cabezudo con un gran amigo de él, Gustavo Alamón.  Y claro que había una idea de vuelta entre Alamón y Cabezudo, Cabezudo-Solari. Pero es una idea de vuelta no tanto de influencia, sino de ver, o de visiones del mundo que a veces son complementarias y a veces opuestas. Y ahí surge la riqueza.

 Nosotros tenemos un universo plástico propio en el Uruguay, que es bien interesante. Y estoy nombrando justamente Alamón de Tacuarembó, a Solari de Río Negro y a Cabezudo-Mercedes. Litoral y un poco más.  Alamón además fue bombero en Fray Bentos, entonces tomaban mate, charlaban y discutían. Los salones del interior fueron también muy importantes.  Los de Dumas Oroño en San José y otros. Fueron para que ellos se conocieran y formaran comunidad.

Acá lo que podemos también es ver, ya del año 70, con las imágenes del Hum, los grabados ,  esa carpeta maravillosa, que se rompe con el lugar común de que los artistas más sofisticados y más complejos están en Montevideo y en el interior hay copias. No. Cuando Cabezudo va a Montevideo en el 70, dicen  ¡opa!, esto es un artista. Un gran artista. Y así fue durante toda la trayectoria.

 Hay que conocerlo, hay que tener la posibilidad de ver la obra y de eso se trata esta exposición”.


 

domingo, 11 de agosto de 2024

Quedó habilitada la muestra ´Mundo de colores y formas´ de Fernando Cabezudo

 Esta muestra estará  habilitada en  Pinacoteca Eusebio Giménez  hasta enero próximo.


Se realizó la apertura de la muestra “Mundo de  colores y formas”,  un breve  recorrido por la vastísima producción de  Fernando Cabezudo  ](1927-2014).  Esta muestra consta de 38 obras entre óleos, dibujos,   y grabados de  este  artista plástico y docente.

“Cabezudo da conciencia plástica al instinto y maneja el pincel en graduaciones de color que llegan a convertirse en muchas obras, en imágenes caleidoscópicas”   (diario La Mañana,  1974).   Obras que recogen imágenes del río Negro,  animales y vegetación , osamenta de  animales, o  personajes que miran como  interpelando al expectador.

En la apertura numeroso público pudo apreciarla, pero podrá seguir visitándola en los horarios  hasta  enero de 2025.

En la apertura el director de Cultura, Lic. Javier Utermark, el director del Museo Nacional de Artes Visuales, Enrique Aguerre, y el Lic. Aparicio Arcaus, encargado de Museos de la Intendencia de Soriano se refirieron a la trayectoria y la trascendencia de la obra de  Fernando Cabezudo.









sábado, 7 de abril de 2018


Una  tertulia  mundana,  del  mundo  y siglos  humanos  sumados




Amistad,  historias corrientes, de  experiencias de gente,  de  arte  de  antigua  y contemporánea  juventud  creativa,  de  un  mundo recorrido…   
Todo ello estuvo aquí  en nuestro  hogar,  junto  a  mi  familia y  yo  alegrándonos  emotivamente  en la clara y brillante tarde  de marzo…  
Resultado de imagen para roberto  sari torresJusto  en  un  momento del  tiempo,  mucho  más  amable  tras un largo,  caluroso, soleadísmio  y sequísimo  verano 2018.

