´Las
ganas de que todos podamos disfrutar del Museo tienen que estar´
Andreina
Bazzino, referente de los Museos del departamento de Río Negro,
comparte la experiencia de accesibilidad e inclusión desarrollada en
el Museo Arqueológico de Young. Con el trabajo conjunto de
educadores, familias e instituciones, los museos se transforman en
espacios vivos y co-creados, donde la inclusión real supera las
limitaciones físicas y se convierte en un desafío constante de
ensayo y aprendizaje.
En
la sala multimedia de la Biblioteca Eusebio Giménez de Mercedes se
desarrolló una charla donde se contaron experiencias desarrolladas
en los Museos de la región. La actividad tiene como cometido
conformar la Agenda de accesibilidad para Museos 2026-2027,
permitiendo con ello que los Museos modifiquen sus propuestas, o las
ajusten, permitiendo que sean disfrutables por las personas con
discapacidad, y especialmente los niños. No solamente la
accesibilidad a esos espacios públicos, sino que adecuen sus
propuestas para que puedan ser de facil acceso para todos.
Una
de las exponentes fue Andreína Bazzino, referente de Museos del
departamento de Río Negro que contó la experiencia desarrollada en
el Museo de la ciudad de Youg, que tiene trabajando con niños
autistas, entre otros.
“Los
Museos tienen que ser espacios vivos co-creados entre la población,
la comunidad y los que trabajamos en los Museos”, enfatizó
Bazzino al dialogar con @gesor.
Los
espacios públicos, los espacios culturales y los Museos en
particular tienen el desafío de abrir sus puertas a toda la
población y a la población con discapacidad. ¿Eso no significa un
limitante?
-”No,
para nada. No significa un limitante en cuanto nosotros tengamos
claro que a pesar de que a veces no tenemos una accesibilidad plena,
es decir, que tenemos limitantes físicas, tenemos que tener una
inclusión real en cuanto a nuestra manera de pensar y de abrir los
espacios. Es decir, con lo que tenemos, lograr que la mayor cantidad
de personas puedan acceder y que puedan disfrutar de los espacios de
los museos”.
Pero
cuando se piensa en eso, se piensa en falta recurso, falta
capacitación al personal.
-”Es
verdad, siempre nos va a seguir faltando recursos, siempre nos va a
seguir faltando capacitación. Yo creo que nadie, o al menos yo
cuando me enfrenté sobre todo a empezar a trabajar con el Centro
Autista en Young, uno piensa, me faltan herramientas, ¿cómo hago?
No tengo plata para cambiar el Museo en este momento, o es muy
difícil cambiarlo, o no tengo la capacitación.
Y
creo que lo fundamental está en trabajar en equipo, poder trabajar
con las instituciones, con los educadores, entender que uno no va a
tener un espacio 100% accesible, pero sí 100% inclusivo. Es decir,
que las ganas de que todos podamos disfrutar del Museo tienen que
estar, y eso es lo fundamental para que todos podamos acceder de los
Museos, y sobre todo también trabajar con los actores que ya están
vinculados en el área, que nos pueden dar herramientas para volver
más accesible e inclusivo el Museo.
En
el caso del Museo de Río Negro, además de trabajar activamente con
las educadoras del Centro de Niños Autistas de Young, trabajamos
también con el Sistema Nacional de Museos, específicamente con
Silvana Tanca, que es la encargada del Área de Accesibilidad e
Inclusión. Eso nos brindó muchísimas herramientas para poder
trabajar en el Museo, y de a poquito empezar a aprender que nosotros
abrimos las puertas y que las instituciones proponen y nosotros
tenemos que aprender a escuchar como Museo. Empezar a modificar
nuestra manera de actuar. Por ejemplo, nosotros cuando trabajamos
con el Centro Autista, cerramos el Museo. Es decir, que se aprenda
que determinadas actividades van a llevar a que el Museo cambie su
dinámica”.