Roberto Sari  Torres


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Por la calle Timbó llegaron  Nico Giornado, audaz viajero,  laburante  buscavida  por la  vieja Europa, y  ahora  arraigadas  las  velas ,  dejó  su  nao surta en la  ribera sansalvadoreña.
Aldo García Calvo (y la señora  Nery)  llegaron  por  acá  el día  que  este  nieto de  aquel viejo  asturiano  fundador  del  barrio natal, allá  por  1930, cumplía94 años. Este  empedernido  viajero  por  el mundo,  por  una tarde  echó   anclas  en la “rada” de  la calle Timbó,  250  metros  al  Noroeste de la casa  fundadora  de  Florentino Calvo.
Con  ellos  llegó Dino Ciarlo -el “Dino Milonga  de pelo largo”-  adjunto  a  su  guitarra  cargada  de  gloria,  memoria  e  historias  culturales -musicales del  Canto Popular   uruguayo  y latinoamericanista .
Otros  grandes  anteriores  la  tocaron  respaldando  musicalmente,  miles  de  canciones  en incontable  discografía, recitales y  variopintos  festivales y encuentros de canto  y la  música que  a todo  oriental  lo  identifica  e  interpreta.
Resultado de imagen para dino  gaston ciarloEn  manos  de Dino  ahora tal  heredad  encontrada  acompañó  el lindísimo  recital  con el que  en los breves 13metros cuadrados de la  salita de casa,  el gran cantautor nos  saludó   y nos emocionó con “Milonga  de pelo largo” y el sostén musical de  su  histórica  guitarra, el Dino  puso  una  llave  de  oro  a la tertulia  de la tarde  de marzo,  allá  donde  vivo,  dominio  oriental  de Dolores territorial  al Noroeste de l barrio Calvo.
Don Aldo, Nery,  Nico, Dino… los que hicieron  de  una tarde,  vieja ya porque ya pasó,  un momento  humanamente  encantador  e  inolvidable.
Anochece  ya, en el hemisferio. En el  volumen  de la salita quedan los ecos  del  conversar   de la amistosa  tertulia; de los cuentos   de la realidad o  parecidas  a  ella; del  cantor  y la  música de  esa guitarra  que  guarda  en su  madera la heredad melodiosa  con que  temporales  y soles  nutrientes del  agua y de la tierra  montarás  donde  creció  el  árbol  y el  arte del carpintero,  del lutier, la guitarra del Dino  le   dieron  la  alta distinción   de su  calidad   y calidez  musical.
La  luz  de la lamparilla  se  refleja  en la oscura  botella vacía  sobre la mesa.  Los amigos  se  marcharon con la nostalgia  que  marcarán  los presentes sucesivos,  por  una  tarde  coloquial del pasado  en un lugar  de  la ciudad  y  en el  barrio Calvo (representado por  el  propio nieto de  Florentino). 
Titiritero  de  circunstancias  el destino  parece  mover  las  vidas  humanas  a  su  antojo.  Pero  no;  sólo  nosotros  tenemos la capacidad de  mantener  a los  protagonistas  de  una  escena  como  esta en el lugar  del  tiempo  de los mejores  recuerdos   que el  sentimiento tiene para guardar  “sus hoy”,   justo  un  instante antes  que “los mañanas”  los  sustituyan.




martes, 31 de octubre de 2017

Viglietti, un cantor para leer

Aldo Roque Difilippo

Daniel Viglietti (Montevideo, 1939-2017) se nutre del folklore tradicional, asumiendo una propuesta académica, como pocos, pero no exento de la sensibilidad popular. Algo que lo convierte en una extraña y atractiva mezcla de poeta depurado y cantor popular. Algo que incluso ha llevado a algunos críticos a comparar su propuesta musical y poética con la impuesta al tango por Astor Piazzolla, o como lo afirma Elbio Rodríguez Barilari: “Después de Gardel (Viglietti), sigue siendo el músico uruguayo más conocido por el mundo”. Con una marcada posición política de izquierda, reflejada en sus textos. Si bien la ideología política de Viglietti puede o no ser compartida, la estructura de sus textos lleva al reconocimiento, ante la belleza
Danilo Cardona (derecha), Aldo Difilippo (izquierda), junto  a Daniel Viglietti  en casa  de  Héctor Rodríguez Cacheiro, Mercedes, 1993
poética-musical. Inclusive las composiciones “panfletarias” como “El Chueco Maciel” o “A desalambrar”, tienen la belleza rotunda de texto y música que aplasta cualquier argumento de sus detractores.
“Te contaré una historia / amarga o más. / Te la canto por eso / y que caray. / Era Van-Dig la aldea / allá en Vietnam. / Era, digo, una escuela, / no digo más. / Vinieron por el aire, / vuelo mortal. / Quedó sólo un cuaderno, / no digo más” (“Dinh-Hung, Juglar”).
 Contemporáneo al nacimiento del “canto popular” y sus cultores más destacados, a diferencia de ellos, Viglietti fue tomando diferentes elementos hasta conformar un estilo para nada convencional para los cánones folclóricos en su sentido más ortodoxo.
“A fines del ‘60 es todo un guitarrista”, agrega Rodríguez Barilari. “Lo recuerdo siendo todavía un niño, en un concierto del Centro de Protección de Chóferes haciendo Milán, Sor, Bach, Villa Lobos...”.
 En una  de sus  visitas  a  Mercedes, en una rueda informal entre amigos, tras su concierto, nos contó de sus primeros años de guitarrista junto a su padre, haciendo tangos en las fonoplateas radiales. Todo ello confluye en su propuesta musical y poética, convirtiéndolo en un cantor para leer.
 A diferencia de sus contemporáneos, las letras de Viglietti se develan en la intimidad de la lectura, en tanto sobre el escenario, el ritmo de música y texto permiten otra lectura a profundizar al leer el texto.
 Quizá por ello su producción no es extensa, aunque sus discos son vendidos por miles. “Soy lento”, nos dijo ante la casi exigencia sobre una producción discográfica mayor. Una lentitud influenciada quizá por la meticulosidad de sus textos.
 Esdrújulo es el más claro reflejo de esa conjunción entre el guitarrista y el poeta, donde confluyen la música antigua y la milonga, sus fuentes, que por evolución, o nuevas premisas, le han llevado a virar en algo la estructura de sus poemas. Nos encontramos con un Viglietti menos directo, donde la sutileza juega un papel preponderante en la seducción del público. Un trabajo rotundo en conjunto, con temas tales como “Canción para armar” de una sutileza tal que ni por asomo se acerca al golpe bajo al abordar un tema tan atroz como la tortura: “...la cabeza bajo el agua / como un pez de branquia rota / te recorre hasta la infancia / te encapucha la alegría / no esperaba esto que espero / de codos bajo la noche / en el día lastimado / nadie sabe qué le espera”.
 Esa confluencia entre las diferentes tendencias musicales que conviven en la creación de Viglietti y los estilos más tradicionales de este suelo, se reflejan en “La llamarada”, por ejemplo, cuando el poeta canta “El sueldo de un pión carrero / nunca se debe aumentar, / pa que valore el dinero / y no aprenda a malgastar. / Los piones, dijo el dotor, / no son hombres delicaos, / a ellos no le hace el dolor / porque están acostumbraos”; con una base rítmica poco tradicionalista para el lenguaje utilizado.
 “La canción de Trilce” (su hija), es un exponente de la fusión de un texto, si se quiere pueril, con una musicalidad difícilmente igualable: “tan chiquí / tan chiquita que es la tierra / si la mi / si la miran desde el sol / tan chiquí / tan chiquita que es la infancia / cuando vi / cuando vino se escapó”.
 Algo que en otros autores se trasunta en una conjunción entre un texto sencillo y una base rítmica de corte tradicional, y que en Viglietti se colma de timbres musicales emparentados con la sonoridad del idioma y su métrica.

(*) la fotografía corresponde al año  1993, y  fue  realizada por Héctor Rodríguez Cacheiro.