Me
supongo que eso implica ensayo y error, y trabajar en conjunto con
las docentes, con la familia, con las personas responsables, en el
caso de que sean niños pequeños.
-”Exactamente.
En el caso de las Escuelas, los niños que tienen acompañantes. Con
las maestras, con los profesores, con los docentes en general, con
los padres, como decías tú; o sea, con las familias, hace que el
museo deja de ser un espacio que simplemente se visita, que se va a
ver cosas antiguas y uno se va, y pasan a ser espacios vivos donde la
comunicación y el intercambio entre los que estamos es fundamental
para que todos disfrutemos. Es decir, que el Museo ya no es un lugar
donde yo voy, veo algo y me retiro, sino que yo voy, propongo, cuento
también mi historia, intercambio con las personas que están en el
Museo, y de esa manera también se construye un Museo más accesible
e inclusivo”.
En
la charla tú mencionabas que dentro de los trabajos que hacen en
el Museo también los niños trabajaron en la cartelería y la
infografía, para que ese lenguaje también los involucre, que no
sea solo una cosa del mundo adulto.
-”Exactamente,
y no sea solamente la visión de los que trabajamos en el Museo, como
tiene que estar señalizado. Esa parte vino de ellos, la señalética,
ellos trabajan con pictogramas, que está bueno que todos aprendamos
lo que son los pictogramas, son imágenes que nos muestran lugares o
nos enseñan cosas, es decir, a partir de una imagen nos evoca una
acción o nos evoca un lugar, por ejemplo. La que siempre tenemos es
la imagen del baño, uno ya la ve y ya sabe que ahí hay un baño,
bueno, los pictogramas funcionan así para montones de acciones. Y
bueno, ellos no solo eligieron qué pictogramas, qué lugares eran
necesarios señalizar o qué cosas eran necesarias decir en el Museo
a partir de los pictogramas, sino que también las colocaron en los
lugares que ellos creían que eran los adecuados, y eso es
fundamental. Co-crear los espacios con toda la población, es decir,
los Museos tienen que ser espacios vivos co-creados entre la
población, la comunidad y los que trabajamos en los museos.
Un
lindo desafío.
-”Un
lindo desafío. Como vos decías, es mucho de ensayo y de error. Uno
tiene que aprender que se va a equivocar, que está bien, que el
proceso de la inclusión y la accesibilidad es un proceso que es
siempre lamentablemente. Alguien va a quedar afuera, pero con el
desafío de también incluirlo. Es decir, bueno, me di cuenta que en
esta actividad este niño no disfrutó, algo faltó, en la siguiente
ver cómo soluciono eso. Como les contaba lo de los colores,
nosotros sin saber poníamos para pintar muchos colores, sin saber
que estábamos sobre estimulando a esos niños con autismo. Cambiamos
la dinámica, ahora ponemos pocos colores y uno se da cuenta que los
niños disfrutan mucho más de la actividad. Es decir, es un ensayo y
error, pero que siempre tiene que estar pensado a mejorar y a que el
Museo se vuelva un lugar más acogedor para todos y todas”.
Y
que estas herramientas no solo pasen por lo lúdico, por lo
histórico, por lo cultural, sino que también significan
herramientas para el niño, para la vida cotidiana, para moverse en
su entorno.
-”Exacto.
Y eso me encanta porque el Museo ya no solamente es un espacio que
simplemente se visita, sino también es un espacio que nos permite
trabajar otro tipo de cosas. Como el moverse en la ciudad, por
ejemplo. Como el aprender que cuando voy a un lugar voy a ver
personas que no conozco y cómo me relaciono con esas personas que no
conozco, por ejemplo. Entonces creo que también el Museo pasa a ser
una herramienta para los educadores y educadoras como insumo para
utilizarlo como laboratorio. Más controlado, para que puedan
aprender cosas de la vida cotidiana”.