Durante la inauguración del Espacio Memoria de  Mercedes
- 10 de diciembre 2016-


Viglietti: “Sigo cantando por la urgencia de ESTA ENTREVISTA FUE EN EL MARCO DE UNA DOBLE PRESENTACIÓN QUE EFECTUÓ MESES ATRÁS EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRESViglietti: “Sigo cantando por la urgencia de hacer un mundo más justo”hacer un mundo más justo”


La última entrevista que fuera publicada en LA REPÚBLICA a Daniel Viglietti fue el 11 de febrero de este año y fue la que concedió a la agencia de noticias estatal argentina Télam, en el marco de su regreso a la escena musical porteña con dos recitales en la Sala Caras y Caretas para presentar lo que definió como “canciones donde memoria y futuro bailan juntos”.
El cantautor, que era una consecuente voz de la canción popular latinoamericana, sostuvo en la oportunidad que “es como si hubiera un conjunto de ideas y sentimientos que llega conmigo a interpretar canciones que me vienen de la sensibilidad que me trasmiten gentes que se resisten al olvido. Gentes que defienden su amor a la verdad y su confianza en que llegará un día en que en el horizonte social será como una explosión de luz”.
El trovador, que aún tenía 77 años –ayer cuando falleció ya había cumplido los 78-, legó canciones emblemáticas como “A desalambrar”, “Canción del hombre nuevo”, “Declaración de amor a Nicaragua”, “A una paloma”, “Esdrújulo”, “Che por si Ernesto” y “Esta canción nombra”, por citar apenas algunas.
Aunque está habituado a los reconocimientos ¿Cómo vivió haber recibido la Orden de las Artes y de las Letras de parte del gobierno francés?
Me emocionó porque una parte de mi vida, los años de exilio, los viví en Francia, y porque mi madre, la recordada pianista Lyda Indart, vivió allí muchos años, adquirió la nacionalidad, como yo lo hice años más tarde, y me trasmitió su cariño por ese país que aprendí a sentir también como mío.
Además allá viven mi hija Trilce y mi nieto Gaspar, que cumple ahora un año. Y allí conocí a mi actual compañera, la psicoanalista mexicano-francesa Lourdes, y a la madre francesa de mi hija, Annie.
Y tuve amigos franceses muy solidarios. Cuando en Montevideo el embajador de Francia me otorgó esa condecoración, agradecí lo que sentí que me venía de la Francia del histórico resistente Jean Moulin, del cantor anarquista Leó Ferré, de un Jean Paul Sartre –que fue uno de los que firmó por mi libertad cuando estuve preso en Montevideo en 1972- de un Frantz Fanon, de una Marguerite Duras, autora del guión del filme “Hiroshima mon amour”.
Bueno sentí que esa condecoración me venía de la Francia libertaria, desde tantos seres con los que he compartido y comparto una concepción de la vida basada en un proyecto de verdadero socialismo.
¿Cambió su manera de enfrentar un escenario con el paso de los años?
Más que enfrentar el escenario, más bien me ubico en él. Mantengo mi estilo de atril y banquito, luz casi fija y entre canción y canción voy agregando palabras, situando las temáticas. Todo eso mientras respiro lo que me llega del público, que en general es un silencio atento y entrañable. Trabajo, musicalmente hablando, con claroscuros, trato de manejar muchos matices en la voz y en la guitarra.
Y también con contrastes en la narrativa que va surgiendo del recital. Allí pueden convivir una canción de cuna, como “Negrita Martina”, que ha sido versionada en Argentina por Mercedes Sosa y Liliana Herrero, entre otras voces, y “Ojaleando”, una suerte de resumen de algunos de los problemas que atravesamos los que nos mantenemos con la conciencia despierta en estos tiempos en que hay que seguir trabajando y cantando por una justicia verdadera.
¿Qué cosas lo motivan a seguir componiendo y cantando?
Es cómo si me preguntaran por qué respiro. Es una necesidad casi biológica, aunque te confieso que no soy de los que están todo el día concentrado en la música. Necesito salirme periódicamente de la condición de cantautor. Alguna vez he pensado que si por alguna razón no continuara cantando y componiendo -lo que da más trabajo que cantar- yo sería escritor, cineasta o psicoanalista, vaya a saber.
Todos caminos vinculados a una interpretación de la realidad con pluma, cámara o diván. Al decirlo me doy cuenta de que siempre se trata de conexiones con lo exterior, con los semejantes y su aventura de vivir luchando por lo más justo. Pero no soy ni escritor, ni cineasta ni psicoanalista.
Soy lo que soy, que no sé bien cómo definir, aunque si pienso en mi larga actividad creando programas de radio o de televisión, suele decirse comunicador, puede ser. Uno es muchos, y muchos paran la oreja para oírlo a uno. Desde esa dialéctica sigo dando gracias a la vida. Y a los amigos y amigas de Argentina, que no son pocos. No digo nombre ni seña, sólo digo compañeros.
¿Cómo definiría la actualidad de la canción social?
Las definiciones son todo un problema. Canción-protesta en una época, luego canción comprometida, a veces canción testimonial, aquí canción con fundamento. He terminado por adoptar el término con que titulo mis trabajos actuales: “Canciones humanas”. Pueden ser de opinión, de conciencia, de amor, de paisaje, de reflexión sobre el interior de nosotros mismos, pero que siempre nacen de una sensibilidad compartida con los que porfiadamente seguimos imaginando un mundo diferente.
¿Sobre qué cuestiones considera que hay que seguir cantando?
La realidad siempre va respondiendo esa pregunta. Uno canta apoyando las causas de los pueblos que resisten, como la Cuba que sin Fidel sigue su camino, como la Venezuela bolivariana, como los procesos de Bolivia, de Ecuador, de nuestro Uruguay, donde en medio de políticas progresistas hay que enfrentar la impunidad, ejercer justicia con los represores de la dictadura, avanzar mucho más en eso, como ocurrió en los últimos años en la Argentina.
Uno no es una máquina editora de canciones “políticas”, me parece que hay que tratar de ser leal a uno mismo, no traicionarse, saber que dentro somos un país con aduanas, con precipicios, con maravillas, con trampas. Adentro, en las entrañas del día a día, también hay un combate entre la memoria y el olvido, el valor y la cobardía, entre la transparencia y la niebla, entre el dolor y la alegría, todas parejas que bailan juntas este vals de estar vivos.

http://www.republica.com.uy/

Cinco canciones fundamentales de Daniel Viglietti

Un repaso a piezas clave de la obra del cantautor, que murió ayer a los 78 años
Daniel Viglietti murió ayer a los 78 años, y dejó una trayectoria que incluyó 12 discos de estudio y decenas de canciones, algunas de las cuales han pasado desde su publicación al cancionero popular uruguayo. Canciones indiscutidas, más allá de ideas políticas, simpatías intelectuales o gustos musicales.

Esta es una selección de apenas cinco de esas composiciones. Algunas son de las más populares, si, pero no por ello dejan de tener un valor musical, histórico y cultural relevante.

El viento


En 1963, Viglietti publicó su primer discoCanciones folklóricas y seis impresiones para canto y guitarra, donde marcó algunos elementos clave de su estilo personal. El músico y periodista Andrés Torrón destaca en el capítulo dedicado al disco en su libro 111 discos uruguayos la fusión particular del folclore (influido sobre todo por artistas como Atahualpa Yupanqui), los compositores impresionistas como Ravel y la balada tradicional que plantea el uruguayo, algo patente en canciones como esta.

A desalambrar



Probablemente la canción más conocida de Viglietti, fue parte de Canciones para el hombre nuevo, de 1968, grabado en Cuba. Ya en este momento de su carrera, el artista se había volcado hacia una faceta más folclórica, además de consolidarse como un cantante político, asociado a la ideología de izquierda, como muestra este tema, un claro ejemplo de la canción de protesta que luego sería versionada por artistas como Víctor Jara, el sueco Jan Hammarlund, y artistas de todo el mundo.

Yo no soy de por aquí



Parte del disco Canto Libre, lanzado en 1970, esta canción destaca por reunir a Viglietti con el poeta y compositor tacuaremboense Washington Benavides (fallecido en setiembre de este año), uniendo así a dos nombres clave del movimiento del canto popular uruguayo. La historia de un hombre que busca un lugar ideal, y que en caso de que no exista busca ayudar a crearlo, de tono idealista y marcada por un arpegio de guitarra, un rasgo compartido por otras composiciones del autor.

Gurisito


Otro de los éxitos de Daniel Viglietti, se publicó por primera vez en Canciones chuecas, disco de 1971, en el que se mantiene la postura musical y política del artista, y en el que también defiende la lucha armada de movimientos como los Tupamaros. Esta canción tiene un tono más optimista y alegre, con un trabajo de guitarra más animado, rasgado y el acompañamiento de la percusión y el bajo, alejando a Viglietti del trabajo a guitarra y voz que desarrollaba hasta ese momento.

El Chueco Maciel



También parte de Canciones Chuecas, se trata de una canción particular por dos factores. El primero, es que se basa en un personaje real, un ladrón procedente de Tacuarembó que repartía su botín con sus vecinos y que fue muerto por la policía en 1971, cuando tenía 20 años. El segundo es que la estructura y el sonido de la canción se vincula también al rock, un género que Viglietti apreció, defendió y difundió durante toda su vida y carrera.

https://www.elobservador.com.uy/








lunes, 9 de octubre de 2017

La  bienal de  Teatros  del  Interior  lleva  el nombre  de Enrique Sena

 
El  evento organizado por la Asociación de Teatros del Interior  recordará la  figura  de Enrique Sena De León, fallecido en enero  de  este  año.


La  bienal  de Teatros  del  Interior  que se  realizará el próximo fin  de  semana  en  Paysandú llevará el  nombre  del  director  y actor Enrique Sena De  León.  Como  se  sabe  este  evento  es  organizado  por la  Asociación de Teatros del Interior (ATI)  de la  cual   Sena  fue  directivo  y ferviente  defensor.
Este  año  el encuentro  de  teatristas  del  interior  llevará  el  nombre  de  Enrique Sena De  León, director y  actor de Santa Catalina  y quien por  muchos  años   dirigiera  el  Grupo Teatral Cardona.  La  16ª Bienal de Teatros del Interior  recordará  su figura  y  trayectoria  y la de la actriz, docente y gestora cultural, María Emma Núñez, Directora del Grupo de Teatro “La Mancha” de Maldonado, desaparecida físicamente en setiembre pasado.


El  programa   que  se  desarrollará en la  16ª Bienal de Teatros del Interior   es  el  siguiente:
Viernes 13: hora 19:30, Del Patrimonio – Espacio Cultural Arteatro, obra “17 minutos”.
Hora 21.30, Pilares en Auditorio Municipal, obra “Historias encontradas”.
Hora 23, La Farola, Espacio cultural Arteatro, obra “Los Guapos”.

Sábado 14: hora 18, Eslabón – Auditorio Municipal, obra “Mi familia”.
Hora 20, Centro Regional Maldonado, Espacio Cultural Arteatro, obra “Súper Man, todas son mis hijas”.
Hora 21.30, La Mancha, Auditorio Municipal, obra “El cartero de Neruda”.
Este día se realizará el desfile de los grupos por 18 de Julio y el tradicional concurso de Estatuas Vivientes.
Domingo 15: hora 17, El Garaje – Espacio Cultural Arteatro, Obra “Adiós, mundo cruel”.
Hora 18.30, Sin Fogón, Auditorio Municipal, obra “Animas de Día Claro”.
Hora 20.30, Babilonia (lugar a definir), obra “Los Descreídos”.


Enrique Sena De  León  fue   colaborador  de HUM  BRAL desde la primera época, y  un   ferviente impulsor  de  iniciativas culturales del departamento.